"La oración personal para entender la invitación de Dios para mí en este camino sinodal" La Asamblea Sinodal, “nos ayuda a creer cada vez más en el modo sinodal de nuestra Iglesia”
Importancia de “la oración personal para entender la invitación de Dios para mí en este camino sinodal”
"La experiencia del Sínodo es una experiencia muy rica de ser Iglesia"
La Asamblea es una oportunidad para poder captar la catolicidad de la Iglesia, la riqueza de ver que la Iglesia es realmente católica, que respira con todas las culturas y brinda el Evangelio a todas las culturas
La Asamblea es una oportunidad para poder captar la catolicidad de la Iglesia, la riqueza de ver que la Iglesia es realmente católica, que respira con todas las culturas y brinda el Evangelio a todas las culturas
Luis Miguel Modino, enviado especial al Sínodo de la Sinodalidad
La Segunda Sesión de la Asamblea Sinodal del Sínodo sobre la Sinodalidad inició este martes la reflexión sobre el último módulo, el de los Lugares. Como es costumbre, los periodistas conocieron los pasos dados en las últimas horas, un resumen que es relatado por la secretaria de la Comisión para la Comunicación del Sínodo, Sheila Pires, y el prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini.
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Elementos destacados
Pires relató brevemente los puntos fundamentales de la meditación de la madre Maria Inazia Angelini y de la presentación del cardenal Hollerich del Módulo de los Lugares. Por su parte, Paolo Ruffini, se refirió al trabajo realizado en los círculos menores, recordando que el cardenal Krajewski y el cardenal Steiner participaron este martes por la mañana de la celebración del funeral de un Sintecho brasileño, fallecido bajo la Columnata de la Plaza de San Pedro, conocido como el ángel, que daba indicaciones a los turistas y no pedía dinero, sino cuadernos para escribir poemas. Su sueño, recordó el prefecto, era ir a Jerusalén y ahora está en la Jerusalén celeste. Entre las reflexiones en el Aula Sinodal, destacó el tema de los lugares físicos y digitales, los debates en torno a cómo vivir de forma dinámica en las grandes ciudades.
Oración, retiro y conversaciones
En esta ocasión los invitados fueron el arzobispo de Manaos, cardenal Leonardo Steiner, el arzobispo de Turín, que será creado cardenal en el consistorio del 7 de diciembre, Mons. Roberto Repole, y la hermana Nirmala Alex Nazareth, superiora general de las Hermanas del Carmelo Apostólico. La religiosa mostró su alegría por participar del Sínodo, destacando que hay grandes diferencias entre la Primera Sesión de la Asamblea y esta Segunda. Para ella es importante la oración y el retiro y las conversaciones en torno a las mesas, que “nos han mostrado una riqueza enorme con relación a la diversidad”, algo presente en la India.
Las reflexiones se han hecho cada vez más interesantes, afirmó la religiosa, que cuestionó sobre cómo los participantes se colocarán en la Iglesia y en la sociedad cuando vuelvan a casa. Recordó las palabras de Madre Teresa de Calcuta que habla de encontrar la gracia de Dios y seguir su camino para discernir. Eso porque “el Señor tiene un plan para cada uno de nosotros”, ya que las cosas no son como nosotros queremos. De cara al futuro manifestó sus esperanzas porque este camino no puede llevarnos hacia atrás, “iremos hacia adelante si somos capaces de guiar nuestras comunidades”, su congregación en su caso. Finalmente, subrayó la importancia de “la oración personal para entender la invitación de Dios para mí en este camino sinodal”.
Una riquísima experiencia de ser Iglesia
“La experiencia del Sínodo es una experiencia muy rica de ser Iglesia”, dijo el cardenal Steiner, que agradeció al Papa Francisco por “habernos conducido por este camino, el camino de la sinodalidad”. El arzobispo de Manaos destacó que en la Segunda Sesión participa en grupos de lengua italiana, con una gran diversidad de culturas, un gran enriquecimiento, que “abre el horizonte de la comprensión de la sinodalidad”.
“Cada vez nos damos más cuenta de que la sinodalidad es un modo de ser Iglesia para anunciar juntos el Reino de Dios, el Evangelio, Jesús crucificado y resucitado, la plenitud del Reino de Dios. Este camino se va construyendo poco a poco, porque la sinodalidad es un camino, un ponerse en camino, un ponerse en camino, y esto es lo que estamos viviendo en el Sínodo. Después del Sínodo, continuaremos estos procesos en nuestras comunidades, en nuestras diócesis”, subrayó el cardenal Steiner.
Reconociendo que varias Iglesias están ya en el camino de la sinodalidad, el arzobispo de Manaos afirmó que “el Sínodo está abriendo el abanico de comprensión para que podamos ser cada vez más una Iglesia sinodal". Destacó la rica participación de los laicos en la región amazónica, especialmente de las mujeres, su liderazgo en las comunidades, el hecho de que las asambleas se celebren con la participación de todos, “hablan libremente, discuten libremente, rezan juntos, pero también deciden juntos las orientaciones pastorales”, dijo.
La experiencia de la Asamblea “nos ayuda a creer cada vez más en el modo de ser sinodal de nuestra Iglesia”. También destacó que la sinodalidad nos llama a estar más abiertos a la interculturalidad y a la interreligiosidad, para que el Evangelio sea cada vez más inculturado, algo que el Papa Francisco pidió en Querida Amazoía. Por último, hablando del Módulo de Lugares, destacó algunos elementos muy interesantes: “cuál es el lugar de la Conferencia Episcopal, cuál es el lugar de los pobres, cuál es el lugar de los migrantes”, lo que nos ayuda a profundizar en la comprensión de los lugares, “que no son sólo lugares ya definidos, sino lugares en los que poco a poco vamos experimentando el Reino de Dios, pero también recibiendo elementos que nos ayudan a vivir cada vez más el Evangelio, el Reino de Dios”.
Oportunidad para comprender la catolicidad de la Iglesia
Mons. Repole inició su intervención recordando su condición de arzobispo de Turín, mostrando lo que está viviendo en su Iglesia local, en una fase singular, retomando con más ilusión el anuncio del Evangelio en la cultura actual. En esa perspectiva, destacó la importancia de guardar todos los carismas que forman parte de la Iglesia de Turín. Participar del Sínodo lo considera una gracia, identificando lo vivido en Turín y en el Sínodo. Subrayó la conversación espiritual como algo que lleva a buscar la voz del Espíritu a través de la voz del hermano y de la hermana. De ahí la importancia de los momentos de silencio y reflexión para relanzar la conversación en el Espíritu.
El recientemente nombrado cardenal se refirió a la mayor familiaridad con los otros miembros este año, viendo eso como un ejercicio de sinodalidad en la práctica, en la Asamblea Sinodal se vive la sinodalidad, descubriendo que el Espíritu puede hablar a partir del otro. Igualmente, la Asamblea es una oportunidad para poder captar la catolicidad de la Iglesia, la riqueza de ver que la Iglesia es realmente católica, que respira con todas las culturas y brinda el Evangelio a todas las culturas. Junto con ello, la importancia de los foros teológico pastorales organizados este año, que nos muestran que la sinodalidad tiene que ver con una forma de vivir juntos.
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