Un mensaje de esperanza que haga posible encontrarse “con el Señor que se encarna en la historia sufriente de nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños”. La Presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano – CELAM y de Cáritas América Latina y el Caribe, han lanzado este 26 de noviembre una nota dirigida a las Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe, con la que “nos sentimos solidarios y cercanos a todos nuestros hermanos y hermanas que han vivido y continúan viviendo el impacto de la situación excepcional y desoladora generada por la pandemia del Covid-19, y, de manera particular, con las poblaciones…, que han sido duramente golpeadas por dos huracanes consecutivos durante este mes de noviembre”.

La situación por la que pasan los diferentes países es dantesca. Solo en Costa Rica, Guatemala, Honduras y Nicaragua, hay 5,3 millones de personas afectadas, 330.000 están viviendo en albergues temporales debido a la pérdida de sus viviendas, 171 fallecidos y son cuantiosos los daños materiales y económicos. En su mensaje, la presidencia del CELAM y Cáritas recuerdan las palabras de solidaridad del papa Francisco en el Ángelus del pasado 8 de noviembre.

En el texto se invita a que todo el continente se una en oración por Centroamérica y el Caribe el próximo 12 de diciembre, durante la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de nuestro continente, y al mismo tiempo a mostrar solidaridad con las víctimas, que están siendo acompañadas por Cáritas, en una tentativa de “dignificar las condiciones de vida de miles de personas y familias en estos momentos de dolor”. También se pide que se lleven a cabo campañas de solidaridad en los diferentes países, que ‘puedan atender a las personas más vulnerables y afectadas por esta crisis sanitaria y por el desastre ocasionado por los huracanes”.

Como “Iglesia en salida” que va al encuentro “en las situaciones más precarias y urgentes”, la nota invita, pensando en el tiempo de Adviento, “a que redoblemos nuestros esfuerzos solidarios con nuestros hermanos que atraviesan esta hora de dolor y sufrimiento, y a permanecer vigilantes en la oración y con la lámpara de la esperanza encendida”.