40 días navegando hacia la conversión - Jueves después de Ceniza 2º Día: De nuestras elecciones depende no sólo nuestra vida, sino la de nuestros descendientes

40 días de conversión sinodal
40 días de conversión sinodal

El Sínodo para la Amazonía nos está enseñando a descubrir nuevas formas de ser felices, de aprender con los otros que no sólo es feliz quien tiene muchas cosas, sino quien sabe y está dispuesto a cuidar de lo que es de todos

"Abusar de la naturaleza es abusar de los ancestros, de los hermanos y hermanas, de la creación, y del Creador, hipotecando el futuro"

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Petición permanente por la conversión sinodal al inicio de cada día

Que el Dios Trinitario, ejemplo de vida en comunión, nos ayude a soñar con una Iglesia sinodal, donde sepamos descubrir los signos de los tiempos, y la presencia de un Dios encarnado de diferentes modos, en distintos lugares. Un Dios que nos ayude a discernir su presencia y a anunciarle en todos los rincones, también entre los que más lejos se encuentran; a ser una Iglesia en salida, que va al encuentro, que escucha y dialoga con todos. Que busquemos el bien para todos los que nos encontramos cada día y sepamos traer de vuelta a la Amazonía y a todos los lugares donde estemos, todo lo vivido en el proceso sinodal, y así hacer realidad aquello que Dios espera de nosotros.


Meditar por unos momentos esta petición inicial, buscar la calma interior para entrar en este momento de conversión desde la Amazonía por las aguas de la sinodalidad, al servicio del Pueblo de Dios y sus pueblos y comunidades, y para escuchar el llamado de Dios a través de su Palabra Viva.


Fragmento de una lectura del día (cada uno es invitado a profundizar en las lecturas completas según su propia necesidad y criterio)

Moisés habló al pueblo diciendo: Hoy pongo delante de ti la vida y la felicidad, la muerte y la desdicha. Si escuchas los mandamientos del Señor, tu Dios, que hoy te prescribo, si amas al Señor, tu Dios, y cumples sus mandamientos, sus leyes y sus preceptos, entonces vivirás, te multiplicarás, y el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde ahora vas a entrar para tomar posesión de ella. Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, si te dejas arrastrar y vas a postrarte ante otros dioses para servirlos, yo les anuncio hoy que ustedes se perderán irremediablemente, y no vivirán mucho tiempo en la tierra que vas a poseer después de cruzar el Jordán. (Deuteronomio 30,15-20).

Reflexión desde la perspectiva del proceso sinodal amazónico

En la vida somos libres para elegir, entre la vida y la muerte, entre la felicidad y la desdicha. El Sínodo para la Amazonía nos está enseñando a descubrir nuevas formas de ser felices, de aprender con los otros que no sólo es feliz quien tiene muchas cosas, sino quien sabe y está dispuesto a cuidar de lo que es de todos. Dios es alguien que se dirige a toda la humanidad, nos desafía a ver la vida no desde nuestros intereses individuales sino comunes.

De nuestras elecciones depende no sólo nuestra vida, sino la de nuestros descendientes. Para eso es necesario escuchar y ser fiel a la voz del Señor, que nos muestra que el camino de la vida se construye a partir del cuidado de aquello que es de todos. Los pueblos originarios de la Amazonía, y de tantos otros lugares del Planeta, nos muestran que eso es posible. La clave está en entender que la larga permanencia en esta tierra que el Señor entregó a nuestros antepasados, depende del cuidado de todos.

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Contemplación

Contemplemos la imagen de este día y dediquemos un momento a reconocer nuestra propia vida y experiencia en la Iglesia y al servicio de la Amazonía para pedir luz en esta Palabra de Dios y así traer de vuelta todo lo vivido. Escribir mis peticiones particulares y permanecer en ellas durante este día. Hacemos una invitación a llevar un registro de todo lo que el Espíritu suscite en nosotros como preparación interior para poder asimilar mejor el proceso sinodal.

Cita para meditación de cierre

“Si el cuidado de las personas y el cuidado de los ecosistemas son inseparables, esto se vuelve particularmente significativo allí donde «la selva no es un recurso para explotar, es un ser, o varios seres con quienes relacionarse». La sabiduría de los pueblos originarios de la Amazonia «inspira el cuidado y el respeto por la creación, con conciencia clara de sus límites, prohibiendo su abuso. Abusar de la naturaleza es abusar de los ancestros, de los hermanos y hermanas, de la creación, y del Creador, hipotecando el futuro»”. (Querida Amazonía, 42).

Querida Amazonía 1

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