Querida Amazonía: 40 días navegando hacia la conversión - Miércoles de Ceniza Día 1º: La reconciliación con Dios nos tiene que llevar a reconciliarnos con nuestros hermanos
Aprovechemos este tiempo de conversión que hoy iniciamos para que, desde nuestra reconciliación interior, estemos dispuestos a asumir nuevas actitudes en relación con el ambiente en que vivimos y con aquellos que necesitan de nosotros una acogida verdadera que nace de un diálogo sincero
La predicación debe encarnarse, la espiritualidad debe encarnarse, las estructuras de la Iglesia deben encarnarse
Que el Dios Trinitario, ejemplo de vida en comunión, nos ayude a soñar con una Iglesia sinodal, donde sepamos descubrir los signos de los tiempos, y la presencia de un Dios encarnado de diferentes modos, en distintos lugares. Un Dios que nos ayude a discernir su presencia y a anunciarle en todos los rincones, también entre los que más lejos se encuentran; a ser una Iglesia en salida, que va al encuentro, que escucha y dialoga con todos. Que busquemos el bien para todos los que nos encontramos cada día y sepamos traer de vuelta a la Amazonía y a todos los lugares donde estemos, todo lo vivido en el proceso sinodal, y así hacer realidad aquello que Dios espera de nosotros.
Meditar por unos momentos esta petición inicial, buscar la calma interior para entrar en este momento de conversión desde la Amazonía por las aguas de la sinodalidad, al servicio del Pueblo de Dios y sus pueblos y comunidades, y para escuchar el llamado de Dios a través de su Palabra Viva.
Fragmento de una lectura del día (cada uno es invitado a profundizar en las lecturas completas según su propia necesidad y criterio)
Hermanos: Nosotros somos embajadores de Cristo, y es Dios el que exhorta a los hombres por intermedio nuestro. Por eso, les suplicamos en nombre de Cristo: déjense reconciliar con Dios.
A aquel que no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro, a fin de que nosotros seamos justificados por él.
Y porque somos sus colaboradores, los exhortamos a no recibir en vano la gracia de Dios. Porque Él nos dice en la Escritura: en el momento favorable te escuché y en el día de la salvación te socorrí. Este es el tiempo favorable, este es el día de la salvación. (2 Corintios 5,20-21.6,1-2)
Reflexión desde la perspectiva del proceso sinodal amazónico
Todo está relacionado y la reconciliación con Dios nos tiene que llevar a reconciliarnos con nuestros hermanos, también con aquel que es diferente y con aquello que Él ha creado. Somos llamados a descubrir la necesidad de una conversión cultural y ecológica, que nos aproxime de quienes sufren: la Casa Común y aquellos que padecen las consecuencias de la degradación a la que se ve sometida. La conversión no se reduce a algo interior, sino que repercute en lo y los que nos rodean, en nuestras relaciones.
Aprovechemos este tiempo de conversión que hoy iniciamos para que, desde nuestra reconciliación interior, estemos dispuestos a asumir nuevas actitudes en relación con el ambiente en que vivimos y con aquellos que necesitan de nosotros una acogida verdadera que nace de un diálogo sincero.
Contemplación
Contemplemos la imagen de este día y dediquemos un momento a reconocer nuestra propia vida y experiencia en la Iglesia y al servicio de la Amazonía para pedir luz en esta Palabra de Dios y así traer de vuelta todo lo vivido. Escribir mis peticiones particulares y permanecer en ellas durante este día. Hacemos una invitación a llevar un registro de todo lo que el Espíritu suscite en nosotros como preparación interior para poder asimilar mejor el proceso sinodal.
Cita para meditación de cierre
“Todo lo que la Iglesia ofrece debe encarnarse de modo original en cada lugar del mundo, de manera que la Esposa de Cristo adquiera multiformes rostros que manifiesten mejor la inagotable riqueza de la gracia. La predicación debe encarnarse, la espiritualidad debe encarnarse, las estructuras de la Iglesia deben encarnarse”. (Querida Amazonía, 6).