El lunes 9 de agosto, la ONU publicó el informe del grupo de expertos formado por 234 científicos internacionales sobre la realidad de la crisis ecológica en la Tierra. Cambio climático y alternativas.
"Desde hace unos años, los expertos de la ONU han empezado a hablar de un Día de la Sobrecarga de la Tierra".
"Los gobiernos de los países ricos están dispuestos a tomar alguna medida que pueda aliviar o al menos posponer un poco la crisis".
"Toman decisiones justas y correctas para luchar contra la lógica inhumana y antiecológica del agronegocio, así como contra la difusión de semillas transgénicas y agrotóxicos".
"Toman decisiones justas y correctas para luchar contra la lógica inhumana y antiecológica del agronegocio, así como contra la difusión de semillas transgénicas y agrotóxicos".
| Marcelo Barros
El lunes 9 de agosto, la ONU publicó el informe del grupo de expertos formado por 234 científicos internacionales sobre la realidad de la crisis ecológica en la Tierra. De hecho, la destrucción de las condiciones de vida en el planeta avanza de forma espantosa. El calentamiento global que ya se preveía y esperaba ha alcanzado niveles que los científicos calculaban que no llegarían antes de diez años. Esta realidad ya está provocando mayores inundaciones que nunca. En algunas regiones se traducirá en sequías y otras tragedias medioambientales, con una intensidad y frecuencia como nunca antes. Este desequilibrio climático y geológico tendrá consecuencias trágicas para las poblaciones, especialmente las más pobres y vulnerables.
Por primera vez, los científicos aseguran que tal situación está causada en su mayor parte por la acción humana y el modelo de desarrollo depredador que aún prevalece en todos los continentes del mundo. Algunos científicos que estudian las eras geológicas llaman a la actual el Antropoceno para designar la era en la que la sociedad humana se ha convertido en la responsable de la destrucción de la Tierra y la amenaza que esto supone para toda la vida del planeta. Desde hace unos años, los expertos de la ONU han empezado a hablar de un Día de la Sobrecarga de la Tierra. Esta fecha marca el momento en que nuestro consumo anual de servicios y recursos naturales supera lo que la Tierra puede regenerar en ese mismo año. Esta fecha que en años anteriores se situaba en septiembre y luego en agosto, este año 2021, según los estudiosos, ya ha tenido lugar el 29 de julio. Desgraciadamente, la prensa que publica fechas que conmemoran las más diversas categorías profesionales y valora muchas actividades humanas, no divulga suficientemente lo que significa esta fecha y así no se toma conciencia de la responsabilidad social en esta sobrecarga de la Tierra. Lo cierto para todos nosotros es que todo esto tendrá inmensas e inmediatas repercusiones en Brasil (Cf. O Estado de São Paulo, martes 10 de agosto de 2021).
Los gobiernos de los países ricos están dispuestos a tomar alguna medida que pueda aliviar o al menos posponer un poco la crisis. Sin embargo, hay un límite: estas medidas no pueden ni deben afectar al sistema capitalista del que dependen. Ahora, cada vez más, los analistas y los científicos se dan cuenta de que todos los esfuerzos para detener el cambio climático que amenaza al planeta serán inútiles si la humanidad no es capaz de superar la economía capitalista que es esencialmente depredatoria en términos de acumulación de riqueza para una pequeña minoría de multimillonarios que dominan el mundo.
En la encíclica Laudato Si', el Papa Francisco confirma: la ecología ambiental depende de la ecología social. Leonardo Boff ya había insistido en que es necesario escuchar el grito de la Tierra articulado con el grito de los pobres.
Cada vez es más común decir que si entendemos el universo como un conjunto de redes de relaciones entre todos los seres vivos, los humanos tenemos que integrarnos en lo que la Carta de la Tierra llama "comunidad de vida". Debemos asumir la sostenibilidad de la Tierra y de la Vida como la prioridad que debe regir toda la organización social, económica y cultural de la humanidad y nuestra relación con la naturaleza. Tenemos que redescubrir formas de proteger la integridad y la vitalidad de la Tierra. La salud de la Tierra es nuestra salud y nuestra salvación. Podemos aprender esto de las culturas de los pueblos indígenas y de todas las poblaciones originarias.
En América Latina, las comunidades indígenas y los grupos de base saben que la salvación tendrá que venir desde abajo y desde las bases. Por ello, las organizaciones indígenas y campesinas se movilizan en sucesivos encuentros para salvar la madre tierra. Toman decisiones justas y correctas para luchar contra la lógica inhumana y antiecológica del agronegocio, así como contra la difusión de semillas transgénicas y agrotóxicos. En varias regiones del país, pueblos originarios, grupos de base y pastorales sociales denuncian los males causados por las empresas mineras que oprimen violentamente a las comunidades locales y destruyen los ríos, la selva y toda la naturaleza.
Para quienes viven una búsqueda espiritual, el cuidado amoroso de la Madre Tierra, del agua y de todo ser vivo forman parte del testimonio urgente y fundamental: hay una inteligencia amorosa presente y activa en el universo, por la cual, a pesar de todas las agresiones y crímenes cometidos contra el Planeta, aún podemos salvarlo.