Que vuestro “sí”, sea sí

Sí
Mateo 7,37

En la vida cotidiana no sirven los sí pero..., es decir poner bemoles en nuestras afirmaciones. Esto es lo que recomendaba Jesús a sus oyentes. Muchas veces no estamos seguros de nuestras propias afirmaciones, y expresamos sí pero…, es decir ponemos bemoles, o nos apoyamos en otros para afirmarnos. De este modo todo son subterfugios para quedar bien. Es una posición cómoda para no quedar en ridículo en caso que se demuestre lo contrario.

Lo que todavía es peor es perjurar contra viento y marea que lo que afirmamos es cierto, o poner a Dios por testigo de lo afirmado, con esta afirmación se han decapitado personas inocentes. En la actualidad el nombre de Dios para muchos vale muy poco y es que quien jura y perjura demuestra que su palabra vale poco porque se adivina que algo esconde.

Cuando hablamos tenemos que responsabilizarnos de lo que decimos sin apoyarnos en lo dicho por otros. Esto sin embargo no quiere decir que nos equivocamos en nuestras afirmaciones. Es el dicho “quien tiene boca se equivoca”. Pero esto está lejos de refugiarnos en otros cuando afirmamos algo. Esto tampoco quiere decir que estemos condenados a no opinar. Si nos equivocamos tenemos que estar dispuestos a reconoce nuestro error. Así nos disponemos a ser humildes en nuestras apreciaciones. Que nuestro sí sea sí y nuestro no sea no. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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