Estos días están siendo de verdadero dolor y angustia al ver cómo se nos desmonta lo que creíamos tan fuerte en nuestras vidas. Estamos comprobando que lo que hemos creído que era imprescindible para vivir, resulta que no lo es tanto. Lo que experimentamos en este momento son muchos sentimientos, pero todos acompañados de dolor y amor.

Día tras día nos bombardean de noticias y poco a poco vamos descubriendo cómo sufre la gente, cómo muchas personas que no se conocen se unen con fuerza para ayudarse, echarse una mano. Lo cierto es que ya no hablamos del vecino de enfrente, o de aquel que saca el perro a pasear, si no que hablamos de nombres concretos. Indudablemente, no podemos prescindir de ese dolor, y a veces rabia al no poder encontrar un remedio, pero también estamos encontrando mucha solidaridad y cariño. Estamos sacando lo mejor de nosotros mismos, lo que realmente somos, y lo hacemos sin “maquillaje”, sin escondernos, sin miedo al qué dirán… porque lo importante ahora mismo es luchar juntos, caminar juntos y vivir juntos.

Ciertamente la desgracia te une y te hace más sensible, siempre ha sido así, pero ahora con mayor motivo. Todos nos enfrentamos y sufrimos por lo mismo, todos lloramos por aquellos que no han podido superar la situación y todos nos alegramos, como si fuéramos una misma familia, de lo positivo que va surgiendo.

Después de ver esta realidad, me pregunto… ¿qué es lo importante en nuestra vida? Creo que vamos descubriendo que no es todo aquello en lo que hemos gastado tanto tiempo, o tanto dinero… o tanto empeño. La vida es importante y con ella el sentirnos unidos… ¡cuánta gente echa en falta el cariño del otro, la compañía, las palabras!

Sigamos luchando juntos, “batallando”, ayudándonos… para que donde no llegamos unos, podamos contar con los otros.