Página en blanco

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Estoy preparando la maleta para ir a hacer unos días de retiro junto con otras hermanas de Congregación. Son unos días esperados, deseados, que se necesitan a lo largo del año, y sin duda que es un tiempo de gracia, un regalo poderse tomar también esos días. Es fácil preparar lo que se va a llevar, lo material nos lleva un tiempo determinado pero hay que prepararse también por dentro para acoger y vivir esos días con paz, dejándose encontrar por el Señor de nuestras vidas.

Entre otras cosas, llevo una libreta, unas páginas en blanco que irán tomando forma y color, rellenándose poco a poco, a lo largo de los días, a través del encuentro con Él, a través de su Palabra… “Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él” (Sal 33,9).

Llega el momento de hacer un alto en el camino, de parar… y en ese tiempo de silencio, oración y contemplación, es un tomar oxígeno, respirar por dentro, comúnmente decimos cargar las pilas, sí, es reponer fuerzas con el Señor que también ahora nos acoge y nos dice: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré, dice el Señor” (Mt 11,28).Antes de emprender la marcha sé que necesito estos días, que son de una gran riqueza espiritual, que nos ayuda en la ruta cotidiana allá donde día a día intentamos responder a la llamada del Señor en fidelidad.

Ayúdanos Señor a vivir los ejercicios espirituales contigo, a dejarnos tocar y transformar por tu presencia siempre cercana y viva, por tu Palabra como brújula de nuestras vidas consagradas, a escuchar tu voz. Texto: Hna. Ana Isabel Pérez.
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