Santo Domingo de Guzmán

DomingoGuzman_08Agosto


En estos días previos a la fiesta de Santo Domingo de Guzmán, volví a ver una película sobre su vida (www.gloria.tv; “Domingo, Luz de la Iglesia”). Sin duda, que su vida es ejemplo de un hombre de fe y claro testimonio de quien se deja habitar por Dios y vive en Él. "Consagraba el día a su prójimo, y la noche al Señor, convencido como estaba de que el Señor ha enviado durante el día su misericordia, y de noche su cántico”.

Esta vez al visualizar la película, me fijé y pensé en la mirada de Domingo, por varias escenas que ahora tengo en la mente sobre acontecimientos de su vida, en ellas se percibe una mirada profunda, habitada por la gracia de Dios, es una mirada directa que penetra al otro, con amor y ternura, desde la misericordia. Su mirada era capaz de tocar el corazón humano sobretodo en el sufrimiento. Darlo todo por aquello en lo que creemos, por lo que amamos, llevó a Domingo al despojo total de sí mismo y es ahí donde Dios se hizo más presente en Él.

Hoy celebramos con gozo la fiesta de nuestro Padre Domingo y este himno que nos ofrece “Magnificat” en este mes de agosto, nos puede ayudar a orar, a dar gracias por el pleno seguimiento del Maestro que Santo Domingo fue capaz de vivir y por el fruto que su entrega y donación de vida dio y sigue dando con su querida Orden de Predicadores esparcida por el mundo “el grano de trigo amontonado se pudre, pero si se esparce produce mucho fruto”.

Te pedimos, Señor, que Santo Domingo de Guzmán, insigne predicador de tu verdad, ayude a tu Iglesia con sus enseñanzas y sus méritos, e interceda piadosamente por nosotros (Oración Colecta).

“Dichosos los que oísteis la llamada
al pleno seguimiento del Maestro,
dichosos cuando puso su mirada
y os quiso para amigo y compañero.

Dichosos si abrazasteis la pobreza
para llenar de Dios vuestras alforjas,
para servirle a él con fortaleza,
con gozo y con amor a todas horas.

Dichosos mensajeros de verdades,
marchando por caminos de la tierra,
predicando bondad contra maldades,
pregonando la paz contra las guerras.

Dichosos, del perdón dispensadores,
dichosos, de los tristes el consuelo,
dichosos, de los hombres servidores,
dichosos, herederos de los cielos. Amén. (Himno)


Texto: Hna. Ana Isabel Pérez.
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