Qué bonita la vida

La vida
"Qué bonita la vida" es el título de una canción que escucho a menudo, me ayuda y toca la vida misma, llena de tantas etapas, momentos que alegran y duelen, pero forman parte del caminar. Sí, ¡Qué bonita la vida!, la que tenemos en nuestras manos, la que Dios nos regala para vivirla, batallarla, hacer camino.

Si falta el aliento también forma parte del caminar, pero hay que remontar el vuelo porque vale la pena, siempre habrá más cosas buenas en la balanza para sonreír y gente con la que poderlo hacer. Si el momento presente nos cuesta, algo se nos está pidiendo para saber vivirlo. Hace algunos años, me marcó para bien una religiosa que siempre decía: “nadie nos quitará nuestra alegría”. Su vida era testimonio verdaderamente de una vida anclada en el Señor y de ahí la alegría que la habitaba. Ahí está la clave, en tener el barco bien anclado, en mirarle hoy un poco más y decirle nuevamente: ¡Sí, mi vida en tus manos Señor! Las piedras del camino hay que aligerarlas y coger el peso en su justa medida, aceptar situaciones pero sin que ello haga perder la alegría, continuar la ruta mirando al horizonte. Así quiero vivirlo en este hoy donde falta chispa pero no la certeza de que mi vida sigue estando en manos del Señor con el que quiero seguir caminando, qué bonita la vida contigo “Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen…”.

“Hazme justicia, ¡oh Dios!, defiende mi causa
contra gente sin piedad,
sálvame del hombre traidor y malvado.

Tú eres mi Dios y protector,
¿por qué me rechazas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?

Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada.

Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara,
Señor, Dios mío.

¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»” (Salmo 42)

Hna. Ana Isabel Pérez.
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