Se aparta al sacerdote Héctor Luna (IVE) por conductas inmorales graves La Archidiócesis de Granada investiga al Instituto del Verbo Encarnado por denuncia de abusos, manipulación y manejo inapropiado de dinero
El 19 de julio de 2024, la feligresía presenció la repentina desaparición del vicario parroquial Padre Héctor Luna (IVE), quien se marchó de manera abrupta y sin hacer ruido. Sin embargo, lo que la feligresía no sabía era que el Padre Luna debía refugiarse inmediatamente en un monasterio o en otro lugar lejano
La razón de su huida era una carta que había recibido del Instituto de la Doctrina de la Fe, en la que se le prohibía tener contacto con laicos, administrar sacramentos y se le advertía que su situación lo exponía a ser excomulgado de la Iglesia Católica y reducido al estado laical
| Abusos IVE y SSVM
(Abusos IVE y SSVM).- El 19 de julio de 2024, la feligresía presenció la repentina desaparición del vicario parroquial Padre Héctor Luna (IVE), quien se marchó de manera abrupta y sin hacer ruido. Sin embargo, lo que la feligresía no sabía era que el Padre Luna debía refugiarse inmediatamente en un monasterio o en otro lugar lejano.
La razón de su huida era una carta que había recibido del Instituto de la Doctrina de la Fe, en la que se le prohibía tener contacto con laicos, administrar sacramentos y se le advertía que su situación lo exponía a ser excomulgado de la Iglesia Católica y reducido al estado laical.
¿Por qué la Iglesia actuó con tanta dureza? ¿Qué hizo este sacerdote? ¿Por qué su párroco, el P. José Luis Lochedino, y sus superiores permitieron que causara tanto daño?
Historia
En 2010, la Archidiócesis de Granada confió al Instituto del Verbo Encarnado la atención de la Parroquia «Santo Ángel Custodio» en el barrio Zaidín, Granada, España. La esperanza era que su presencia enriqueciera espiritualmente a la comunidad, pero parece que solo sirvió para enriquecer económicamente al Instituto del Verbo Encarnado y las SSVM.
Desde 2013, el Padre Héctor Luna, IVE asumió el cargo de vicario parroquial de esta parroquia (llegaba desde Ecuador, donde ya había tenido algunos problemas). Aunque se destacó por su activismo y apostolado, también mostró una tendencia a manipular a las personas para obtener lo que deseaba. Su obsesión con el demonio y lo oscuro lo llevó a realizar supuestos exorcismos y oraciones de liberación sin permiso de la diócesis, según esta última manifestó.
A través de estas prácticas, contactó con víctimas vulnerables, a quienes debía «limpiar espiritualmente» y, según testimonios, también físicamente. Se ha descubierto que mantuvo conductas sexuales inapropiadas con algunas de ellas, incluso intercambiando fotos de alto contenido sexual mientras estaban en oración frente al Santísimo. Llegaba incluso a confesar a sus propias víctimas después de haber tenido relaciones con ellas.
La Iglesia local tomó medidas al respecto y denunció todo a Roma, que está actuando. Además, la Diócesis abrió una investigación sobre esta parroquia debido a denuncias de diversa índole, como:
- Manejo indebido de dinero: El Instituto del Verbo Encarnado ha adoptado la costumbre de pedir dinero para todo, más allá de los sueldos que reciben de la diócesis. Como el dinero se envía a la congregación en Roma, todo lo que los religiosos necesitan para su vida diaria, como alimentos y ropa, debe ser donado. Tanto ellos como las SSVM, que también tienen conventos de vida apostólica y contemplativa en estas zonas, acostumbran a pedir constantemente a la comunidad. Las monjas piden desde cervezas y cotillón para fiestas privadas hasta dinero para viajes frecuentes, con la excusa de que pertenecen a una congregación muy pobre.
- Abuso de confianza: El P. Héctor Luna recolectó grandes sumas de dinero y recibió donaciones de departamentos y miles de euros, que la congregación aceptó a pesar de saber que el sacerdote enfrentaba problemas que hacían dudar de su estado psicológico. Granada era una buena fuente de ingresos para el IVE, y por ello todo parecía estar permitido.
El párroco, el Padre José Luis Lochedino, IVE, recaudaba dinero para cambiar sus vehículos, mientras pedía a la gente que colaborara con comida. Había días en los que decían que las religiosas no tenían para comer, pero en los cumpleaños regalaban relojes inteligentes y otros objetos de lujo. Estas incongruencias aumentaron las sospechas.
- Manipulación: Desde su llegada, el IVE se encargó de adoctrinar a los feligreses con información sesgada y alejada de la realidad. Durante años, exaltaron la santidad y bondades de su fundador, el P. Carlos Miguel Buela, a pesar de que existían denuncias de abuso sexual en su contra.
El IVE se presentaba como el salvador de una iglesia progresista y corrompida. Su estrategia consistía en expandirse constantemente, tratando de obtener el control de colegios y otras obras de la diócesis. Según ellos, la única manera de evitar el cierre de estas instituciones era fundar nuevos conventos por todas partes, de modo que los obispos, ante la falta de vocaciones, los apoyaran y presionaran al Vaticano para no cerrar la congregación.
Superiores cómplices y corruptos
El Padre José Vicchi, superior provincial durante años de estas comunidades, no solo conocía la situación, ya que los laicos se lo comunicaban, sino que también tiene serias sospechas de manipulación de vocaciones y un trato indecoroso con mujeres. Actualmente, él reemplaza al Padre Héctor Luna.
“Su trato es arrogante, haciendo alusión a que viene de una familia donde son tres hermanos (dos curas y una monja), y que su hermano mayor gobernó el IVE desde la cúpula, lo que lo hace intocable y soberbio ante los demás religiosos”, comentó un testigo de la comunidad.
Situación actual
Hoy, la comunidad de Granada enfrenta una parroquia dividida. Un párroco prohíbe a los feligreses preguntar o hablar del P. Héctor Luna, sin haberles pedido perdón ni explicarles la verdad. Al mismo tiempo, defiende a su congregación y a su fundador, afirmando que cualquier medida tomada por Roma se debe a una «iglesia progresista» que los persigue.
Muchas víctimas de diferentes abusos (económicos, de conciencia, sexuales, vocacionales, etc.) están acudiendo a la diócesis para dar su testimonio, confiando en que la Iglesia que predicó Cristo tomará medidas al respecto.