¿Cuándo me escuchas?

Escuchar-a-Dios
Escuchaba a un sacerdote decir que en este mundo nuestro de la aceleración, donde incluso a veces nos decimos: “ya nos veremos, ahora no tengo tiempo…”; también de la acumulación por la cantidad de información que recibimos, no tenemos tiempo para Dios.

¿Cuándo me escuchas? ¡Para y Escucha! Eso es lo que nos pide. Esta es la pregunta que Dios me hace hoy y que nos puede a hacer a cada uno en cualquier momento. Es cierto que en el día a día hay tiempo para muchas cosas pero a veces el tiempo para Dios pasa rápidamente o bien no tiene el sosiego necesario para Él, para escucharle, para vivir el encuentro.

Sé que también en mi hay momentos en que no tengo la calma ni la paz para “saber perder el tiempo”, cuando sé que es el tiempo mejor invertido que trae calma al corazón, que reconforta, sostiene en el día a día de otra manera, porque encontrarse con Él da otra perspectiva al vivir la propia existencia aunque no siempre sea fácil. ¿Cuándo dedicaremos tiempo para Dios? Ojalá nos hagamos esta pregunta y abordemos la respuesta. Sabemos que cuando algo nos interesa de verdad, cuando algo queremos, encontramos el tiempo. Nos puede ayudar su Palabra si somos capaces de reconocer su presencia en nosotros mismos. “Yahvé tu Dios está en medio de ti, ¡un poderoso salvador! Exulta de gozo por ti, te renueva con su amor; danza por ti con gritos de júbilo, como en los días de fiesta” (Sofonías 3,17-18).

Que el Señor nos ayude y conceda la gracia de marcar en la agenda diaria de nuestras vidas, el valioso tiempo para hacerle partícipe de aquello que vivimos, teniendo presente que El está en medio de ti. Texto: Hna. Ana Isabel Pérez.
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