Jesús es tajante ante el cumplimiento de la ley, en el evangelio de Mateo en el capítulo cinco leemos: “No penséis que yo he venido a poner fin a la ley de Moisés y a las enseñanzas de los profetas. No he venido a ponerles fin, sino a darles su verdadero sentido. Porque os aseguro que mientras existan el cielo y la tierra no se le quitará a la ley ni un punto ni una coma, hasta que suceda lo que tenga que suceder. Por eso, el que quebrante uno de los mandamientos de la ley, aunque sea el más pequeño, y no enseñe a los demás a obedecerlos, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero el que los obedezca y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado grande en el reino de los cielos” (17-19).
La Ley fue dictada para el bien de los hombres, no para fastidiarlos. Claro está siempre que las leyes sean justas. La ley no fue solamente promulgada para conocerla sino también para ponerla en práctica y esto es lo que hace Jésus. Él cura y salva porque la ley está en vista del bien de los hombres y avanzar en el camino de la salvación y por ello pone la ley ante nuestros ojos, Él conoce las dificultades que tenemos para ser fieles al querer de Dios, pero nos da su gracia para cumplirla. Texto: Hna. María Nuria Gaza.