| Gemma Morató / Hna. Maria Núria Gaza
El año 1964 cuando Pablo VI visitó Jerusalén dijo que le gustaría que hubiera en la Ciudad Santa un lugar para peregrinos con pocos recursos. El Patriarcado Armenio ofreció su antiguo seminario para transformarlo en una casa de acogida gestionada por Cáritas Internacionales Se pidió a la Congregación de las Hermanas Dominicas de la Presentación de ocuparse de diversos servicios de la casa. Y allí estamos desde los inicios.
Es una misión interesante por la relación que se tiene con los peregrinos y también por lo que representa estar en Jerusalén, donde las hermanas pueden aprovechar cursos bíblicos.
La casa depende actualmente de Cáritas Internacional con sede en Francia. La situación de la casa es inmejorable con mucha vegetación y unas vistas de Jerusalén hermosísimas.
En el mismo barrio hay un dispensario que atiende a las familias musulmanas. Es también nuestra congregación que se hace cargo de los pacientes que acuden a dicho dispensario. De esta forma se guarda lo que desde los orígenes de la fundación ha sido una prioridad, la atención a los pobres enfermos con pocos recursos.