Cuando Jesús dijo sois la sal del mundo no pensaba en la sal que ponemos para dar sabor a los alimentos ya que este producto nos puede parecer insignificante, todo y que cuando no hay sal en un alimento, es insípido, no tiene gusto, pierde su gracia. Hace muchísimos años la sal se utilizaba para conservar los alimentos. En la época de Jesús la sal era un producto precioso para conservar carnes y pescados. La sal impide que se pudran. De ahí su importancia y este es el significado que da Jesús cuando dice:
“Sois la sal del mundo” (Ma 5,13). Es la comparación que Jesús hace de sus discípulos: no son una pequeña adición, no,
su vocación es conservar su estilo de vida en el mundo, para evitar que las fuerzas del mal malogren los hombres, los deterioren y se pierdan.
Los discípulos tienen la gran misión de guardar en perfecto estado lo que Jesús reveló sobre la bondad de Dios, sobre el amor que el Padre celestial tiene por todos los hombres para que ninguno se pierda.
Texto: Hna. María Nuria Gaza.