El presidente Steinmeier la calificó de “ideología totalitaria disfrazada de teología” Alemania reprocha al Consejo Mundial de las Iglesias haber invitado a la Iglesia Ortodoxa rusa a su Asamblea
En la inauguración en Karlsruhe de la XI Asamblea general, el presidente de la República Federal de Alemania hizo un duro alegato contra la Iglesia Ortodoxa rusa, de cuyos líderes afirmó que están conduciendo actualmente a sus miembros y a toda su iglesia por un camino peligroso y verdaderamente blasfemo que va en contra de todo en lo que creen”
“También hay representantes de la Iglesia Ortodoxa Rusa aquí hoy. El hecho de que estén aquí no es algo que debamos dar por sentado en estos días. Espero que esta Asamblea no les ahorre la verdad sobre esta guerra brutal y las críticas al papel de los líderes de su Iglesia”, afirmó el presidente federal en el discurso inaugural
En un comunicado de réplica, la delegación rusa afirmó que “el Sr. Steinmaier es un ejemplo de la brutal presión ejercida por un alto representante del poder estatal sobre la organización ecuménica más antigua. Es una injerencia en los asuntos internos del Consejo Ecuménico de Iglesias, un intento de cuestionar la naturaleza pacificadora y políticamente neutral de su trabajo”
En un comunicado de réplica, la delegación rusa afirmó que “el Sr. Steinmaier es un ejemplo de la brutal presión ejercida por un alto representante del poder estatal sobre la organización ecuménica más antigua. Es una injerencia en los asuntos internos del Consejo Ecuménico de Iglesias, un intento de cuestionar la naturaleza pacificadora y políticamente neutral de su trabajo”
A pesar del denodado esfuerzo de los organizadores de que eso no acabase sucediendo, los cierto es que la inauguración, ayer, en Karlsruhe (Alemania), de la 11ª Asamblea del Consejo Mundial de las Iglesias (CMI), se vio salpicada por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, algo que, aunque no aparece en el resumen de prensa de la Asamblea, ocupó, sin embargo, una parte del discurso del presidente de Alemania, el país anfitrión, Frank-Walter Steinmeier.
Los organizadores ya habían logrado sortear previamente la petición de la delegación ucraniana de no invitar a la delegación de la Iglesia ortodoxa rusa, solicitud que fue rechazada -y razonada- alegando que la asamblea era un lugar de encuentro para las iIglesias y el diálogo entre ellas, de tal manera que de la misma podían salir pasos en positivo hacia el camino de la reconciliación y la paz.
Las andanadas de Steinmeier
Cosa que, visto el discurso del presidente alemán, no convenció a todos, pues, aunque sus andanadas ocuparon la parte final del discurso, no dejaron lugar a la duda sobre lo que pensaba de la Iglesia ortodoxa rusa, sus lideres, pero tampoco sobre la decisión final de los organizadores de esta Asamblea, cuyo lema, a pesar de todo, es El amor de Cristo lleva al mundo a la reconciliación y la unidad.
“También hay representantes de la Iglesia Ortodoxa rusa aquí hoy -dijo Steinmayer-. El hecho de que estén aquí no es algo que debamos dar por sentado en estos días. Espero que esta Asamblea no les ahorre la verdad sobre esta guerra brutal y las críticas al papel de los líderes de su Iglesia”, afirmó el presidente federal en el discurso inaugural
"Los líderes de la Iglesia Ortodoxa rusa están conduciendo actualmente a sus miembros y a toda su iglesia por un camino peligroso y verdaderamente blasfemo que va en contra de todo en lo que creen. Están justificando una guerra de agresión contra Ucrania, contra sus propios hermanos y hermanas en la fe y la nuestra. Tenemos que pronunciarnos, también aquí en este lugar, en esta Asamblea, contra esta propaganda que apunta a la libertad y los derechos de los ciudadanos de otro país, este nacionalismo, que arbitrariamente afirma que los sueños de hegemonía imperial de una dictadura son la voluntad de Dios ¡Cuántas mujeres, hombres y niños también en Ucrania han sido víctimas de este odio y de esta violencia criminal!".
"A la vista de la Asamblea, se expresó la opinión de que al menos se debería posibilitar el diálogo. Sí, pero el diálogo no es un fin en sí mismo. El diálogo debe sacar a la luz lo que está sucediendo. El diálogo debe llamar la atención sobre la injusticia, debe identificar tanto a las víctimas como a los verdugos y sus secuaces. Sin embargo, un diálogo que no va más allá de piadosos deseos y vagas generalizaciones puede, en el peor de los casos, convertirse en una plataforma de reivindicación y propaganda", apuntó el presidente federal.
"Una Iglesia aliada con los crímenes de guerra"
"¿Qué tipo de diálogo entablaremos aquí? Esta es la elección que debe hacer esta Cámara, y la posición de Alemania -también hablo aquí en nombre del gobierno federal- es clara", añadió el político, quien continuó su alegato afirmando que "el liderazgo de la Iglesia Ortodoxa Rusa se ha alineado con los crímenes de la guerra contra Ucrania. Esta ideología totalitaria, disfrazada de teología, ha llevado a la destrucción total o parcial de muchos lugares religiosos en territorio ucraniano: iglesias, mezquitas, sinagogas, escuelas y edificios administrativos pertenecientes a comunidades religiosas. Ningún cristiano que todavía esté en posesión de su fe, mente y sentidos podrá ver en esto la voluntad de Dios. Todo contradice fundamentalmente el tercer símbolo del logo de la Asamblea, la cruz.
Tras las acusaciones y las clarísimas palabras del presidente alemán Steinmeier, ya por la tarde, llegó un comunicado del metropolita Antonij de Volokolamsk , jefe de la delegación de la Iglesia Ortodoxa Rusa, en la que señalaba que "el discurso del Presidente de Alemania contenía acusaciones completamente infundadas, ignorando por completo todos los esfuerzos humanitarios realizados por el Patriarcado de Moscú en el contexto del enfrentamiento en Ucrania, así como una clara demanda de que la Asamblea del CMI condenara a la Iglesia Ortodoxa Rusa".
"Steinmaier, ejemplo de la brutal presión ejercida"
"Yo creo que el Sr. Steinmaier -decía el delgado ruso- es un ejemplo de la brutal presión ejercida por un alto representante del poder estatal sobre la organización ecuménica más antigua. Es una injerencia en los asuntos internos del Consejo Ecuménico de Iglesias, un intento de cuestionar la naturaleza pacificadora y políticamente neutral de su trabajo".
En este sentido, subrayó que "es interesante notar que el secretario interino del CMI, Padre Ioan Sauca, quien habló ante el Presidente [Steinmeyer], en cambio, enfatizó la importancia de la presencia de los representantes del Patriarcado de Moscú en la Asamblea, ya que esto radica en la naturaleza misma de la mayor grupo ecuménico, organización llamada a promover el diálogo, la paz y el entendimiento mutuo".
Finalmente, considero que "esta posición públicamente expresada por los líderes del Consejo Ecuménico de Iglesias, así como los numerosos discursos pronunciados por los delegados de la Asamblea del CMI de Alemania y otros estados a la delegación de la Iglesia Ortodoxa Rusa, muestran que las acusaciones del Presidente de Alemania a la Iglesia no han encontrado el apoyo que esperaban", e hizo votos para que "el CMI continúe siendo una plataforma independiente de diálogo que no siga en su trabajo un orden político parcial de estados particulares, sino el objetivo de afirmar la paz y la armonía".
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