"Racismo, incitación al odio, desprecio a los pobres, trata de personas... en proporciones pandémicas" Cardenal Bo: "Nuestras realidades asiáticas hallan un eco en el mensaje urgente de Fratelli Tutti"
El cardenal Charles Maung Bo, presidente de la Federación de Conferencias Episcopales Asiáticas, ha escrito una Carta a los obispos y a las Iglesias de Asia, en la cual propone algunos pensamientos sobre la encíclica de Francisco
"Sabemos que en al menos dieciocho países de Asia, la pena de muerte todavía es legal. Tenemos el comercio de armas y algunas de las guerras más prolongadas del mundo. Millones de personas no tienen más opción que dejar a sus familias e irse al exterior"
"La falta de fraternidad crea egoísmo, hostilidad y un mundo cerrado"
"La falta de fraternidad crea egoísmo, hostilidad y un mundo cerrado"
(Asia News).- “Nuestras realidades asiáticas hallan un eco en el mensaje urgente de Fratelli Tutti. Asia se encuentra en una encrucijada. El camino que tomemos determinará la herencia que dejaremos a la generación venidera”. Es la consideración que ha empujado al cardenal Charles Maung Bo, presidente de la Federación de Conferencias Episcopales Asiáticas a escribir una Carta a los obispos y a las Iglesias de Asia, en la cual propone algunos pensamientos sobre la encíclica de Francisco y sobre Asia.
Fechada el 12 de octubre, la carta comienza con la constatación de que el año 2020 “es y ha sido, para muchos de ustedes, y para nuestra gente, un período de caos, miedo y pérdida”, a causa de la epidemia de Covid-19. “Como es natural, tememos por el futuro. Y sin embargo, Francisco nos exhorta a no dar respuestas superficiales a este momento de crisis. Jamás cesemos en nuestra misión. Ahora es el momento de construir el respeto mutuo, de vivir tal como deseamos que el mundo sea a futuro. Si la Iglesia está viva, siempre debe sorprender”.
“En este momento, hay más de una pandemia en curso”, nos dice Francisco. “Racismo, injusticia, incitación al odio, desprecio a los pobres, a los ancianos y por los niños por nacer, la trata de mujeres y niños - están con nosotros en proporciones pandémicas. Cada uno de ustedes es tristemente consciente de dónde está presente la cultura de la muerte en sus diócesis, en sus iglesias locales y en sus sociedades. Sabemos que en al menos dieciocho países de Asia, la pena de muerte todavía es legal. Tenemos el comercio de armas y algunas de las guerras más prolongadas del mundo. Millones de personas no tienen más opción que dejar a sus familias e irse al exterior para buscar trabajo”.
El Buen Samaritano
En Fratelli Tutti, Francisco “nos conduce a través de una larga meditación ignaciana sobre la famosa parábola evangélica del Samaritano” y “nos pide meternos en esta historia y, alternativamente, imaginar que somos los religiosos que pasan, la víctima, incluso uno de los ladrones, o quizás el estudioso de la ley, o el posadero que queda asombrado por la generosidad del socorrista y, por último, tomar el lugar del samaritano. Así nos hallamos nuevamente frente a la pregunta: ¿quién es mi prójimo?, y frente al interrogante: ¿nos mueve la compasión? El amor construye puentes. Nos vemos impulsados a afirmar que hemos sido creado para el amor”.
“Inspirado por la meditación sobre la parábola, Francisco traza un recorrido común para la humanidad a través del compromiso por la paz, del rechazo de la guerra y la pena capital, a través del impulso hacia el perdón y la reconciliación dentro de las sociedades y del cuidado de nuestra casa común. Cuando miremos este Evangelio con una mirada aguda, reconoceremos a Cristo en cada personas excluida”. “Se nos llama a criticar la cultura del descarte y a defender los derechos humanos de las personas vulnerables de la sociedad: mujeres, niños, minorías raciales, refugiados, ancianos, y tantos otros. El respeto por las personas y por el bien común solo crecen a partir de una verdadera fraternidad”.
El card. Bo luego observa que la encíclica en un principio debía centrarse en las “relaciones fraternas entre las religiones, tomando como ejemplo el espíritu de fraternidad con que se firmó la declaración con el Gran Imán Ahmad Al-Tayyeb, en Abu Dabi. Sin embargo, mientras el Papa escribía la encíclica, el mundo quedó completamente alterado debido a la pandemia”. Una situación que está muy presente en Asia.
Evangelii Gaudium, Laudato si', Fratelli Tutti: un tríptico
“Las tres grandes encíclicas de Papa Francisco – subraya el card. Bo - se complementan entre sí. Evangelii Gaudium ruega por la reconciliación con Dios. Laudato si' es un grito que pide la reconciliación con la creación. Fratelli Tutti invoca la reconciliación, el diálogo y la solidaridad entre toda la humanidad, como hermanas y hermanos, Papa Francisco quiere que seamos conscientes de que el mundo entero está impregnado de la presencia de Dios, e inspirar a las personas de todas las culturas y religiones a promover la reconciliaicón y la paz. Como servidores de la misión de Cristo, hoy se nos invita a ayudarlo, mientras establece nuestras relaciones con Dios, con la creación y con los otros seres humanos”.
“La falta de fraternidad crea egoísmo, hostilidad y un mundo cerrado, el Evangelio pide un mundo abierto y corazones abiertos, No hay ‘otros’, no son ‘ellos’, solo hay ‘nosotros’. Queremos, con Dios y en Dios, un mundo abierto, un mundo sin muros, sin fronteras, sin personas rechazadas, sin extraños. Para lograr un mundo abierto, tenemos que tener corazones abiertos. Para llegar a la fraternidad universal, nuestra ética social será un reclamo a la solidaridad, al encuentro y a la gratuidad”. Es el espacio para la mejor política, aquella que [aboga] por el bien común.
“¿Asia optará por la avidez individual o trabajará por el bien común? Mucho depende de cómo reconstruyamos la sociedad después de coronavirus. Muchos gobiernos asiáticos están intentando volver a modelos económicos y sociales que ya fueron probados y fracasaron, de allí la necesidad de esta urgencia”.
Aún si “como católicos, podemos ser solo una minoría”, Francisco “nos insta a hablar con fuerza a todos, como hermanos y hermanas”. “Que la llamada de nuestro Santo Padre a la solidaridad, al encuentro y a la gratuidad – concluye la carta - pueda hallar eco en sus vidas y en sus comunidades. Que puedan recoger esta insistente invitación de Papa Francisco al diálogo, al respeto, y a la generosidad hacia cada ser humano”.