Destinan un millón de euros de los fondos '8xmille' para afrontar la nueva emergencia humanitaria La Iglesia Italiana pide el cese de las matanzas en Goma (RDC) y denuncia el silencio de los medios "¡Basta ya!"
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"Recibimos diariamente noticias e imágenes de matanzas, mutilaciones, destrucciones y desplazamientos de grandes masas de población, que se producen en el silencio casi total de los medios de comunicación"
En su mensaje, la Conferencia Episcopal Italiana pide que se ponga fin a la matanza que se está produciendo en el este la República Democrática del Congo
"Una masacre que cosecha víctimas sobre todo entre la población civil, sin perdonar a niños, incluso lactantes, mujeres y personas indefensas", denuncian los obispos
Y mientras Goma intenta volver a la normalidad, los rebeldes del M23 avanzan en Kivu. Los testimonios de sacerdotes y empresarios locales
"Una masacre que cosecha víctimas sobre todo entre la población civil, sin perdonar a niños, incluso lactantes, mujeres y personas indefensas", denuncian los obispos
Y mientras Goma intenta volver a la normalidad, los rebeldes del M23 avanzan en Kivu. Los testimonios de sacerdotes y empresarios locales
| Guglielmo Gallone y Marie Duhamel
(Vatican News).- Lanzamos nuestro más sincero llamamiento para que cesen las matanzas en Goma y otras zonas de la República Democrática del Congo sumidas en la violencia:¡basta ya!
En un mensaje, la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) expresa su cercanía al pueblo de la República Democrática del Congo y a todos los que en el país están llamados a hacer frente a una crisis humanitaria sin precedentes.
«En estrecho contacto con las Iglesias locales y los misioneros presentes en la zona – escriben los obispos italianos – recibimos diariamente noticias e imágenes de matanzas, mutilaciones, destrucciones y desplazamientos de grandes masas de población, que se producen en el silencio casi total de los medios de comunicación. Una masacre que cosecha víctimas sobre todo entre la población civil, sin perdonar a niños, incluso lactantes, mujeres y personas indefensas».
La Conferencia Episcopal Italiana subraya que está presente en el país africano desde hace años, con trabajadores y misioneros, sin dejar nunca de «estar al lado de la población y de la Iglesia local, que sigue siendo objeto de violencias y ataques». Ante esta nueva emergencia, prosigue el documento de los obispos italianos, «se ha decidido destinar un millón de euros de los fondos del 8xmille que los ciudadanos destinan a la Iglesia católica», porque «no podemos permanecer callados ante este estrago, la aniquilación de la humanidad».
La situación en Goma
Mientras tanto, los habitantes de Goma informan de una calma inesperada: vuelve la electricidad, se reanudan las actividades económicas y disminuyen los enfrentamientos armados. Es una situación muy diferente a la de hace una semana, cuando los rebeldes del grupo M23 iniciaron su avance hacia la capital de Kivu Norte, región oriental de la República Democrática del Congo, pero para muchos observadores no debe inducir a error.
Los hospitales de Goma están saturados – el de Kyeshero supera el 200% de su capacidad – aumenta el número de heridos por metralla o balas, lo que dificulta al personal médico la atención a pacientes aquejados de enfermedades como el ébola o el cólera. Y si antes el hacinamiento podía evitarse transportando a los heridos en barco a la ciudad de Bukavu, en Kivu del Sur, ahora es imposible porque los últimos combates se concentran en torno a la capital de Kivu del Sur, estratégica para contrarrestar la línea defensiva del ejército congoleño y para apuntar a la capital, Kinshasa, verdadero objetivo del grupo M23, apoyado por Ruanda.
El llamamiento del padre Justin Nkunz
Precisamente en Bukavu se encuentra el padre Justin Nkunz, director de la Comisión Paz y Justicia de Bukavu. Contactado por los medios de comunicación vaticanos, hace un fuerte llamamiento:
“Debemos mostrar actitudes positivas, no ceder a la manipulación, a los discursos de odio o a los estereotipos, sino permanecer siempre constantes en el seguimiento del Señor acompañando a nuestros hermanos y hermanas en su vocación”
Un mensaje sin fronteras que hay que llevar también a los que luchan porque «son nuestros hermanos y hermanas». Todos queremos el cambio, pero no queremos conseguirlo derramando sangre. Aquí la gente lleva 30 años sufriendo».
“La Iglesia de Goma, como la de Bukavu, está haciendo un esfuerzo extraordinario para escuelas y hospitales. Pero ahora nos gustaría estar presentes para acompañar a la comunidad, para llegar a las periferias, no para contar los muertos”
El testimonio de los hermanos Cariolato
Un objetivo que requiere una estrecha colaboración con la sociedad civil, que, a pesar de todo, se mantiene activa y confiada. Tras llegar en el 2010 como misionero laico de los Salesianos, a Paolo Cariolato se le unió en el 2018 su hermano Francesco y juntos, primero en colaboración con Cáritas y luego de forma independiente, abrieron el único restaurante italiano de Goma.
«Además del negocio individual, hoy tenemos una lechería donde producimos queso, embutidos, pasta fresca, y nos dedicamos a la ganadería y la agricultura – explican a los medios vaticanos – y en nuestro restaurante empleamos a 14 jóvenes congoleños. De este modo, no sólo valorizamos los productos locales, sino que también proporcionamos formación y enviamos un mensaje de esperanza en una sociedad plagada tanto de conflictos como de fenómenos como el tribalismo y el nepotismo, que paralizan la sociedad». Pero no es fácil, sobre todo desde 2017, cuando Goma, por un lado, se ha desarrollado de forma dinámica, pero, por otro, ha tenido que hacer frente a la guerra, el ébola y el «COVID-19».
En concreto, continúan Paolo y Francesco, «en los últimos días hemos perdido parte de nuestra producción debido a la ausencia de electricidad y a los ladrones. La delincuencia es una consecuencia natural de cualquier conflicto. Y es posible que las más de 770 víctimas registradas hasta ahora estén relacionadas con la delincuencia. En Goma, los delincuentes se han escapado de las cárceles, proliferan los ladrones y muchos aprovechan el caos interno para ajustar cuentas privadas.
«Los rebeldes, que ahora están mejor organizados que en 2012 y han rodeado puntos estratégicos alrededor de la ciudad, intentan mantener la situación bajo control para hacerse querer por la población local. Porque han comprendido que los congoleños, sobre todo los más jóvenes, sólo piden ganar lo suficiente para vivir, para mantener a sus familias, para tener una perspectiva en la vida. El patriotismo se acaba cuando la necesidad económica de vivir llama a la puerta».