¿Es un momento crucial para las familias?
Ciertamente. Como dice el Papa Francisco, estamos en un cambio de época y el Encuentro Mundial de las Familias se inserta en este tiempo. Todas las conferencias episcopales del mundo han sido invitadas a organizar sus propias jornadas locales sobre la familia, lo que indica la importancia de debatir un tema tan importante. La Fafce también ha previsto una minidía europeo dedicado a la familia que se celebrará el 10 de junio, antes del encuentro mundial: será también la ocasión de celebrar el 25º aniversario de la fundación de nuestra federación y ese día seremos recibidos en audiencia por el Santo Padre, de quien esperamos unas palabras de aliento.
¿Cuál será el principal testimonio de la reunión mundial?
Daremos testimonio de la belleza de la familia, y la modalidad multicéntrica y difusa que se ha elegido se adapta perfectamente con el periodo sinodal que vive la Iglesia. Debemos lograr entrar en los hogares de las familias para convencerlas de que den testimonio de su belleza en el vivir el Evangelio y el matrimonio cristiano. Al fin y al cabo, toda familia es misionera, la Iglesia en salida somos nosotros. En definitiva, se destacará la vocación del amor familiar.
¿Qué papel desempeñan las asociaciones familiares y las redes de familias europeas?
Un papel fundamental. Entre los retos actuales, está el de la soledad de las familias: es urgente, muy urgente, trabajar en red. También debemos redescubrir nuestro ser Iglesia porque no se puede hacer familia encerrándose en sí mismos.