Mensaje del Jefe de la Iglesia greco-católica de Ucrania Sviatoslav Shevchuk: "Después de esta terrible guerra habrá victoria para Ucrania"

Alabado sea Cristo.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, os saludo desde la Kiev Ucraniana.

Hoy es domingo, 27 de febrero de 2022. Hemos superado otra noche terrible. Pero después de la noche viene el día, viene la mañana, después de la oscuridad viene la luz. Asimismo, después de la muerte viene la resurrección, que hoy celebramos con alegría. Este domingo celebraremos a Cristo resucitado presente entre nosotros, presente en Ucrania.

Pero este domingo los habitantes de Kiev no podrán acudir a la iglesia porque hay toque de queda, y toda la gente debe quedarse en casa para no arriesgar su vida. Así que la Iglesia vendrá a ellos. Nuestros sacerdotes bajarán a los sótanos, a los refugios antiaéreos, y allí celebrarán las Divinas Liturgias. La Iglesia está con su pueblo. La Iglesia de Cristo lleva al Salvador Eucarístico a quienes atraviesan momentos críticos en su vida, que necesitan fuerza y esperanza en la Resurrección.

Hoy quiero pedir a todos los que puedan venir a la iglesia: vayan y participen en la Divina Liturgia. Ve y participa en la Divina Liturgia. Confiésate hoy y recibe la Comunión. Recibe a Cristo en la Eucaristía y ofrécelo por aquellos que no pueden asistir a la Liturgia este domingo. Ofrecer la Santa Comunión por nuestros soldados. Nuestra vida actual está en sus manos. Ofrécelo hoy por los heridos, los marginados, por los que se han convertido en refugiados de esta sangrienta guerra en Ucrania.

Hoy quiero agradecer de todo corazón a todos los que defienden a Ucrania de todas las maneras posibles. Estamos observando lo bien que hacen su trabajo todos los servicios públicos, en particular, en Kiev. Anteriormente se nos preguntó si nuestras instituciones públicas eran fiables. Hoy vemos que la prueba de la solidez de nuestro Estado ha sido superada y sigue siendo positiva.

Además de a nuestros soldados, también quiero dar las gracias a los trabajadores del Servicio Nacional de Emergencias de Ucrania que hoy están liberando a los heridos de los escombros; a nuestros médicos que han salvado a cientos de víctimas durante la noche; a nuestros bomberos que han apagado cientos de incendios en toda Ucrania. Quiero dar las gracias a todos los que hoy, cada uno a su manera, trabajan por la victoria de Ucrania.

Hoy me dirijo a nuestra gente en los asentamientos, a nuestros hermanos y hermanas en diferentes partes del mundo. Le agradezco que comparta este tiempo con nosotros. Agradezco a nuestros obispos de Australia, Argentina, Brasil, América del Norte, Europa Occidental, que han promovido una gran solidaridad de los países, en los que viven, con nuestro pueblo ucraniano.

Doy las gracias a todos los que hoy intentan decir honestamente al mundo la verdad sobre Ucrania, que recogen ayuda humanitaria, recogen medicinas o simplemente rezan por la victoria de Ucrania. Creemos que, como después de la noche viene el día, después de la muerte viene la resurrección, después de esta terrible guerra habrá victoria para Ucrania. Y este nuevo día nos acerca a todos esta victoria de forma inexorable y constante.

Permitidme que desde aquí, desde las santas colinas de Kiev, desde nuestra capital, os imparta esta alegre bendición divina dominical. La bendición de Dios sea con ustedes.
Alabado sea Cristo.