El jueves, la cumbre de la UE en Bruselas decidió por unanimidad incluir a Ucrania y la vecina Moldavia en la lista de países candidatos. La jefa de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, habló de una "decisión histórica" ante "la agresión rusa".
Sin embargo, las negociaciones de adhesión concretas solo deberían comenzar cuando ambos países hayan completado ciertas reformas. Entre otras cosas, esto implica reformas judiciales y una lucha más fuerte contra la corrupción. En todo caso, el paso dado no supone, ni mucho menos, el fin de la guerra, ni de las mediaciones que la Santa Sede está llevando a cabo, de forma sigilosa, para frenar una escalada de la violencia que amenaza con convertirse en global, y que puede llevarnos a una hambruna sin precedentes a la vuelta del verano.
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