Su asesinato fue una operación "hábilmente preparada" desde Siria El milagro de Jacques Hamel, el sacerdote degollado por terroristas islámicos hace ahora cinco años
El brutal asesinato del religioso logró unificar a las comunidades musulmana y católica de la localidad, que hoy conmemoran, juntas, el quinto aniversario del martirio de Hamel
Kassim es el único acusado del caso por "complicidad de asesinato" en el juicio que se celebrará entre el 14 de febrero y el 11 de marzo de 2022 en París, aunque nunca podrá ser condenado pues se cree que está muerto
Su presencia está más viva que nunca. "Cuando dirijo la liturgia, veo su retrato, le guiño el ojo y le digo que no nos abandone, que se quede con nosotros" afirma sylvia, la animadora de la parroquia
"Mantenemos la fe en su legado, lo que nos dejó y siempre repitió, la fuerza de la convivencia y el perdón"
Su presencia está más viva que nunca. "Cuando dirijo la liturgia, veo su retrato, le guiño el ojo y le digo que no nos abandone, que se quede con nosotros" afirma sylvia, la animadora de la parroquia
"Mantenemos la fe en su legado, lo que nos dejó y siempre repitió, la fuerza de la convivencia y el perdón"
| Jesús Bastante Agencias
Este lunes se cumplen cinco años del brutal asesinato del padre Jacques Hamel, degollado por dos terroristas islámicos, en una operación que, según la investigación policial que recoge La Vie, fue "hábilmente preparada" desde Siria, y "podría haberse evitado". Desde hoy, pueden iniciarse formalmente los procesos de canonización del sacerdote, aunque ya están en marcha gracias a una dispensa dispuesta personalmente por el Papa Francisco.
Según recoge el semanario, el ataque fue impulsado por Rahid Kassim, ciudadano francés de origen yemení, que concvenció a Adel Kermiche y Abdel-Malik Petitjean para que llevaran a cabo el atentado. Ambos abatidos por la policía tras asesinar al sacerdote
Kassim es el único acusado del caso por "complicidad de asesinato" en el juicio que se celebrará entre el 14 de febrero y el 11 de marzo de 2022 en París, aunque nunca podrá ser condenado pues se cree que está muerto.
"Le echamos de menos, era el líder, quien nos hacía avanzar"
Mientras tanto, como cada 26 de julio, los feligreses de Saint-Etienne-du-Rouvray recuerdan la muerte pero sobre todo la vida, de Jacques Hamel. Este lunes se llevará a cabo una ceremonia de conmemoración. En el templo ya cuelga una imagen del religioso, considerado un santo por muchos.
"Le echamos de menos, era el líder que nos impulsaba, nos empujaba y nos hacía avanzar", confiesa Sylvie, la animadora de la parroquia. "Cuando dirijo la liturgia, veo su retrato, le guiño el ojo y le digo que no nos abandone, que se quede con nosotros", afirma.
Para ella, los fieles tuvieron muy poco tiempo para hacer el duelo: "Necesitábamos paz y, al final, tuvimos que irnos enseguida. Y la gente nos hacía preguntas y no teníamos tiempo para respirar". Ahora, las cosas están comenzando a cambiar: "Estamos empezando a aceptarlo todo y a mejorar".
Compartir los recuerdos
Ayer por la tarde, los fieles que conocieron al padre Hamel se congregaron para compartir sus recuerdos del sacerdote asesinado, así como su visión del martirio. Muchos de ellos participarán en el proceso de canonización del religioso.
"Mantenemos la fe en su legado, lo que nos dejó y siempre repitió, la fuerza de la convivencia y el perdón", sostiene Gilbert, otra feligresa, especialmente cercana a la comunidad musulmana de la localidad, que desde el principio se unioó al luto y condenó el atentado.
"El ataque realmente creó algo con nuestros amigos musulmanes", dice la hermana Danielle, que estaba dentro de la iglesia durante el atentado. La mezquita comparte una puerta con el patio de la iglesia de Santa Teresa.
Pequeñas semillas de reconciliación
En este quinto aniversario, la hermana Danielle siente que la parroquia ha dado un giro para sí misma y para los peregrinos que acuden al culto desde todo el mundo: "Ya no estamos en el momento del drama. Ya no estamos en el momento de la tragedia, ya no nos preguntamos realmente qué ha pasado. Ahora nos interesa cómo vivimos hoy, cómo nos reunimos en la parroquia y en los barrios".
Y añade: "Querían matarnos, pero no sabían que éramos pequeñas semillas que siguen creciendo y conectándose entre sí". Para profundizar en estos lazos, los feligreses se plantean incluso crear una asociación de amigos del padre Hamel para mantener viva su memoria.