Una larga tradición de convivencia
Baréin es uno de los pocos Estados del Golfo que cuenta con una población cristiana local. Además de los cristianos extranjeros que han llegado por motivos de trabajo, también hay una comunidad de unas mil personas, principalmente católicos de los países árabes vecinos que llegaron entre los años 30 y 50 y a los que se les concedió la ciudadanía.
En el Reino, donde el Islam es la religión oficial y el sistema jurídico se basa en la ley islámica, se permite la libertad de culto tanto a las comunidades cristianas como a los fieles de otras religiones. Aquí, de hecho, se construyó la primera iglesia católica de la región del Golfo: se trata de la Iglesia del Sagrado Corazón, erigida en Manama -la capital- en 1939, en un terreno donado por el Emir. Se construyó una segunda iglesia en el municipio de Awali en un terreno donado por el rey Hamad bin Isa al-Khalifa a la Iglesia en 2013. Hoy en día, la catedral de Nuestra Señora de Arabia es el mayor templo católico de la región: el proyecto se inició en 2014 gracias al entonces vicario apostólico del norte de Arabia, monseñor Camillo Ballin, y fue finalmente consagrado el 10 de diciembre del año pasado por el cardenal Luis Antonio Tagle, en presencia del rey Hamad.
El Vicariato Apostólico de Arabia del Norte
Las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Baréin también han avanzado mucho en los últimos años. Iniciadas por primera vez en 1999, un hito importante fue sin duda, en mayo de 2014, la presencia del Rey Hamad en el Vaticano recibido por el Papa Francisco, que en esa ocasión recibió como regalo del soberano una maqueta de la Catedral de Nuestra Señora de Arabia en construcción, así como una invitación para visitar el Reino. En el encuentro, el Papa y el Rey hablaron de la paz y la estabilidad en Oriente Medio y de la contribución positiva de la comunidad cristiana al país.
En la actualidad, los católicos residentes en Baréin están bajo la jurisdicción del Vicariato Apostólico de Arabia del Norte, creado en 2011 con sede en Awali, donde trabajan unos 65 sacerdotes, muchos de ellos capuchinos. Desde 2020, la sede que quedó vacante por el fallecimiento de monseñor Ballin ha sido confiada a monseñor Paul Hinder, antiguo vicario apostólico de Arabia del Sur. Ambos vicariatos son miembros de la Conferencia Episcopal Latina para la Región Árabe (CELRA).