Fráncfort acoge, en un ambiente tenso, la quinta y última Asamblea General Una amplia mayoría del Camino Sinodal alemán aprueba pedir al Papa revisar el celibato
Otra formulación que pedía directamente al Papa que levantara el celibato obligatorio, fue rechazada por una mayoría de dos tercios
Igualmente se decidió pedir a Francisco “que examine si a los sacerdotes ya ordenados se les podría dar la oportunidad de liberarse de la promesa del celibato sin tener que renunciar al ejercicio del ministerio”, además de que “los exsacerdotes se involucren más de cerca en la vida activa de la iglesia”
Del 9 al 11 de marzo, la localidad alemana de Fráncfort acoge la quinta y última Asamblea General del Camino Sinodal, un proceso surgido en Alemania en el año 2019 como respuesta al doloroso impacto que dejaron en la Iglesia germana los informes sobre los abusos sexuales a menores cometidos en su seno durante décadas.
Desarrollada desde entonces como un revulsivo capaz de regenerar desde la base una comunidad de creyentes de la que cada año desertaban más miembros, sin embargo, sus demandas han ido topando progresivamente con las objeciones del Vaticano, la última, el pasado mes de enero, cuando en una carta aprobada específicamente por el Papa, los cardenales Parolin, Ladaria y Oullet le hicieron saber que no tenían potestad para establecer órganos administrativos y deliberativos que pudieran suplantar a las conferencias episcopales o al Vaticano, en relación a los llamados consejos y comités sinodales. Y todo ello, además, en pleno proceso de Sínodo sobre la Sinodalidad, cuya fase final se celebrará en octubre de 2024 en Roma.
Precisamente, en la apertura de esta última asamblea (dentro de tres años se realizará otra reunión para analizar el desarrollo del proceso), el copresidente del Camino Sinodal (CS) y de la Conferencia Episcopal Alemana (DBK), Georg Bätzing, defendió el establecimiento previsto de un consejo sinodal, aunque subrayó, en referencia al aviso dado por el Vaticano, “queremos hacerlo bajo las posibilidades previstas por el derecho canónico”.
Cinco obispos 'se dan de baja'
El obispo de Limburb también confirmó que, finalmente, de los 27 obispos que participan en el CS (en total son 230 delegados), cinco han rehusado participar en esta ocasión en las deliberaciones (donde los pastores tienen derecho de veto) al estar en desacuerdo con la aprobación de los controvertidos consejos sinodales en las diócesis. Estos obispos fueron los que escribieron al Vaticano mostraron su temor ante la posible creación de esos organismos asesores de los obispos.
Junto con este espinoso asunto, estos días se seguirá reflexionando sobre otros temas ya tratadas en las asambleas previas, como una apertura al celibato, las bendiciones para las parejas homosexuales, la admisión de mujeres a los oficios ordenados y una mayor participación de los laicos, según informa Katholisch.
Revisar el celibato
En este sentido, y tras las primera jornada, el Camino Sinodal se pronunció a favor de una revisión de las normas del celibato con una amplísima mayoría. El texto adoptado el jueves por la noche en Fráncfort pide al Papa Francisco de "reexaminar la conexión entre la consagración y la obligación de ser célibe". Esa fue la fórmula aceptada, dado que otra formulación “que pedía directamente al Papa que levantara el celibato obligatorio, fue rechazada por una mayoría de dos tercios”.
Igualmente se decidió pedir al Papa “que examine si a los sacerdotes ya ordenados se les podría dar la oportunidad de liberarse de la promesa del celibato sin tener que renunciar al ejercicio del ministerio”, además de que “los exsacerdotes se involucren más de cerca en la vida activa de la iglesia”.
Junto con este además, además del de los consejos sinodales, que es la verdadera piedra de toque, otros dos son especialmente controvertidos: uno es el texto de reforma sobre la moralsexual, en el que, por ejemplo, se aboga por permitir oficialmente la celebración de bendiciones para las parejas del mismo sexo o aquellas que se han vuelto a casar y se han divorciado (opción también cerrada por el Vaticano en la primavera de 2021.
El otro texto controvertido que se de analizará es aquel que “demanda una nueva forma de tratar la diversidad de género en la Iglesia, especialmente con las personas transgénero e intergénero”.