"La Iglesia católica en Corea apoya activamente y se solidariza con el pueblo coreano para salvaguardar nuestra democracia" Los obispos coreanos piden al presidente que pida perdón y asuma responsabilidades tras la fallida declaración de ley marcial
“La imposición de la ley marcial de emergencia anoche debe haber quitado el sueño a muchos coreanos. A menos que haya una necesidad urgente, los procedimientos de gobierno y administración de un Estado deben llevarse a cabo de manera normal y deben ser conocidos por los ciudadanos”
“Nosotros, que confesamos nuestra unidad en Cristo, especialmente aquellos que experimentaron la tragedia de la guerra de Corea, rezamos para que las tensiones actuales no degeneren en una tercera guerra mundial y se establezca un estado de paz en la península coreana"
"Es imperativo que el Presidente acuda personalmente al pueblo para explicar lo sucedido, pedir sinceras disculpas al pueblo y asumir la responsabilidad del proceso de declaración y levantamiento de la ley marcial"
"Es imperativo que el Presidente acuda personalmente al pueblo para explicar lo sucedido, pedir sinceras disculpas al pueblo y asumir la responsabilidad del proceso de declaración y levantamiento de la ley marcial"
| Pascale Rizk/Fides
"El comportamiento del Presidente Yoon, un hombre falso, que niega lo que existe y afirma lo que no existe, ya no nos sorprende. Nos preguntamos: ¿cómo puede alguien comportarse así?”.
Si el grupo de 1.466 sacerdotes católicos, entre ellos cinco miembros de alto rango del clero, esperaban una respuesta a la declaración publicada hace unos diez días en la que criticaban al Presidente por desatender sus responsabilidades constitucionales, le acusaban de alimentar la división en la sociedad y pedían su dimisión, ésta no se ha hecho esperar.
A las 10 de la noche de ayer, el presidente Yoon Suk Yeol proclamó la ley marcial en directo por televisión. Yoon dijo que quería proteger la democracia mediante la ley marcial para "erradicar las fuerzas pro-norcoreanas y proteger el orden constitucional democrático".
A las 2 de la madrugada, hora de Seúl, la votación parlamentaria revocó la ley por 190 votos de un total de 300. Una votación que fue posible gracias a la llegada de los diputados al edificio a pesar del bloqueo impuesto por los militares.
Miles de personas piden la dimisión del presidente de Corea del Sur tras la declaración de la ley marcial > https://t.co/zNM7S1ElZ5pic.twitter.com/Cm135I7hvF
— Informativos Telecinco (@informativost5) December 4, 2024
También eran las 10 hace 44 años, cuando la represión y el trabajo del ejército surcoreano desembocaron en la masacre de Gwangju, el 18 de mayo de 1980, como respuesta al levantamiento popular tras los sucesos de 1979 y 1980.
La Iglesia católica ha vuelto a hacer oír su voz. En una nota hecha pública en la mañana de hoy, 4 de diciembre, la Conferencia Episcopal Coreana afirma: “La imposición de la ley marcial de emergencia anoche debe haber quitado el sueño a muchos coreanos. A menos que haya una necesidad urgente, los procedimientos de gobierno y administración de un Estado deben llevarse a cabo de manera normal y deben ser conocidos por los ciudadanos”.
La nota está firmada por el portavoz de la Conferencia Episcopal Coreana, Matthias Iong-hoon RI, actual obispo de Suwon, la segunda diócesis más grande del país, que junto con la delegación de Fe y Ministerio (formada por el Consejo Nacional de Iglesias de Corea NCCK, que incluye a la Iglesia Presbiteriana, el Ejército de Salvación, la Iglesia Ortodoxa, la Iglesia Anglicana, la Iglesia de Dios y la Iglesia Luterana, además de la Iglesia Católica) se había reunido con el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro de Roma al término de la audiencia general hace una semana, el 27 de noviembre para pedir al Pontífice que rezara por la paz en la península coreana y que realizara una visita a Pyongyang en el momento oportuno para mediar pacíficamente en las relaciones entre las dos Coreas.
El ministro de Defensa de Corea del Sur presenta su dimisión y pide perdón por la ley marcial: "Me siento responsable y pido perdón por la confusión y la preocupación provocada a la población" https://t.co/2LbitG40iz
— Europa Press (@europapress) December 4, 2024
“Nosotros, que confesamos nuestra unidad en Cristo, especialmente aquellos que experimentaron la tragedia de la guerra de Corea, rezamos para que las tensiones actuales no degeneren en una tercera guerra mundial y se establezca un estado de paz en la península coreana. Que este significativo encuentro se convierta en un trampolín para la paz y la unificación de la península coreana”, fueron las palabras de la delegación coreana al Pontífice hace siete días.
Volviendo a la carta publicada hoy por los obispos católicos, el documento afirma: “Los estudiosos del derecho constitucional coinciden en que la declaración de la ley marcial de emergencia por parte del presidente Yoon presenta muchos problemas de legitimidad procesal. Aunque el estado de emergencia se levantó tras una votación parlamentaria, es cuestionable que el asunto fuera lo suficientemente grave y urgente como para justificar tal declaración, levantada tras sólo seis horas”.
“Son muchos los que preguntan al Presidente si ha sido una decisión correcta declarar la ley marcial en 2024, instituida durante el régimen militar, cuando no había invasión enemiga externa ni amenaza visible de guerra”, prosiguen los obispos, que en la parte final se dirigen directamente al Presidente Yoon: “Es imperativo que el Presidente acuda personalmente al pueblo para explicar lo sucedido, pedir sinceras disculpas al pueblo y asumir la responsabilidad del proceso de declaración y levantamiento de la ley marcial. Nuestra democracia se construyó con grandes sacrificios. La Iglesia católica en Corea apoya activamente y se solidariza con el pueblo coreano para salvaguardar nuestra democracia, construida con la sangre y el sudor de muchas personas a lo largo de los años”.
“Instamos encarecidamente al presidente Yoon Seok-yul y al gobierno a que respondan con sinceridad a las demandas de la Iglesia católica coreana y del pueblo coreano”, concluye la carta.
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