"En esta fase en que la pandemia resurge, debemos salvar vidas, y la 'Green Pass' debería servir para dar la bienvenida a la gente a la Eucaristía". El presidente de los obispos europeos, Jean-Claude Hollerich, defendió la norma, vigente en Luxemburgo, para permitir "que sólo los vacunados participen en las liturgias", salvo en el caso de celebraciones con menos de 20 fieles.
En declaraciones a The Tablet, el purpurado dio el visto bueno para que dicha medida se implante en toda la Unión Europea: "Nos ayuda a salvar vidas", apuntó, criticando a los sacerdotes que se han opuesto: "Esto no ayuda a buscar una solución".
"Mi diócesis (Luxemburgo) se ha adherido de forma convencida" a las restricciones del Gobierno, recalcó Hollerich, lamentando la postura de algunos clérigos, especialmente en Polonia, que "han causado daño y desorientación" con sus decisiones de corte negacionista, negándose a cumplir los límites de aforo, higiene y salubridad (llenando las pilas bautismales, dando la comunión en la mano y no usando mascarillas).
En la actualidad se exige una prueba de vacunación y/o un test COVID negativo para entrar en las iglesias de Suiza, Croacia, Países Bajos y Grecia. En España, no hay más restricción que las de aforo en algunos territorios, pese a la presión, falsa, de algunos grupos ultracatólicos y pseudonegacionistas.
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