Apasionado adiós y4. EL PARQUE QUE ATRAVIESAS
Publicó Jesús Mauleón, en 2.010, “Este debido llanto”,luminoso poemario de homenaje y evocación hacia su madre, fallecida con 94 años y pico, amorosos y tiernos versos de confianza y entrega al Padre/Madre Creador y Providente.En la imagen que preside el post de hoy contemplamos a la madre de Mauleón el día de su 94 cumpleaños, acompañada de sus nietas Rebeca y Natalia.
Nos confidencia el conmovido poeta:“Nunca la muerte de alguien amado me había sumido en una especie de sosegada furia, o de éxtasis, que se prolongó durante mes y medio y me forzó a escribir, casi como un sonámbulo, uno y, en ocasiones, dos poemas diarios”.Dedicamos, en su momento, tres páginas de este BLOG a conocer y comentar once de sus poemas (pulsar). Pero también podéis disfrutar A Pantalla Completa (F11), con ambientación musical, siete títulos de “Este debido llanto” en la WEB Nido de Poesía(pulsar).
LA CAJA DE AHORROS ESCRIBE CARTAS A LA MADRE
DOS AÑOS DESPUÉS DE SU MUERTE
“Dos años después de la muerte de mi madre –refiere Jesús–, canceladas sus cuentas, le llegaban cartas y cartas de Caja de Ahorros de Navarra.” En septiembre de 2008 decide el poeta de Arrániz escribir los deliciosos versos de “Viniendo a cuentas...”, que se localiza en la segunda parte de “Apasionado adiós”. Entre la sonrisa y la broma, y el enfado, expresa Mauleón una vez más el decidido convencimiento de que su madre sigue viva y es feliz en compañía del Dios del Amor y la Alegría:
VINIENDO A CUENTAS...
La Caja de Ahorros de Navarra, madre, no sabe que tehas muerto.
Te ofrece sus "programas de la tercera edad",
cuando estás en la última
o no tienes edad: eres eterna.
La Caja de Ahorros aún “pone a tu alcance” sus“diversas propuestas”
con voluntad de “mantenerte activa”:
Curso de yoga, cuando ya has hallado
la asana en paz de dicha perdurable.
Y curso de gimnasia, cuando ya los músculos
de tu alma están templados, en su punto
de energía total.
Curso de baile, a ti que danzas,
ingrávida, inmortal,
el baile deslumbrante y ajustado
que danzan los que Dios vuelve felices.
Y un curso de dibujo, cuando tienes
ante tus ojos la perfecta imagen, Aquél que ha hecho
en la perennidad perfecto
el pulso de tu mano.
Y otro curso de música, ahora que cantas y oyes
la música total y estás en el gran coro
que acorde en el amor canta su gloria.
La Caja de Ahorros te organiza excursiones,
cuando te has entregado a tu viaje final
y ves ya toda la belleza junta.
La Caja de Ahorros en su carta
no sabe con quién habla,
ni a quién escribe.
La Caja de Ahorros de Navarra ignora que ya tienes
todo tu capital centuplicado
en otras arcas y al mejor recaudo.
TAN EMBEBIDO NIEGA SUS POSTRIMERÍAS...
Regresamos a la primera parte de "Apasionado adiós" con "El parque que atraviesas", sencillo relato de dos veteranos supervivientes que sortean, de momento, el último peldaño de la escalera de la vida. El veterano poeta observa por el parque a un viejecito melómano navegando por olas de zarzuela, que cierra los ojos y acompasa el corazón al latir del cassete y las esferas. Venció a la muerte en este anochecer de romanzas y estrellas.
El anciano poeta, que levanta acta de todo, se despide del sol y del paisaje, y se apresta a esquivar el frío aliento de la noche, porque su oficio es ser cronista de la vida y el tiempo, compositor de himnos y aleluyas.
EL PARQUE QUE ATRAVIESAS
El parque que atraviesas va cerrando los ojos,
las hojas de la fronda.
Cerca está ya la hora en que la noche
acueste para siempre la altura de los árboles.
Pero en tanto caminas
ves a ese viejecito recostado en el banco.
Baja también sus párpados, abrazando a su pecho
en su cassete romanzas de zarzuela.
Los ojos entornados, viejo su pelo blanco
como de nieve muerta, con devoción escucha
el ocaso de un coro y un aria de tenor
alta como los montes que al sol matan.
Tan embebido niega sus postrimerías
que igual te ignora a ti como a los gatos
que sin desmayo mayan y le rondan. Prohibido
echarles de comer. Y prohibido
abrir los ojos al besar la música.
Tú sigues caminando. Rozas
la balconada. Casi póstumo
te despide el paisaje: cielos, montes
y un recio caserío conturbando la vega.
"Nada de esto te daré
aunque te postres y me adores".
Vuelves sobre tus pasos. Todavía el anciano
se anuda a la zarzuela con el último
hilito de su vida.
¿Duerme?
¿O es su postrer ensayo
del arte de morir?
Tú
quedas para contarlo y aun cantarlo, porque vivo
has cruzado hoy el parque.
A MIS VECINOS DE LA PLAZA DE LOS CASTAÑOS 5, DE BARAÑÁIN
Un último poema. Confidencia Mauleón, en "Hoy os voy a decir...",el afecto que siente hacia todos y cada uno de sus vecinos: "Ay, mis viejos vecinos de decenios, / o los recién llegados, que dormís / bajo el mismo tejado que nos cubre: / sabed que tenéis mi respeto acumulado..."
Me ha parecido sugerente visualizar su bloque de vecindad en la Plaza de los Castaños 5, de Barañáin (Navarra), con cámara alta, muy alta, que tanto me recuerda espléndidos versos de León Felipe en "Alturas". Filosofa el poeta zamorano desde tres diferentes niveles: desde un cuarto piso, desde mil metros, y desde el sitio de Dios... Así se expresa, por ejemplo: "desde el sitio de Dios, / fuera del tiempo y del espacio, / el hombre no se verá ya / ni grande ni chico, ni bueno ni malo."
En ejercicio de sinceridad, de transparencia, Jesús Mauleón, con prestados ojos del Dios Altísimo, declara a sus vecinos que los quiere a todos, a pesar de rutinas, timideces, distracciones y olvidos... Que descubre, día a día, en cada uno de ellos, "la cara cotidiana de una extensa familia".
HOY OS VOY A DECIRA mis vecinos de la Plaza de los Castaños, 5
de Barañáin
Hoy os voy a decir que ese vecino grave
que os dice "buenos días", "buenas tardes",
(si es en el ascensor, divaga sobre el tiempo),
hoy os voy a decir que si sonríe
y dice una palabra cariñosa a los niños
o sale distraído con un verso invisible
rondándole la frente
y apenas si repara en vuestros pasos,
o lo veis cavilando mientras roe
su buzón del correo,
hoy os voy a decir que tras de la cortina
o el velo respetuoso de tantas convenciones
os sigue, os reconoce, recuerda algunos nombresy apellidos,
vio crecer vuestros hijos, alguna vez
os estrechó la mano
u os dijo una palabra temblorosa, o rota,
cuando la muerte os asaltó la casa.
Si vuelve a su silencio, a su saludo escaso
o si en el ascensor duda o pronuncia
palabras de relleno,
aquí os jura que a sus ojos nunca
fuisteis indiferentes y que ve en vosotros
la cara cotidiana de una extensa familia.
Y porque ya su historia se hace larga en el tiempo,
quiere dejar bien claro y por escrito
que está en su corazón mucho más cerca
de todos sus vecinos que las pocas palabras
que siempre pronunció, tan cerca,
como el calor atento o distraído
con que lleva a vosotros su mirada.
Ay, mis viejos vecinos de decenios,
o los recién llegados, que dormís
bajo el mismo tejado que nos cubre:
sabed
que tenéis mi respeto acumulado,
y sabed,
aunque el falso pudor no nos deje decirlo,
que sois míos y os quiero.
JESÚS MAULEÓN, autor de "Apasionado adiós"
"El título muestra la ambivalencia de motivos poéticos del libro: por un lado, la despedida ("adiós") y, por otro, también el transcurrir alegre hacia un destino espiritual seguro y reconfortante ("a-Dios"), de amanecida".Tomás Yerro, en el prólogo.
1.J. Mauleón se despide del mundo
AMARTE A TI
Y NO TE DIGO ADIÓS
PORQUE HE VIVIDO TANTO
2.Lo mío es ya la tarde
LO MÍO ES YA LA TARDE
DIOS MÁS Y MÁS
CUÁNTA LA SOLEDAD
3.Día de fiesta
DÍA DE FIESTA
AQUELLAS MANOS BLANCAS
Y VA LA GRULLA JOVEN
¿Y PARA QUÉ UN POEMA...?
4.El parque que atraviesas
VINIENDO A CUENTAS...
EL PARQUE QUE ATRAVIESAS
HOY OS VOY A DECIR...