En torno al 18 de julio de 1936, se organiza en occidente un movimiento internacional de simpatía hacia la causa republicana. No sólo hablamos de declaraciones a favor del poder constituido. Nos referimos, sobre todo, a la adhesión personal, al ofrecimiento generoso para el combate.
En torno a cuarenta mil extranjeros se enrolaron en las filas del ejército popular, franceses, alemanes e italianos, sorprendidos por el fascismo emergente en sus respectivas patrias, dispuestos a luchar contra él en otras tierras. Llegaron a combatir por la república voluntarios de hasta cincuenta y cuatro nacionalidades . Dato poco conocido: varios miles de brigadistas de origen judío lucharon contra la facción rebelde. De la totalidad de extrajeros combatientes, casi la cuarta parte regaron tierra española con el generoso tributo de su propia sangre.
LA PASIONARIA DESPIDE A LOS BRIGADISTAS
Dolores Ibárruri,"La Pasionaria", pronunció un emocionado discurso de despedida a los brigadistas en noviembre de 1938. Reproduzco algunos párrafos que aclararán, mejor que nada, el destacado papel que jugaron en la contienda civil:
"Comunistas, socialistas, anarquistas, republicanos, hombres de distinto color, de ideología diferente, de religiones antagónicas, pero amando todos ellos profundamente la libertad y la justicia, vinieron a ofrecerse a nosotros, incondicionalmente.
Nos lo daban todo, su juventud o su madurez; su ciencia o su experiencia; su sangre y su vida; sus esperanzas y sus anhelos...Y nada nos pedían. Es decir, sí: querían un puesto en la lucha, anhelaban el honor de morir por nosotros..."
Evoca, más adelante, el sacrificio de tantos combatientes que sembraron sus vidas por los campos de batalla:
"Hoy se van muchos; millares se quedan, teniendo como sudario la tierra de España, el recuerdo saturado de honda emoción de todos los españoles..."
Estas son sus últimas palabras, antes de ver partir a los valientes soldados hacia lo desconocido:
"No os olvidaremos; y cuando el olivo de la paz florezca, entrelazado con los laureles de la victoria de la República Española, ¡volved!
Volved a nuestro lado, que aquí encontraréis patria los que no tenéis patria, amigos los que tenéis que vivir privados de amistad, y todos, todos, el cariño y el agradecimiento de todo el pueblo español, que hoy y mañana gritará con entusiasmo:
¡Vivan los héroes de las Brigadas Internacionales!"
"AL SOLDADO INTERNACIONAL CAÍDO EN ESPAÑA"
Tuvo Miguel Hernández un afecto muy especial hacia el brigadista cubano Pablo de la Torriente, comisario político de la Brigada Móvil de "El Campesino" donde trabajó a sus órdenes Miguel en actividades culturales. Pocos meses después de conocerse, fallece Pablo en Majadahonda vistiendo la zamarra de piel de cordero que le había regalado el poeta pastor.
En "Viento del pueblo" puede leerse la "Elegía segunda" (pulsar) que le escribió, muy dolorido, Miguel, y que se cierra con estos versos: "No temáis que se extinga su sangre sin objeto, / porque éste es de los muertos que crecen y se agrandan / aunque el tiempo devaste su gigante esqueleto."
Vayamos, por fin, al soneto original de Miguel Hernández sobre los brigadistas internacionales fallecidos en España. Fue publicado el 5 de abril de 1937 en el diario de los comisarios del Pueblo"La Voz del Combatiente". Diríamos que chisporrotean latidos de memoria sobre la tumba de cada brigadista anónimo. Escuchamos con respeto, potente y milenaria, la metáfora del combatiente como recio olivo de hondas raíces y exuberantes frutos (el poema que sigue a este soneto en "Viento del pueblo" es, precisamente, "Aceituneros"):
AL SOLDADO INTERNACIONAL CAÍDO EN ESPAÑA
Si hay hombres que contienen un alma sin fronteras,
una esparcida frente de mundiales cabellos,
cubierta de horizontes, barcos y cordilleras,
con arena y con nieve, tú eres uno de aquellos.
Las patrias te llamaron con todas sus banderas,
que tu aliento llenara de movimientos bellos.
Quisiste apaciguar la sed de las panteras,
y flameaste henchido contra sus atropellos.
Con un sabor a todos los soles y los mares,
España te recoge porque en ella realices
tu majestad de árbol que abarca un continente.
A través de tus huesos irán los olivares
desplegando en la tierra sus más férreas raíces,
abrazando a los hombres universal, fielmente.
LA CANCIÓN DE SERRAT "UNO DE AQUELLOS"
En la lotería del reparto a artistas de canciones para visualizar en vídeo, con miras a los conciertos por España, le ha correspondido a Pere Portabella "Uno de aquellos", la canción de hoy. Su interés por este tema lo expresa así:
"Las brigadas, aunque solidarias, son cosa de individuos. No son cuerpos de ejército organizado. Son brigadistas. Y esto es fantástico. Uno es médico, el otro es fontanero, el otro no sabe lo que es, el otro viene por impulso, un adolescente se acerca aquí también... Y es formidable cómo se integraron en la lucha..."
El argumento del vídeo que ha creado es muy sencillo: el paso, por pantalla, de la imagen de ordenador, en verde y negro, del sonido que nos está llegando, con sus espigas, sus bayonetas, que bailan celebrando la intensidad, la velocidad, el timbre... de la canción. Hasta podemos seguir con la vista el texto, que va apareciendo simultáneo con la música... Pero vayamos ya a conocer, primero, los versos definitivos del poema original, en versión Serrat, para después escuchar algo de su música:
UNO DE AQUELLOS
Si hay hombres que contienen un alma sin fronteras,
una esparcida frente de mundiales cabellos,
cubierta de horizontes, barcos y cordilleras,
con arena y con nieve, tú eres uno de aquellos.
Uno de aquellos (bis)...
Si hay hombres que contienen un alma sin fronteras,
tú eres uno de aquellos (bis).
Las patrias te llamaron con todas sus banderas.
Las patrias te llamaron con todas sus banderas,
que tu aliento llenara de movimientos bellos.
Quisiste apaciguar la sed de las panteras,
y flameaste henchido contra sus atropellos.
Uno de aquellos (bis)...
Si hay hombres que contienen un alma sin fronteras,
tú eres uno de aquellos (bis).
Las patrias te llamaron con todas sus banderas.
Con un sabor a todos los soles y los mares,
tu majestad de árbol que abarca un continente.
A través de tus huesos irán los olivares
abrazando a los hombres universal, fielmente.
Uno de aquellos (bis)...
Si hay hombres que contienen un alma sin fronteras,
tú eres uno de aquellos (bis).
Las patrias te llamaron con todas sus banderas.
La tumba del brigadista desconocido es fría y solitaria. En la instrumentación se subraya esta soledad con melodías de armónica, que Miguel ejercitaba en sus largas vigilias de pastoreo (es clásica la figura del cabrero soplando el caramillo o flauta de caña).
Pero también destaca Serrat, con aliento épico, el abrazo fraternal con el Pueblo de los luchadores por la justicia. En el rítmico estribillo "tú eres uno de ellos" se escucha, solemne, profunda, la voz de la trompa. El dulce y recio canto del Coro, en el que abundan voces graves, acompaña y subraya, con mágica energía, la entonación solista de Serrat.
Con "Uno de aquellos", bello y matizado canto inicial, se abre el inolvidable recital de los trece temas del CD "Hijo de la luz y de la sombra".
¿Escuchamos ya algunos compases de esta magnífica canción "Uno de aquellos"? (pulsar aquí).
“HIJO DE LA LUZ Y DE LA SOMBRA”
Se dedica un artículo a cada una de las trece canciones
con texto de Miguel Hernández y música de Serrat
