Retiro para artistas y creativos en La Canal (Cantabria) Unos días de Arte, Encuentro, Debate, Reflexión y Evangelización
el Cardenal Carlos Osoro compartió con los asistentes recuerdos de sus años como cura en Torrelavega y en especial los recuerdos de “La Pajarera” y su paso por Oviedo, Valencia y Madrid, también respondió a algunas cuestiones que le plantearon los presentes sobre todo relacionado con la evangelización a las nuevas generaciones
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Del 11 al 13 de agosto ha tenido lugar en el monasterio de la Canal, en pleno corazón de Cantabria, un retiro y encuentro de artistas y creativos llegados de España y Latinoamérica convocados por el cantautor hispanouruguayo Luis Alfredo Díaz.
El Encuentro ha consistido en testimonios bajo el formato de la entrevista a la que seguía un coloquio con los participantes, unos 30, donde se hablaba fundamentalmente de evangelización, desde diversos aspectos y puntos de vista.
Todos coinciden que vivimos otros tiempos, que la evangelización ha de buscar nuevos cauces para llegar a una población, descreída o perdida.
Estos momentos más de contenido y de reflexión se han ido acompañando con espacios para la expresión del arte de los músicos asistentes, bien en los ratos libres o en los espacios preparados para ello.
La mañanas comenzaban con el rezo de los laudes pero el resto del día era también una oración de alabanza y acción de gracias.
Repasando algunas intervenciones.
José Antonio Rosas es natural de México y fundó la Academia de Líderes Católicos que él mismo dirige en la actualidad. Vinculado en su juventud a una organización de extrema derecha la abandonó posteriormente y descubrió su vocación de formar nuevas generaciones para la política desde los principios del cristianismo, incluyendo todas las opciones políticas que durante el curso tienen que aprender a convivir entre ellas, como personas y como políticos.
José Antonio recordó cómo el Papa Francisco ya se ha manifestado en contra de la existencia de ningún partido católico, cada persona debe ser libre en sus opciones políticas y a la vez tener claros los principios del cristianismo.
Rosas reconoce que Juan Pablo II fue el papa de su juventud, pero Francisco ha sido el papa de su conversión pastoral.
En su análisis respecto del camino que un cristiano debe seguir si quiere involucrarse en política afirmó que “siempre ha de hacerlo respaldado por una comunidad”.
En otro momento señaló que para un cristiano las fronteras en la política no son las opciones que se le presenten sino los principios que se defienden.
“Si el sacerdote tiene que oler a oveja el político tiene que oler a pueblo, que no significa ser populista.”
Recordando aquel pacto de las catacumbas que algunos obispos firmaron durante el Concilio Vaticano II dijo que se necesitaría un pacto de las catacumbas para los políticos que les llevase a comprometerse de verdad con el pueblo, a renunciar a privilegios, a vivir con honestidad y sencillez.
“Las leyes son importantes, pero lo es más la cultura, porque de nada sirve una ley injusta si el pueblo no hace uso de ella” y puso como ejemplo el aborto.
En otra referencia al Papa Francisco dio que “hay que escucharle en Primera persona”, cuando nos habla se dirige personalmente a cada uno de nosotros.
Otra de las intervenciones corrió a cargo del sacerdote y vicario judicial de Oviedo el P. Andres Pérez quien habló del acompañamiento espiritual, al que él lleva dedicados muchos años de su vida. Quiso dejar que no se trata de una confesión continuada sino de un camino para encontrarse con Cristo y con uno mismo. Habló del perfil de las personas que se dediquen al acompañamiento espiritual, tanto hombres como mujeres, consagrados o laicos y marcó las herramientas principales en el acompañamiento espiritual como son la oración, la lectura de la palabra, el acceso habitual a los sacramentos y la aceptación de las indicaciones de quien acompaña.
La siguiente intervención fue compartida por el teólogo y politólogo mexicano Víctor Escalante a quien le acompañaba el P. Lucas, un argentino elegido por el Papa Francisco como misionero de la Misericordia. Ambos hablaron del anuncio, del kerygma, de las dificultades y de los retos que hoy en día tiene el anuncio del Evangelio, de las diversas dinámicas y experiencias de evangelización urbana y el intento de llevarlas a cabo en España.
Raul Fernandez Dávila es un peruano afincado hace años en España y dedicado profesionalmente a la música, habló del uso de las redes sociales y la nueva tecnología aplicado a la evangelización.
Al día siguiente el Cardenal Carlos Osoro compartió con los asistentes recuerdos de sus años como cura en Torrelavega y en especial los recuerdos de “La Pajarera” y su paso por Oviedo, Valencia y Madrid, también respondió a algunas cuestiones que le plantearon los presentes sobre todo relacionado con la evangelización a las nuevas generaciones.
La misa del domingo la presidió el cardenal Osoro y en su homilía alentó a los artistas presentes a seguir con su labor de dar a conocer la belleza y hacerlo sin miedo.
En la tarde del domingo una tertulia por Zoom ha permitido a una veintena de artistas conectados desde los lugares más remotos como Estados Unidos, México, o Panamá y desde varios puntos de España compartir su visión de la situación actual del mundo de la música cristiana. Además de las reivindicaciones históricas de falta de unidad y apoyo institucional también se ha constatado cómo los que alcanzan el éxito en el mundo de la música adolecen de falta de empatía con el resto de sus hermanos en el ministerio de la música.
Las noches del retiro fueron noches bohemias donde cada cual pudo compartir algo de su arte y se pudieron escucha, baladas, rock, y rap.
En los días previos al retiro y tras el mismo se llevaron a cabo unas experiencias de evangelización urbana que llegaron a Torrelavega, Santillana del Mar y Santander.
Non solum sed etiam
Compartir unos días de retiro con un grupo de artistas es un privilegio. Si además en esos días se habla de evangelización es una oportunidad para tomar el pulso a una parte de la Iglesia, una parte muchas veces incomprendida, hasta juzgada y rechazada desde las altas instancias eclesiásticas. Instancias que defienden a capa y espada un patrimonio románico, gótico, renacentista o neoclásico sin ser conscientes de que ese mismo arte que entonces se expresaba en piedra, madera y óleo hoy se expresa de nuevas maneras, y que gozan con los clásicos, algunos protestantes, y son incapaces de ver el arte de las nuevas tendencias musicales. Pero ahí están, incombustibles para alabar al Señor y bendecirlo y darle gracias, y aportar su granito de arena a la nueva evangelización.