David López Royo abandona la delegación episcopal de Fundaciones de la diócesis de Madrid ¡Hasta pronto, David!
Las Fundaciones de Madrid destacan la enorme dedicación, el rigor y el espíritu de servicio a la Iglesia diocesana de López Royo, que deja su cargo debido a sus otros compromisos laborales, y le manifiestan su cariño y agradecimiento
El pasado viernes 25 se hizo público el adiós de David López Royo como delegado episcopal de Fundaciones de la Diócesis de Madrid. La noticia de su marcha, debida a sus otros compromisos profesionales, causó tristeza en las fundaciones, que la recibieron con emoción y respeto, reconociendo su inestimable labor en los tres años y medio en los que estuvo al frente de la misión.
“¡Qué pena que nos dejes! Y cuánto te agradecemos el esfuerzo, empeño y cariño que has dedicado a esta Fundación durante estos años. Has sido un presidente magnífico”, se lee en uno de los mensajes enviados; la “sorpresa y pena” ante su marcha de se expresa así en su despedida: “Han sido tan positivas y eficaces tus propuestas, así como tu exquisito trato y tacto con los componentes del Patronato, que sólo puedo repetir que lamento te ausentes. Te doy las gracias por lo mucho que has revitalizado la fundación. También por cuánto hemos aprendido de tu hacer y decir”.
Trabajo en equipo y transparencia para grandes proyectos educativos y sociales
El trabajo de David López como delegado episcopal de las Fundaciones de la Diócesis de Madrid ha sido gran dedicación, estando siempre al servicio de la Iglesia diocesana. Ha generado visión de equipo, tal y como lo avalan los distintos patronatos que ha presidido, destacando su rigor y entrega al frente de los mismos. Su preocupación fue que las Fundaciones formaran un proyecto de servicio y buscarán dar respuesta a los fines por lo que fueron creadas.
Cuando David López llegó a la Delegación Episcopal existía una visión individual en la manera de trabajar y logró generar en las Fundaciones una cultura de equipo. Esto está avalado por el reconocimiento que todos los mandos intermedios han hecho de su gestión en la Jornada conclusiva de los cursos de Formación el pasado junio, una jornada que presidió el obispo auxiliar de Madrid, José Cobo. Las conclusiones de esta jornada, se harán públicas próximamente.
Asimismo, como se ha señalado, se aplicó un rigor organizativo de las Fundaciones, que fue reconocido por el Consejo Económico de la Diócesis de Madrid. David López coordinó la elaboración de cinco informes ejecutivos de su gestión para los consejos económicos, dando cuenta detallada de la situación de cada fundación. Este Consejo ha felicitado a López Royo por su trabajo y dedicación a las Fundaciones.
Sistematizar el trabajo
La misión del Delegado en estos años ha sido sistematizar el trabajo de las Fundaciones para cumplir sus fines y servir a la Iglesia.
Ha trabajado, entre otros temas, para poner en marcha tres grandes proyectos: el nuevo colegio de María Inmaculada, la Ciudad de la Misericordia y el nuevo proyecto socio educativo.
Frases como "David López es una persona vocacionada para servir y ayudar" o “David, eres una persona entregada y siempre atenta para tratar de ayudar a aquéllas personas que lo necesitan, releo tantas veces la entrevista que te hicieron hace unos años” expresan el reconocimiento de su labor.
Además, López Royo puso en marcha en las Fundaciones el programa de transparencia a través del “Compliance Officer”, para la responsabilidad y transparencia de las Fundaciones en el cumplimiento de sus estatutos y las leyes que las regulan.
Búsqueda del bien común
David es columnista habitual del diario El Correo de Andalucía y en sus artículos habla, sobre todo, del bien común, y de cómo alcanzarlo para todas las personas de la mejor forma y con la mayor equidad posible, sobre la base de la transparencia, equidad en las ganancias, ética en los comportamientos y en las relaciones comerciales. “Buenas personas dirigiendo empresas y no tiburones y trabajar de una manera conjunta por el bien de la sociedad”.
A López Royo le gusta hablar en sus artículos de la riqueza social. “Es algo que va más allá de la parte económica, es la dignificación de la persona, que es de lo que habla, a fin de cuentas, la doctrina social de la Iglesia, porque aunque se pierda dinero, sinceramente se cree en el capital humano, porque contra y viento se cree en el capital humano”, explicaba en una entrevista publicada en 2014 en la revista Actualidad de las empresas aragonesas.
David deja tras de sí una inmensa labor en las fundaciones diocesanas de Madrid pero sabemos que seguirá implicado socialmente allí donde esté: “Tengo que obligarme a ser una atalaya, un portavoz de esta realidad social que no debemos olvidar”, se confesaba en la entrevista.
Hombres como él son lo que necesita este tiempo de compromiso.