(Antonio Aradillas).-Las noticias y ciertos planteamientos que de algunas ellas se hacen con frecuencia en la actualidad obligan a afrontar el tema del celibato sacerdotal. Me limito a recoger comentarios e interpretaciones de dentro del Pueblo de Dios, sin rehuir, por supuesto, de exponer mis propios criterios.
El celibato sacerdotal y su acentuado cuestionamiento en estos últimos tiempos, jamás podrá ser conceptuado como tema tabú. Reflexionar y emitir la opinión sobre el mismo deberá ser mucho más y mejor considerado por la Jerarquía y sus alrededores que su escueta aceptación y silencio. Cualquier mecanismo o forma de actuación jerárquica que prohibiera u obstaculizara su consideración y debate, y aún su disidencia, ejercería su autoridad indebidamente. Para ésta y para tantas otras reflexiones en la iglesia siempre habrá lugar y ocasión.
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