(Xabier Pikaza).- El último libro del Papa recoge de forma piadosa y poderosa La Infancia de Jesús (Planeta, Barcelona 2012). No todos están de acuerdo con su interpretación, ni dentro ni fuera de la Iglesia, y eso resulta muy positivo, pues introduce al Papa en el contexto de las diversas lecturas del evangelio, en línea más histórico o más simbólica, más intracristiana o más universal.
Nos hallamos ante un Papa que quiere presentarse a sí mismo como falible, y muy falible, en contra de la actitud de papas anteriores (como Pio XII) que se quisieron rodeados de un aura de infalibilidad constante. Por un momento, al escribir y presentar este libro, Benedicto XVI no quiere actuar como Papa de la Iglesia universal sino como narrador de historias evangélicas y como teólogo.
De todas formas, este teólogo y narrador de historias de magos no puede olvidar que es el Papa y así ha puesto un esfuerzo especial (magisterial) en su libro. Así ha realizado un gran esfuerzo y ha recogido, en forma unitaria, algunos de sus recuerdos e interpretaciones mejores del misterio del nacimiento, desde la perspectiva de su formación de joven teólogo antes del Vaticano II (1962-1965), en clave de piedad, de apertura a los Padres de la Iglesia, de simbolismo eclesial...
Para leer el artículo completo, pincha aquí:
