"La salvación se inaugura revestida de pobreza. La salvación se revela a los pobres" Natividad del Señor: La esperanza se hace historia
"En el Espíritu de Cristo, que hoy habita los hombres y la historia, tenemos una garantía que la justicia y la paz pueden avanzar, aún en los medios extraños a la Iglesia visible"
"Las circunstancias históricas del nacimiento de Cristo no son solo una crónica: envuelven una enseñanza que no puede separarse del mensaje de la Navidad"
| Padre Eugenio Pizarro
De Paoli y Galilea, tomado de su libro “Anuncio de la Esperanza”. Página 11.
He optado por este escrito, es más breve que el mío: “El Dios que nace es un Niño, un Hijo, un Hermano, un Hombre, un Pobre”, que se puede encontrar en Blog mío en Religión Digital. Comencemos la transcripción de “La Esperanza se hace historia”.
La Navidad es la celebración de nuestra Esperanza en Cristo. En ella renovamos, cada año, nuestra creencia en que el Señor es el único liberador, fuente de paz y de fraternidad en la sociedad. Es el único que nos conduce a la reconciliación con Dios, en la cual se realizan sus promesas de paz y de felicidad. (Puebla 214-216).
Esta celebración no es el puro recuerdo histórico del nacimiento de Cristo que inaugura esta esperanza, ni tan solo una mirada al porvenir: Cristo vendrá al fin de los tiempos a consumar nuestra liberación. Es sobre todo un mensaje para hoy: en Cristo, en su Evangelio y en su gracia que hoy nos son transmitidos por la Iglesia, tenemos a nuestra disposición las fuentes de la reconciliación con Dios y con nuestros hermanos, que está en la raíz de un hombre nuevo y de una nueva sociedad. En el Espíritu de Cristo, que hoy habita los hombres y la historia, tenemos una garantía que la justicia y la paz pueden avanzar, aún en los medios extraños a la Iglesia visible. (Puebla 201)
A condición de que los cristianos y los hombres de buena voluntad trabajemos en anticipar ese Reino cuyo signo es la Iglesia y cuyo dinamismo es el Espíritu. (Puebla 226-231). El cántico de los ángeles con que se termina el Evangelio de hoy es una invitación, siempre actual, en este sentido.
Las circunstancias históricas del nacimiento de Cristo no son solo una crónica: envuelven una enseñanza que no puede separarse del mensaje de la Navidad. La forma en que Jesús vino al mundo es parte de este mensaje. Es criterio para entender nuestra esperanza, y disponernos para recibir la gracia de Jesús que viene.
Cristo nace como un pobre, entre las pajas de un establo: no había otro lugar para Él en Belén. La salvación se inaugura revestida de pobreza. La salvación se revela a los pobres. Los pastores son el símbolo de los sencillos y humildes (los pequeños), a quienes Cristo se revela (Mt.11, 25). Desde entonces, la actitud del pobre es necesaria para mantener la Esperanza y para entrar en el Reino. Para reconocer a Cristo que viene revestido de debilidad y pobreza, en los signos que nos trasmite la Iglesia, en el Espíritu que habita la historia. (Puebla 267-268).
Este mensaje, silenciosamente expresado en su nacimiento, Jesús lo traducirá más tarde en la enseñanza explícita, al proclamar la Bienaventuranzas.
(Una nota final: este 24 de diciembre 2023 coinciden el domingo 4º de Adviento con Nochebuena, por eso, se optó que escrito de hoy fuera sobre Navidad y Nochebuena).
Al terminar, les deseo a todos y a cada uno de ustedes, un gran Nacimiento. Pidamos por nuestra Iglesia y por el Chile querido. Que, con Jesús, Emmanuel, Dios con nosotros, tengamos un Año Nuevo 2024 bueno, lo deseo especialmente para los más pobres de nuestra tierra. Los tendré muy presente en la Eucaristía del 24 de diciembre: Noche Buena. La celebraré en Capilla San Alberto Hurtado de Puente Alto. -
Unión de oraciones y una bendición.
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