"Si la Iglesia nació católica, quiere decir que nació 'en salida' que nació misionera" Primeirear la Iglesia “en salida” a partir de la “kénosis eclesial”

Primeirear la Iglesia
Primeirear la Iglesia

"La expresión “Iglesia en salida” va más allá de un slogan papal, doctrinal, pastoral o teológico (2), ya que es una teología y una praxis madura para una Iglesia más cercana, evangélica y misionera"

"La teología 'en salida' se muestra abierta a las necesidades humanas y se rebaja a ellas, buscando caminos pastorales presentes y futuros"

"La paciencia, la audacia y el coraje harán que la Iglesia dialoge y no busque defenderse y responder a los ataques"

"La sinodalidad no puede instalarse como una “legalización” o “institucionalización”, sino como una construcción capaz de superar las relaciones verticales"

Introducción

Primeirear (1) nuevos caminos a la luz del Evangelio es la praxis teológica de la Iglesia “en salida”, que se inclina para encontrarlos. Esta propuesta de tesis colabora académica y pastoralmente con los fundamentos teológicos necesarios para contestar a los signos de los tiempos, en este tiempo de cambio. Se trata de reflexionar sobre los fundamentos del Concilio Vaticano II aplicados y ampliados por el Papa Francisco, a través del concepto de “kénosis eclesial” elaborado por el teólogo Hans Urs von Balthasar.

Las implicaciones conciliares presentes en la propuesta del Papa Francisco y en la teología de von Balthasar nos permiten comprender, avanzar y aplicar la dinámica irreversible del Concilio Vaticano II. Lo primeirear en el corazón de la Evangelii Gaudium define kenóticamente la propuesta del ser eclesial, mostrando la necesidad de apertura al otro. Esta propuesta ayuda a sostener los modelos evangélicos de pequeñas comunidades, involucrando a la Iglesia en la vida cotidiana y humana. Eso implicará pensar las fronteras, las periferias, las cuestiones humanas y la Casa Común desde la sinodalidad, haciendo realidad nuevas formas de convivencia comunitaria.

Sueño

Este camino teológico permitirá redescubrir y crear nuevos procesos renovadores en la Iglesia, en su ser y actuar hoy. La Iglesia saliendo de sus muros para realizar el lavar los pies con carácter misionero, testimoniando con convicción su eclesiogénesis misericordiosa. El método teológico “en salida” primeireado kenóticamente aportará y ampliará una propuesta de Iglesia nueva y no de una nueva Iglesia, es decir, sin miedo a pensar, crear, cuestionar, revisar y abrirse a lo nuevo del Espíritu Santo. 

1. Pensar la “kenosis eclesial” como práctica de la Iglesia “en salida”

La Iglesia, con su presencia actual en el mundo, necesita primeirear em dirección al encuentro con la humanidad. Este movimiento exige inclinarse, el desprendimiento y el descenso a las periferias reales y existenciales, permitiendo el compromiso evangélico en la vida pública. La expresión “Iglesia en salida” va más allá de un slogan papal, doctrinal, pastoral o teológico (2), ya que es una teología y una praxis madura para una Iglesia más cercana, evangélica y misionera. Esta primera propuesta del Papa Francisco propone la práctica de la “kenosis eclesial”, que es presente en la teología de von Balthasar, posibilitando una actuación creíble de la Iglesia en el mundo.

La transformación eclesial exige comunidades abiertas a los procesos primeireadores y dispuestas a inclinarse eclesial ante las preguntas plurales que marcan este tiempo de cambio. El inclinarse es caminar sin miedos y ni ataduras, haciendo la Iglesia “en salida” encarnada en la realidad a través del testimonio de ser servidora de la Trinidad. Así, la lógica eclesial se configurará a través de la misericordia pastoral (3), el Evangelio (4) y la integración (5) que permita avanzar con respuestas comprometidas y creativas. Ese gesto kenótico con la iniciativa de llegar a las periferias reales y existenciales promoverá la audacia del Evangelio, renovando la institución.

De este modo, la “kénosis eclesial” posibilita la renovación de estructuras, muchas veces marcadas por el rigorismo, la imposición y la intransigencia (6). Y para estos nuevos pasos eclesiales se propone una proximidad kenótica y no institucional, porque “Dios está cerca de su pueblo, una cercanía que alcanza su punto más alto en la encarnación. Es el Dios que sale al encuentro de su pueblo” (7). La Iglesia debe seguir este movimiento de aproximación, manteniendo sus puertas abiertas (8) para que se produzcan sus mudanzas. Se trata de salir de si mismo por esta iniciativa pericoretica trinitaria de involucrarse, acompañar, fructificar y celebrar su cercanía a todas las personas:

Si la Iglesia nació católica, quiere decir que nació “en salida”, que nació misionera. Si los apóstoles se hubieran quedado allí en el cenáculo, sin salir a llevar el Evangelio, la Iglesia sería sólo la Iglesia de ese pueblo, de esa ciudad, de ese cenáculo. Pero todos salieron al mundo desde el momento en que el Espíritu Santo descendió sobre ellos. Y por eso la Iglesia nació “en salida”, es decir, misionera (9).

Sueño

Este movimiento kenótico de salir de sí mismo sitúa la Iglesia a las periferias reales y existenciales del dolor humano, sufrimiento, injusticia, ignorancia, miseria y deshumanización. Su maternidad la hace salir a la calle y ejercer la pastoral con esmero, llevándola a superar los obstáculos de la mezquindad, el desánimo, el hacer de tarea, el pesimismo, el aislamiento, la mundanalidad espiritual, el clericalismo y del ser museo (10). La Iglesia lista para primeirear sabe que estos desafíos deben ser superados, y no pierde la alegría, la audacia y el protagonismo misionero. Por eso la propuesta es anunciar el Evangelio en todas las ocasiones, sin demora, sin repugnancia y sin miedo, aceptando las libertades del Espíritu Santo sin vaticinios y esquemas.

Entonces las puertas estarán abiertas y las consecuencias pastorales serán respuestas lúcidas y testimoniales, impulsando al “aggiornamento-primeireador” capaz de crear procesos nuevos y misericordiosos (11). El movimiento de la “kenosis eclesial” dará a la Iglesia la certeza de realizar el lavar de los pies (Jn 13,5) en su trabajo pastoral, y será la razón de su presencia y credibilidad en el mundo. Este modo de proceder es promover uma nueva forma de Iglesia y no uma nueva Iglesia.

Primeirear nuevos caminos hará del paradigma de la Iglesia “en salida” un camino concreto y real, haciéndola despegarse y vaciarse de sí misma para un compromiso profético y transformador. Pensar en la Iglesia que sale a primeirear será agacharse y hacer la “pastoral de oído”, que escucha y participa en la vida de las personas, sin superioridad ni respuesta pronta, pero dispuesta a caminar juntos. Este es el ámbito teológico y pastoral, pasando de la pasividad sacramental de los fieles al protagonismo bautismal en la evangelización.

Es necesario repensar el estilo y la estructura misionera de nuestras comunidades, para renovar la Iglesia y promover la convivencia en la sociedad. Sus características serán la sensibilidad pastoral, la capacidad de escucha, la compasión frente al sufrimiento, el diálogo frente a la confrontación y la creatividad frente a la autocomplacencia. La conversión personal, pastoral y misionera conducirá a la construcción de un proyecto pastoral misionero que crea cercanía en la realidad. Este camino de continua conversión evitará caer en el abismo administrativo y de la contraloría, posibilitando continuar por los caminos abiertos por el Concilio Vaticano II.

Sueño

Según el Papa Francisco, la Iglesia “en salida” tiene una dirección concreta en las urgencias humanas, que exigen una nueva agenda y actitudes eclesiales. En esta propuesta, nos anima a salir kenóticamente a buscar nuevos caminos eclesiales, demostrando la vivacidad de expandirse, dar espacio y acceso a todos. Así se configuran nuevos cambios a través de encuentros que descentralizan el poder, diálogos interreligiosos, ecumenismos y atención a los más pobres y vulnerables.

“La proximidad es uno de los modelos pastorales para la Iglesia de hoy” (12), que nos propone primeirear como fuerza revolucionaria del Evangelio, especialmente allí donde la vida está más herida. La teología “en salida” se muestra abierta a las necesidades humanas y se rebaja a ellas, buscando caminos pastorales presentes y futuros. Así, generar procesos de acercamiento a la “kenosis eclesial” será cuestionar y pensar con una eclesiología abierta las cuestiones que hieren la vida humana. La originalidad de la teología “en salida” es en seguir el camino de la Trinidad actuando en el mundo, saliendo de los estancamientos eclesiásticos para realizar procesos necesarios e innovadores.

¿Es posible pensar en la kénosis de la Iglesia? (13) Esta pregunta planteada en la teología de von Balthasar comienza a tener respuestas teológicas, pastorales y misioneras con los procesos llevados a cabo por la propuesta del Papa Francisco de la Iglesia “en salida”. El principio teológico de la kénosis permite a la Iglesia ser constantemente dinámica en sus procesos evangelizadores, expresando a la Iglesia su inclinarse frente a las realidades, del mismo modo que sucedió en el acontecimiento de Cristo:

El Nuevo Testamento en el uso de la palabra kenosis nos ofrece varias posibilidades. (...) Este desprendimiento, humillación, vaciamiento, que es prenatal, antes de su “entrada en el mundo”, sigue siendo único en su género e imitable para la Iglesia (y sus miembros), porque la Iglesia según el Nuevo Testamento debe ser considerado como este fruto salvador (14).

De este modo, se trata de aplicar la kénosis (incluso en su sentido aplicado a las Personas de la Trinidad) a la Iglesia y entenderse como servidora y creadora del pensamiento de Dios, es decir, libremente dispuesta a despojarse, para abajar y para inclinar. Este paradigma kenótico propone a la Iglesia su rebajarse frente a las realidades, del mismo modo que sucedió en el acontecimiento de Cristo. Por lo tanto, ninguna criatura puede rebajarse como en la forma Dei, sin embargo, su esencia es ser servidora y partícipe de la obra de la Creación, es decir, “realizando kenosis in sensu impropio”(15). La resolución del acto kenótico de Dios, de abandonarse a sí mismo en las realidades estructurales del pecado, como solidaridad con los que sufren, nos permite pensar dónde ocurre la kenosis en sentido impropio. De este modo, la Iglesia “en salida” crea nuevos procesos acompañando la kénosis de Cristo con los crucificados de la historia, llamando a la Iglesia a estar en estos lugares de sufrimiento al servicio de la kénosis divina (16).

Sueño

Sin embargo, el proceso continuo en la vida y pastoral de la Iglesia necesita, por medio del Espíritu Santo, repensar continuamente la posibilidad de qué forma institucional permita acortar las distancias con la realidad (17). Este proceso de renovación de las estructuras es el movimiento dinámico de la kénosis en salir a “buscar a los que están lejos y llegar a las encrucijadas de los caminos para invitar a los excluidos” (18). Un ejemplo del cuidado pastoral de esta eclesiología es cuando la gente de la calle está al borde de un paso a desnivel, y se rebaja a convivir con estos hermanos y hermanas, sin embargo, cuestionando las causas del hambre y la aporofobia que los afectan. Así es como la persona libre se rebaja, se involucra y se entrega a la práctica eclesiástica de la misericordia, porque “la Iglesia tiene que inclinarse sobre todas las heridas de la humanidad y actuar para que nadie quede descartado” (19).

La capacidad de la Iglesia para interpelar al mundo estará en vivir la propuesta kenótica de la Trinidad, apuntando a ser más evangélica y pensando en la catolicidad original de ser un pequeño rebaño disperso y actuar en el mundo con su protagonismo de base (20). El principio teológico de la kénosis lleva a la Iglesia con sus comunidades dispersas a configurarse en la teopraxis misionera, con el objetivo de incluir y no cerrarse narcisísticamente, aislada y enferma. Esta propuesta eclesiológica nos desafía a insertarnos en el mundo, asumiendo nuestros sufrimientos, dolores y limitaciones, tal como Dios fue capaz de hacerlo. Desde esta perspectiva, el Papa Francisco busca avanzar en dirección a esas cuestiones de la solidaridad humana, ofreciendo la figura del poliedro como expresión de las fragilidades (21). Ese será el desafío: seguir impulsando el proceso de acercamiento a la Iglesia a través de su desapego y renuncia a su condición de institución antigua.

La Iglesia “en salida” crea procesos kenóticos, colocándose concretamente con la estrategia de la preferencia y la solidaridad transformadora de la vida y el sufrimiento de los últimos. Estos procesos pasan comprendiendo el mundo concreto y sufriente de las víctimas de las estructuras del pecado, posibilitando la superación de las estructuras eclesiásticas y alienantes de la fe. Su presencia será siempre vis-a-vis (22) como una práctica pastoral responsable y con la presencia madura de los laicos, lo que requerirá dejar atrás el activismo pastoral y las sacramentalizaciones. De este modo, la “kenosis eclesial” llevará a la comunidad viva y activa a cuestiones horizontales, siendo su involucramiento como la de su Señor.

Eclesialmente, la estructura kenótica se abre al sentire cum Spiritus Sancti, brindando experiencias conscientes y abiertas para seguir, retornar, avanzar, testimoniar y decidir sobre realidades necesitadas de transformación y misión. Así, la “kenosis eclesial” es la razón por la cual la Iglesia es católica, continuando su mensaje abierto al mundo, al mismo tiempo que se anuncia y se entrega. La pastoral de la Iglesia “en salida” será primeirear al rebajarse como opción misionera capaz de transformar realidades, haciendo de su costumbre, estilo, horario, lenguaje y estructura un canal privilegiado de evangelización, abriendo nuevos caminos de misión y diálogo (23).

Sueño

2. El modus operandi de la Iglesia del delantal para inclinarse

El primer paso de la Iglesia es la apertura al soplo y al frescor primaveral del Evangelio, proponiendo la Iglesia con sus comunidades misioneras a los que están lejos y se inclinan al encuentro. Así, asume la mentalidad kenótica del lavar de los pies (Jn 13) y del samaritano (Lc 10,25-36) a través de los procesos renovadores. El neologismo bergogliano que proviene de la cultura porteña impulsa el método teológico pastoral de la Iglesia “en salida”, haciendo su modus operandi de proximidad eclesial. Este primer modus operandi se construye y se lleva a cabo desde la base, para hacer avanzar el espíritu misionero de la Iglesia. Tomar la iniciativa como provocación de la eclesiología de la comunidad misionera “en salida” consiste en poner el delantal y involucrarse, acompañar, fructificar y celebrar cada paso, transformando el rebaño del pastoreo al pastoreo protagónico.

La Iglesia-comunidad fructificará el mensaje evangélico con apertura al nuevo y sorpresas de Dios, transmitiendo el Evangelio como servicio kenótico. De esta forma, tomando la iniciativa, eliminarás el miedo ir al encuentro a los más lejanos y descartados, ya que siempre estarás involucrado en los asuntos que te aquejan. Este impulso misionero hará la comunidad más alegre y vibrante, sin preocupar por las obsesiones de organizar. Vivir este modus operandi permite abrir el horizonte de nuevas primaveras frente a las opciones y desafíos encontrados. Esta será una construcción continua con las páginas del Evangelio como propuestas de las realidades y acciones humanas, desde la apertura sin miedo a encontrar y dialogar con alternativas, proponiendo decisiones que abarquen a todos.

El itinerario de primeirear pasos de involucrarse, acompañamiento, fructificar y celebración puede depararnos horizontes diversos y amplios, que culminan en la experiencia del amor universal. Será la valentía de primeirear de incluir a todos con sus historias y caminos en su proceso de humanización, como propone el Papa Francisco: “En la Iglesia hay lugar para todos. Y cuando no la haya, por favor, que la haya, incluso para los que se equivocan, para los que caen, para los que pasan por dificultades. Todos, todos, todos”. (24). La capacidad de aprender a superar las divergencias que se han producido, buscando la disposición de facilitar el diálogo para la reconciliación, sin ideologismos.

Otra disposición para continuar en este itinerario será comprender que la propuesta es comunitaria, siendo necesario dialogar siempre para superar los conflictos, y no ignorarlos cuando se presenten. Las relaciones transparentes harán siempre posible la conversión personal y pastoral, que lleve a la búsqueda de respuestas a las diversas soluciones que se presenten. Estamos invitados a anticiparnos, favoreciendo el diálogo con todos. Así, hacer comprensible y atractivo el Evangelio de Jesús. Se trata de caracterizar el camino pastoral con la práctica del Dios que se involucra y se mezcla en nuestras miserias, se hace cercano.

La proximidad anticipando a los problemas de hoy es un modelo evangélico de práctica eclesial. Al aceptar la invitación a aplicar este principio, la Iglesia vivirá su sencillez fiel a su mandato misionero. La Iglesia, poliédricamente en sus dones y carismas, se ve interpelada a involucrarse y ser involucrada, consistente en el gesto kenótico de vaciarse del poder mundano por la praxis de la exudadia del amor concreto y transformador. Esta proximidad en la construcción sinodal, proponiendo repensar la participación de los bautizados, ya que “en la mayoría de los casos depende de la calidad de los párrocos o del obispo para que los consejos parroquiales y diocesanos o de otro tipo puedan promover o perjudicar la vida cristiana”. (25).

Sueño

Las crisis humanitarias serán momentos oportunos para que la Iglesia ejerza su cercanía, promoviendo la fraternidad y la amistad social de Fratelli Tutti. Esta teología “em salida” comprendiendo y asumiendo como propio el dolor humano, y no el peligro inminente de la teología de prestar servicio académico. Así se supera el obstáculo de las aduanas o el supermercado de la fe (26), haciendo teología de rodillas cuando se inclina a servir. El autovaciamiento hará posible que dejemos nuestras recetas preparadas y creamos que esta dinámica está lejos de los refugios seguros, las zonas de confort y las cuentas bancarias de los fieles.

Primeirear pasos de nuevas características en la misión de la Iglesia-comunidad como materna, acogedora y misericordiosa requiere un constante discernimiento comunitario abierto al Espíritu Santo. Estas características remiten a ejemplos que la llevan a salir em dirección la periferia de las calles, los enfermos, los niños marginados, los jóvenes explotados y los pobres descartados. De este modo, la paciencia, la audacia y el coraje harán que la Iglesia dialoge y no busque defenderse y responder a los ataques. Su audacia implica ser consciente de los riesgos de salir sin miedo, para buscar y favorecer la cultura del encuentro. Los teólogos deberán trabajar por un Pentecostés teológico, que permita al ser humano escuchar en su propio idioma la búsqueda de una vida plena (Jo 10,10) (27).

En todos los tiempos de cambios, seremos desafiados primeirear las nuevas oportunidades, que nos desinstalarán de nuestros esquemas, modalidades y estructuras fijas. El vínculo comunitario creado transformará estas realidades, aconteciendo en esta perspectiva de vida nueva a través del amor. Así, los nuevos vínculos promoverán el acercamiento, provocando la anticipación de la comunidad en su misión. Es tener la iniciativa audaz y con la presencia de romper pragmatismos, renunciando al fútil protagonismo de las inestabilidades del poder.

La imagen del protagonismo de la Iglesia que sale para primeirear es la del “ánfora hombre y mujer” (28) siempre preparados y dispuestos a abajarse para anticipar y acercarse en el servicio a los hermanos y hermanas que encuentran. Son gestos de cercanía no programados ni previstos en las agendas eclesiásticas o pastorales, pues nuevas ocasiones demandarán nuevas actitudes. Comunidades de ánforas de hombres y mujeres crearán ambientes de “escuela de amor a Dios y al prójimo” (29).

La Iglesia “en salida”, a través de la lectura de los signos de los tiempos, busca comprender los diversos elementos sociales, culturales, ambientales y humanos para dar testimonio del mensaje evangélico. Frente a estos signos ya las situaciones de problema y sufrimiento de las personas, responde oponiéndo con el poder de la misericordia. El Papa Francisco hace la provocación a la Iglesia a leer los signos de los tiempos, dónde están las cuestiones humanitarias y su relación con la Casa Común. Así, involucrarse kenóticamente en estos temas será cultivar la misericordia proponiendo una forma humanizada de convivencia con la política y la economía que priorice a los pobres.

Sueño

El profetismo misericordioso propiciará la cultura del encuentro con los valores éticos y humanos, incluyendo a los heridos con compasión inclusiva. Se trata de mostrar misericordia construyendo la fraternidad universal y la amistad social. La Iglesia al servicio de la misericordia tiene como objetivo superar la corrupción para el cuidado de los pobres y de la tierra (30), primeireando proféticamente la esperanza de ser capaz de construir un nuevo comienzo o sostener la fuerza para volver a intentarlo.

La misericordia es la compasión que hace posible la transformación social, no el subjetivismo, ya que se convierte en praxis. Es esencialmente libre para ir al otro, y ante las situaciones que marginan, la humillan y desdignifican, denunciar lo que la deshumaniza y anunciar lo propio de la identidad divina, el amor que construye relaciones altruistas y justas. Profetizar con misericordia permite a la Iglesia dejar de ser autorreferencial para ser sensible a las necesidades concretas de la humanidad, dando siempre prioridad a las víctimas de la injusticia, los descartes y las manipulaciones de la economía que mata. La justicia es lo mínimo que debemos hacer para respetar la dignidad del ser humano, mientras que la misericordia es lo máximo, pues trasciende la justicia y se convierte en una actitud activa (31).

La Iglesia “en salida” se manifiesta a través de la misericordia, con su capacidad de mirar, sentir y sanar a los miserables y sus debilidades humanas, con su entrega total a la compasión, al cuidado de todos aquellos que claman por la liberación. El primado de la misericordia en la Iglesia la hace en el lugar libre donde todos pueden sentirse acogidos y amados, perdonados y animados a vivir según la Buena Noticia de Jesús. El sentido de profetizar la misericordia es en no permitir la explotación religiosa y humana de los fieles, transformados en clientes del mercado y subyugados a sistemas políticos y económicos. Los signos de los tiempo, con sus urgencias, necesita que creamos en esta fuerza, como dice el Papa Francisco:

Creo que este es el tiempo de la misericordia. Este cambio de época y también los muchos problemas de la iglesia –como el malo testimonio de algunos sacerdotes, incluso problemas de corrupción en la Iglesia, también el problema del clericalismo, por poner solo un ejemplo– dejó muchos heridos. Y la Iglesia es madre: debe ir y sanar a los heridos, con misericordia. Pero si el Señor no se cansa de perdonar, no nos queda más remedio que ésta: en primer lugar, sanar a los heridos. Ella es madre, la iglesia, y debe seguir este camino de misericordia. Y encuentra misericordia para todos. (32).

Sueño

Por lo tanto, misericordear será la actitud profética con actitudes ante el dolor y la desfiguración humana, pues la misericordia es la profecía de un mundo nuevo donde nadie es privado de lo esencial (33). Esta profecía misericordiosa sucede cuando nos acercamos a los pobres, a los enfermos, a los descartados que necesitan que se les abran las puertas de la inclusión. El camino de esta acción propone pensar y actuar sobre las posibilidades de cambios reales, en busca de un mundo nuevo. Las obras de misericordia previstas en Isaías 58 – 61 y en Mateo 25 muestran la dirección profética de la Iglesia para aquellos que pretenden ser escuchados en sus dolores y miserias: los presos, desnudos, heridos, hambrientos, sedientos, oprimidos, pobres, muertos, enfermos, afligidos. Estos textos se refieren a la justicia social en obras concretas y al alivio frente a las fuerzas deshumanizantes.

Ver y sentir compasión son realidades proféticas que motivan la “salida” misionera de la Iglesia en dirección las periferias reales y existenciales, que reclaman justicia social, moral y humanizadora. La audacia de acercarse a las necesidades humanas con compasión, tocando las heridas abiertas para sanarlas. El Papa Francisco primeirea el tiempo de la misericordia con la cercanía del servicio evangélico, invitándonos a caminar juntos para relaciones socio-transformadoras. Escuchar y no ser legalistas permite dar estos pasos misericordiosos, integrándose, acompañando y tomando partido por los descartados, marginados y heridos.

 Estos son desafíos pastorales y misioneros a los que la Iglesia es llamada a responder con compasión y misericordia. Por lo tanto, será necesario que ella se rebaje, conozca, comprenda y experimente los verdaderos dolores. Estamos en un tiempo de urgencias antropológicas que nos hacen discernir las opciones a tomar. El compromiso profético necesitará viscerarse, conmoverse y compartir (34) para transformar la realidad.

3. Construir los procesos de este camino kenótico

La mejor manera para que la Iglesia se comprenda a sí misma y se coloque “en salida” será la sencillez del modus operandi sinodal, y así crear una conciencia eclesial de diálogo. Este modo se desarrolla a la luz de la Palabra de Dios y del Espíritu Santo, señalando nuevos caminos y formas de relacionarnos como comunidad de bautizados. La clave de la lectura sinodal tendrá que avanzar en la construcción de espacios de participación y decisión que involucren a todos las personas activas de nuestras comunidades.

Lo consenso a construir en los procesos comunitarios requerirán un proceso de consulta, escucha, diálogo y discernimiento conjunto, proponiendo el cambio instalado en las decisiones de los modelos clericales. La sinodalidad no puede instalarse como una “legalización” o “institucionalización”, sino como una construcción capaz de superar las relaciones verticales. Este momento “en salida” propone un paradigma inclusivo del ser y del actuar eclesial, recuperando el sensus ecclesiae, posibilitando que surjan los campos de decisión y de compromiso del pueblo de Dios.

Sueño

Los nuevos horizontes sin rigidez harán posible que la Iglesia sea promotora de encuentros que unen a los pueblos como lo hizo el Señor en su evento pascual por la fuerza del Espíritu. La sinodalidad ofrece a la Iglesia repensar su servicio y la constitución jerárquica piramidal, sin embargo, esto implica más que un lugar o momento para opinar, es una nueva oportunidad para construir juntos la vivacidad misionera (35). Comprender los elementos teológicos de la continuidad conciliar permite evitar el peligro de transformar la sinodalidad en una instancia de poder y política eclesiástica.

La forma orgánica de la Iglesia en su constitución patrística explicaba la manera clara de decidir y actuar (36). Este paradigma ayudará a valorar dónde el clero se hace más uno miembro partícipe de las decisiones y fomenta la rica contribución del pueblo de Dios presente en las más diversas culturas (37). Es en los pasos de los procesos colegiales, como modalidad de decisiones eclesiales participativas, que la eclesiogénesis está “en salida”, partiendo de la realidad de su constitución comunitaria. En consecuencia, las propias estructuras eclesiásticas y jurídicas tendrán que reorganizarse a partir de la eclesiología existente, como afirma Alfhonse Borras: “la praxis jurídica o canónica está siempre en función de la acción” (38). En el caso de la catolicidad ejercida en fraternidad y ministerialidad, convergente para pasos concretos, es decir, además de un colegio consultivo, participativo y deliberativo.

La eclesiología del Pueblo de Dios trae intrínsecamente el modo sinodal de actuar, abriendo nuevos horizontes que construyen la unidad concreta, donde se puede expresar libremente la propia opinión (39). De esta manera, podremos “percibir el Espíritu que anima este gran bosque de papel” (40), saliendo de la dinámica de remendar los desafíos para enfrentarlos. El sínodo será un instrumento de renovación, creando una cultura de participación. Será la oportunidad de aprendizaje para construir consensos, que hagan que la Iglesia vaya al encuentro del otro y se transforme diariamente en esta relación (41).

Las expresiones “de las periferias” y “hospital de campaña” son sinónimos de la Iglesia “en salida”, que revela dónde debe ir, venir e iniciar sus procesos renovadores. Es, sobre todo, reconocer que no es el centro, por lo tanto, actúa descentrada em direción las personas y los temas emergentes. Para ello, sería un camino nuevo, provocando y descubriendo cambios eclesiales, saliendo de la verticalidad enferma de lo piramidal. Este proceso requerirá paciencia, audacia y coraje capaces de cultivar la conciencia comunitaria, con una cuestión de ser misioneros y no de autoconservación (42). Es una ineludible renovación eclesial en la vida cotidiana de las comunidades, con su presencia en medio de las casas, edificios o en las zonas rurales, brindando y fortaleciendo vínculos.

Sueño

El proceso de renovación nos exige salir y no volver a estructuras obsoletas, sino permitir que todos sean partícipes de las nuevas decisiones. Sin embargo, los procesos transformadores en una Iglesia que siempre estará en reforma no serán fáciles, exigiendo parresía para afrontar el presente, sin descuidar la memoria histórica y poder caminar haciendo el futuro. De esta manera, el Papa Francisco sigue insistiendo en que estemos abiertos al soplo del Espíritu Santo, y no tengamos miedo a los nuevos caminos y sus sorpresas.

La postura del Papa Francisco ha asegurado esta realidad renovadora frente a exhibiciones egocéntricas (43), ataques y divisiones (44), fomentando procesos de participación (45), discernimiento (46), diálogo (47), proximidad (48) y misión (49). Por eso, la Iglesia “en salida” va pensando y superando, paso a paso, el individualismo (50), los pastores-administradores (51), la mundanidad espiritual (52), el desánimo (53), el pragmatismo (54), seguridad doctrinal, narcisismo (55), funcionalismo empresarial, fascinación por el poder (56), discursos vacíos (57) y clericalismo enfermizo (58). Así, reafirmó en los votos navideños de la curia romana el diagnóstico de las enfermedades eclesiásticas, añadiendo el martalismo, el endurecimiento espiritual y mental, el alzheimer espiritual, la rivalidad y la vanagloria, la murmuración, la divinización de los líderes, el indiferentismo, el rostro fúnebre, la acumulación, los círculos cerrados ( 59). Ante este diagnóstico, la renovación “en salida” no es una ideología, sino un cambio teológico concreto para avanzar en los necesarios procesos de sanación.

La fuerza del Espíritu Santo alimenta el proyecto eclesiológico propuesto por el Papa Francisco para conducir a la Iglesia en constante salida misionera. Esta experiencia pneumatológico-eclesiológica propone el camino para que sea fecundo y celebrado en las pequeñas comunidades, ya que la conversión comunitaria fecunda la misión de los discípulos misioneros. Las nuevas urgencias globales desafían a toda la Iglesia en sus comunidades en todo el mundo a repensar un nuevo enfoque pastoral. El soplo del Espíritu hará siempre que la Iglesia “en salida” primeirea su misión y su profetismo.

La cátedra que ejerce el Papa Francisco es pastoral, y de ella busca enseñar que se van a dar renovaciones y cambios estructurales con las personas. Así, la apertura de la comunidad al Espíritu Santo permite que la pneumatología “en salida” promueva la acción conjunta, primeireando la creatividad a las nuevas formas ministeriales y pastorales. Por eso, el Papa Francisco observa que la Iglesia no se cierre al Espíritu Santo, domándolo. “En salida” es una Iglesia del Espíritu que avanza a través de sus constantes golpes, llevándola a nuevos lugares, que pueden recibir un nuevo mensaje a partir del testimonio evangélico.

Este testimonio evangélico tendrá la cuestión de que la Iglesia está al servicio de la comunión del Espíritu, estando dispuesta a improvisar y sin esquemas programados, aconteciendo de un modo nuevo (60). Sólo con una nueva mentalidad y sin la obsesión de los números misioneros será posible caminar según el Espíritu Santo. Este caminar es tener la dulzura de encontrarse con la fragilidad del otro, buscando superar los desacuerdos. De este modo, la Iglesia, como pueblo de Dios y templo del Espíritu Santo, necesita hombres y mujeres abiertos a la convivencia fraterna a la luz del Evangelio con todos.

Sueño

Este pontificado propone a la Iglesia posconciliar redescubrirse en la eclesiología como Pueblo de Dios según el Espíritu, y no conformarse con una visión eclesiológica jurídico-eclesiástica. Movidas y alimentadas por el Espíritu Santo, las relaciones humanas serán cuestionadas y perturbadas para proponer nuevos caminos a un nuevo tiempo e institución eclesial. El Espíritu no cesa de despertar nuevas formas eclesiales, de atreverse con nuevos caminos que crean la concreción misionera de la Iglesia. Es primeireador de la Iglesia que se pone “en salida”, siendo protagonista de cada iniciativa sin repetición. De esta manera, somos invitados a vivir en constante presencia con el Espíritu Santo, sin temor a hacer el camino con Él.

La Iglesia constituida en pequeñas comunidades misioneras posibilitará su evangelización yendo al encuentro con el cuidado de todos. Por eso, la Iglesia “en salida” provoca a cada comunidad a discernirse llamada a salir a todas las periferias (61). Esta claridad teológica pastoral propuesta por el Papa Francisco parte de la base de cada comunidad. El alcance es hacer la transición de la iglesia de masas a la vida evangélica en pequeñas comunidades en el mundo urbanizado. Las semillas de las comunidades apostólicas y de las Cebs siguen sembrando y dando frutos en el horizonte de las nuevas comunidades evangelizadoras. Estos habilitarán la clave misionera como respuesta a la parroquialización vertical y burocrática, que no responde a las necesidades de la evangelización.

La Iglesia “en salida” para las periferias reales y existenciales reafirma la importancia de la fe para la capacidad de comprender los problemas del mundo de hoy. Sin embargo, no se trata de revitalizar las dimensiones parroquiales, sino de una nueva forma de transformar la naturaleza eclesiástica de los lazos comunes y el ecumenismo. La parroquia necesita ser descentralizada y propiciar la vida de las comunidades, para que sean espacios de cohesión y convivencia, posibilitando consecuentemente el diálogo y no estancarse en trámites. Estos nuevos procesos comunitarios evitarán el peligro de comercializar la fe, como es la concreción de la dimensión de la “kenosis eclesial” con las exigencias misioneras de estar del lado de los desfavorecidos y descartados.

La renovación de la praxis conjugada con la experiencia comunitaria será el lugar teológico para comprender el primeirear kenótico de la Iglesia “en salida”:

La comunidad evangelizadora experimenta que el Señor tomó la iniciativa precedida en el amor (cf. 1Jn 4,10), y por eso sabe dar el primer paso, sabe tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar fuera los que están lejos y lleguen a una encrucijada para invitar a los excluidos. Experimenta un deseo inagotable de ofrecer misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre y su poder difusor. Atrevámonos un poco más a tomar la iniciativa (62).

Sueño

Este horizonte presente en la Evangelii Gaudium es el itinerario de la evangelización “en salida”, apuntando a la necesidad de verificar la vida parroquial, porque si no es comunitaria y evangélica en su experiencia y práctica pastoral, no será misionera. Es así como se dan pasos audaces para el desafío de superar el parroquialismo clerical, evitando los caminos endurecidos de la fe sin compromisos con el Evangelio (63). Los nuevos liderazgos podrán suscitar comunidades misioneras a la luz de su tiempo y se constituirán ministerialmente, conduciendo a los miembros comunitarios al ejercicio del servicio de comunión y guía pastoral con reducción de las facultades clericales y clericalizantes. Los dones y carismas serán los anticuerpos y activadores de los procesos transformadores, posibilitando soñar, pensar y hacer puentes para un catolicismo post-parroquial.

El papel del presbítero o futura presbítera será el de ser y favorecer liderazgos de la comunidad misionera como nuevas alternativas de experiencias eclesiais. Así, un catolicismo post-parroquial caminará descentralizado de la administración, prevaleciendo la misión más cercana a la cotidianidad de la vida de las personas. La teología “en salida” primeirea nuevos caminos pastorales y misioneros, transformando mentes y corazones. De esta manera, las pequeñas comunidades podrán soplar las cenizas institucionales y reavivar las brasas presentes en sus bases. Esta perspectiva afirmada y cuestionada por muchos es, sin embargo, un signo visible de la “Iglesia-red-de-comunidades-de-base que configura una organización y un poder alternativos, un verdadero proyecto popular de la Iglesia” (64).

Consideraciones

El proyecto popular y comunitario de la Iglesia hará siempre posible la primavera eclesial, necesitando hacer los pasajes desde la estructura de poder institucional al servicio evangélico y pastoral en la vida de la comunidad. La sinodalidad será propulsora de la más simple organización pastoral en su ser y actuar, alejándose de la estructura legalista, compleja y vertical. Esta nueva forma de configurar no es una moda, sino una apertura a la escucha del Espíritu en nuestro tiempo, fundada sobre la base de la clave misionera que es la comunidad. Y su práctica pastoral maternal y misericordiosa, que nos hace crecer y redescubrir el poder curativo de los heridos (65). Este procedimiento, enriquecido por la teología, anima a las comunidades a actuar en el mundo:

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Construye la Iglesia con el consenso de los grupos de base, sin esperar nada de Roma en principio, y probablemente menos de cualquier institución. Comunidades abiertas y animadas a unirse en una “comunidad de cooperación” para formar una “Iglesia abierta”, corriendo también el riesgo” (66).

Las comunidades “en salida” se construyen en un proceso artesanal de proximidad y no de masificación, pues imbuidas de la Palabra de Dios se enfrentan a los dilemas del presente siglo. Promueven la misión con la participación y responsabilidad de los bautizados, incluidos los pobres y abiertos al diálogo. Su presencia en el mundo hace posible la existencia de “un pequeño oasis” (67), irradiando nuevas formas de responder a los desafíos presentes. En este contexto, podemos pensar que la Iglesia “en salida” camina para nuevas relaciones y “hace Iglesia” en los lugares de vida, descentralizándose y reactivando relaciones.

Por eso, primeirear a la Iglesia “en salida” hará posible un nuevo camino teológico y pastoral, aconteciendo a través de su abajar-se eclesial. Esta característica provocará cambios y horizontes, para evitar enfermedades construyendo la cultura del encuentro a través del “pastoral del oído”. Seguirá caminando y respondiendo a las preguntas de los signos de los tiempos, como será una Iglesia que hace su teología de rodillas a la primeirear y rebajándose.

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Notas

(1) Primeirear es el neologismo utilizado por el Papa Francisco sobre la Iglesia “en salida” en Evangelii Gaudium 24.

(2) FRANCISCO. Exortação Apostólica Evangelii Gaudium: sobre o anúncio do Evangelho no mundo atual. São Paulo: Paulus, 2013, 41.

(3) FRANCISCO. Exortação Apostólica Amoris Laetitia: sobre o amor na família. São Paulo: Loyola, 2016, 307-312.

(4) AL 297.

(5) AL 299.

(6) BALTHASAR, H. U. von. Spirito e Istituzione. Brescia: Morccelliana, 2005, p. 41-45.

(7) FRANCISCO. Pronunciamentos do Papa Francisco no Brasil. São Paulo: Paulus, 2013, p. 77.

(8) EG 46.

(9)FRANCISCO. Audiência Geral em 17 de setembro de 2014. Disponível em: <https://www.vatican.va/content/francesco/pt/audiences/2014/documents/papa-francesco_20140917_udienza-generale.html>.

(10) EG 76-108.

(11) EG 114.

(12) FRANCISCO. Intervuste e conversazione con giornalisti: due anni di pontificato. Cità del Vatican: Libreria Editrice Vaticana, 2015, p. 21.

(13) BALTHASAR, H. U. von. Spirito e Istituzione. Brescia: Morccelliana, 2005, p. 41.

(14) Ibid.

(15) Ibid.

(16) Ibid 42.

(17) EG 49.

(18) EG 24.

(19) REPOLE, R. O sonho de uma Igreja evangélica. A eclesiologia do Papa Francisco.Brasília: Edições CNBB, 2018, 21.

(20) BALTHASAR, H. U. von. Spirito e Istituzione. Brescia: Morccelliana, 2005, p. 21.

(21) EG 236-237.

(22) BALTHASAR, H. U. von. Razing the bastions. San Francisco: Ignatius, 1994, p. 71.

(23) EG 24.

(24) FRANCISCO. Viagem apostólica a Portugal: recitação do rosário com jovens enfermos. Disponível em: < https://www.vatican.va/content/francesco/it/events/event.dir.html/content/vaticanevents/it/2023/8/5/portogallo-rosario.html>.

(25) BALTHASAR, H. U. von. A Los Creyentes desconcertados. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1998., p. 73.

(26) EG 47.

(27) FRANCISCO. Discurso do Papa Francisco na Pontifícia Universidade Teológica da Itália Meridional sobre a Veritatis Gaudium em 21 de junho de 2019. Disponível em: <http://www.vatican.va/content/francesco/pt/speeches/2019/june/documents/papa-francesco_20190621_teologia-napoli>.

(28) FRANCISCO. Nei Tuoi Occhi è la mia Parola: Omilie e discorsi di Buenos Aires 1999-2013. Milano: Rizzoli, 2016, p. 77.

(29) Ibid.

(30) FRANCISCO. Intervuste e conversazione con giornalisti: due anni di pontificato. Cità del Vatican: Libreria Editrice Vaticana, 2015, p. 122.

(31) KASPER, W. Testemunha da Misericórdia: a minha viagem com Papa Francisco. São Paulo: Paulinas, 2016, p. 15.

(32) FRANCISCO. A Misericórdia sustenta a vida da Igreja. São Paulo: Fons Sapientiae, 2016, p. 43.

(33) Ibid. 90.

(34) FRANCISCO. Nei Tuoi Occhi è la mia Parola: Omilie e discorsi di Buenos Aires 1999-2013. Milano: Rizzoli, 2016, p. 244.

(35) SEVILHA, J. M. M. Sinodalidad para sanar la parálisis eclesial. Disponível em: <https://www.religiondigital.org/el_coraje_de_levantarse_jose_maria_marin/Sinodalidad-sanar-paralisis-eclesial_7_2380631914.html>.

(36) BALTHASAR, H. U. von. El complejo antirromano. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1981, p. 173. 

(37) Ibid. p. 37.

(38) BORRAS, A. Sinodalità ecclesiale, processi partecipativi e modalitá decisionali. In: SPADARO, A.; GALLI, C. M. (Orgs.). La Riforma e le Riforme nella Chiesa. Brescia: Queriniana, 2017, p. 213.

(39) BALTHASAR, H. U. von. El complejo antirromano. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1981, p. 235.

(40) BALTHASAR, H. U. von. A verdade é sinfônica: Aspectos do pluralismo cristão. São Paulo: Paulus, 2016, p. 80.

(41) PACHECO, J. A. Abertura do Sínodo. Disponível em: < http://www.ihu.unisinos.br/maisnoticias/noticias/78-noticias/613726-a-igreja-nao-pode-aprender-por-si-mesma-entao-busque-o-encontro-com-aqueles-que-estao-nas-margens-afirma-o-teologo-rafael-luciani>.

(42) EG 27.

(43) EG 95

(44) EG 98

(45) EG 31

(46) EG 30

(47) EG 28

(48) EG 28

(49) EG 25

(50) EG 78

(51) EG 63

(52) EG 93

(53) EG 82

(54) EG 83

(55) EG 94

(56) EG 95

(57) EG 207

(58) EG 102-104

(59) FRANCISCO. Discurso do Papa Francisco à Cúria Romana na apresentação de votos natalícios de 2019. Disponível em:<https://www.vaticannews.va/pt/papa/news/2019-12/papa-francisco-discurso-natal-curia-romana.html>. 

(60) EG 11.

(61) EG 20.

(62) EG 24.

(63) RINALDI, F.; SEGHEDONI, I., O que o Espírito diz às paróquias. Disponível em: <http://www.ihu.unisinos.br/78-noticias/609994-o-que-o-espirito-diz-as-paroquias>.

(64) BOFF, L. Eclesiogênese: a reinvenção da Igreja. São Paulo: Record, 2008, p. 230.

(65) FRANCISCO. Pronunciamentos do Papa Francisco no Brasil. São Paulo: Paulus, 2013, p. 54.

(66) BALTHASAR, H. U. von. El complejo antirromano. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1981, p. 125.

(67) FRANCISCO. Audiência Geral do Papa Francisco em 14 de abril de 2021. Disponível em: <http://www.vatican.va/content/francesco/pt/audiences/2021/documents/papa-francesco_20210414_udienza-generale.html>.

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