Tras las negativas de las iglesias de Bulgaria, Antioquía o Serbia La Iglesia rusa propone retrasar el Concilio Panortodoxo
(Jesús Bastante/Agencias).- La Iglesia Ortodoxa Rusa dice "no" a la celebración del Concilio Panortodoxo. Según informan agencias rusas, la reunión extraordinaria del Sínodo de esta confesión, de la que dependen la mitad de las iglesias ortodoxas del mundo, abogó por solicitar un aplazamiento del Concilio, cuya celebración estaba prevista para el 19 de junio en Creta.
En declaraciones a la televisión rusa, el metropolita Hilarión habría manifestado su deseo de que la Iglesia Rusa no participara si no lo hacían el resto de iglesias hermanas. ¿La razón? La relevancia de dicho encuentro, el primero en un milenio, desde que en el siglo XI se produjera la ruptura entre Roma y Constantinopla.
La negativa a participar dada por la Iglesia búlgara, a la cual siguió la del Patriarcado de Antioquía, agregó Hilarion, es una "señal alarmante, a la cual debemos reaccionar". "Estamos en una situación de emergencia, que requiere soluciones urgentes", afirmó, añadiendo que "si estas cuestiones no son resueltas, entonces es mejor postergar el Concilio". Serbia también se opuso.
La Iglesia búlgara y la gregoriana, en los últimos días hicieron declaraciones acerca de la necesidad de discutir y enmendar algunos documentos que el Concilio de Creta debiera promulgar, y para cuya redacción se ha tenido que atravesar un arduo itinerario. El centro del malestar son documentos referidos al matrimonio, a las Iglesias ortodoxas y el mundo contemporáneo, y su relación con otras confesiones cristianas.
Estos grupos critican la posición "ecuménica" contenida en estos textos, e insisten en que católicos y protestantes sean definidos como herejes, y no como "Iglesias". El Patriarcado de Antioquía también ha expresado quejas, pero más ligadas a una falta de solución a la contienda con el Patriarcado de Jerusalén en cuanto se refiere a la jurisdicción de los ortodoxos de Qatar.
A la luz de todo esto, el Sínodo del Patriarcado de Moscú había pedido convocar, antes del 10 de junio, a una reunión pan-ortodoxa, preconciliar extraordinaria, orientada a examinar las enmiendas elaboradas por las Iglesias nacionales sobre los documentos a ser promulgados durante el Concilio, y la eventual necesidad de posponerlo. Idea que, sin embargo, fue bloqueada por los constantinopolitanos (encargados de organizar el evento), que ya desde su inicio, intentaron limitar lo más posible la discusión de los textos, surgidos del encuentro de 14 jefes de las iglesias auto-céfalas ortodoxas, celebrado en Chambésy, Suiza, en enero pasado. "Naturalmente que estamos molestos por la reacción de Constantinopla -denunció Hilarion-. Significa que el Patriarcado de Constantinopla tiene poco interés en lo que dicen las Iglesias locales". Al negarse a ello Constantinopla, Moscú optó por celebrar una reunión para decidir.
El Concilio pan-ortodoxo no se convoca desde hace más de 1000 años, y los preparativos para su despliegue han requerido más de 50 años. En el 2014, los líderes espirituales ortodoxos habían decidido celebrarlo en el 2016 en Santa Irene, la antigua catedral de Constantinopla, donde tuvo su sede el segundo Concilio ecuménico de la Iglesia indivisa (en el año 533), salvo que hubiera "impedimentos debido a circunstancias imprevistas". La ciudad se tornó un lugar "incómodo" para la delegación rusa, tras estallar tensiones entre Moscú y Ankara debido al derribo del avión ruso en la frontera con Siria. Se optó, así, por la isla griega de Creta, bajo la jurisdicción del Patriarcado de Constantinopla.