Nuevo pequeño astronauta

Nuevo pequeño astronauta
Nuevo pequeño astronauta

Como una hogaza de pan fragante

su cara es radiante y redonda

como el sol que ilumina durante el día,

como la luna llena nos orienta en la noche.

Sus manos se mueven

reclamando atención,

anhelando unos brazos,

examinando el aire, su rostro, los labios.

Abre los ojos deslumbrados

ante la claridad de su nuevo hogar

y las sombras que se ciernen a su alrededor,

que le abrazan y susurran palabras de cariño.

Frunce el ceño ante lo imprevisto,

se abandona con sosiego en el regazo

de quien le sostiene fascinado, sostiene su mirada

y todo el universo se revela en ella.

Transparenta inquieto los sueños

que se activan en su mente

como un mundo aún misterioso,

e invitan a la búsqueda para satisfacer el deseo.

Gael (que significa “el que es generoso”),

irá descubriendo día tras día

que la esplendidez y el agradecimiento

darán pleno sentido a su existencia. 

Este nuevo y pequeño astronauta

que abandonó su nave nodriza

para explorar una nueva vida,

reclama escucha, cuidado, ternura.

Y nos regala en su atención detenida,

su silencio, su llanto, su sonrisa

(a pesar de tanto dolor, abuso y oscuridad),

una nueva esperanza e ilusión por la vida.

(De su abuelo Miguel Ángel, con inmenso cariño, 28/11/24)

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