Salesianos en Barcelona: 125 años

Haciéndonos eco de la amable sugerencia de un participante en el blog, reproducimos la carta circular del Cardenal de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, publicada ayer con motivo del 125 aniversario de la llegada de los Salesianos a Barcelona, en concreto a Sarriá.

Una pedagogía de la confianza

Domingo,11 de Abril de 2010

El año 1884 –de esto hace 125 años-, después de unas intensas gestiones protagonizadas por una dama barcelonesa de gran sentido social, Dorotea de Chopitea, San Juan Bosco vio realizarse uno de sus sueños: los primeros salesianos se trasladaron desde Utrera –la primera casa salesiana de España- hasta Barcelona para fundar los Talleres Salesianos en la masía de Can Prats de Sarriá.

Dos años después, fue Don Bosco en persona quien se desplazó desde Turín a Barcelona. Llegó a la estación de Francia en el tren correo procedente de Portbou, el 8 de abril de 1886. Esta visita del que ya en vida era considerado, estimado y venerado como un santo, dio un gran impulso a la presencia de los salesianos y salesianas en Barcelona.


La familia salesiana celebra durante este curso estos dos acontecimientos preguntándose qué haría Don Bosco de estar entre nosotros. Para hacer realidad este proyecto de actualizar el carisma salesiano ayudará sin duda la visita a Barcelona, durante los próximos días, del actual sucesor de Don Bosco, el P. Pascual Chávez, rector mayor de los Salesianos.

Estas conmemoraciones ponen de relieve dos aspectos fundamentales en la Iglesia de siempre, y especialmente de hoy: la evangelización y los jóvenes, es decir, la evangelización de los jóvenes. Sabemos que la Iglesia existe para evangelizar, que esta es su misión específica, desde sus inicios, ya que Jesús envió a los apóstoles –y nos envía a todos los bautizados- a anunciar a todos y por todas partes el Evangelio.

En nuestra archidiócesis de Barcelona estamos trabajando para hacer la pastoral diocesana más evangelizadora y más misionera. Todos estamos comprometidos en ello, porque tenemos conciencia de que el Señor ha sido quien nos ha elegido y nos ha confiado este trabajo evangelizador.

Evangelizar a todos, pero evangelizar preferentemente a los jóvenes que son el futuro de la Iglesia y de la sociedad. El carisma de Don Bosco, que vive toda la familia salesiana, enriquece nuestra Iglesia diocesana en el alcance de este objetivo gracias al trabajo evangelizador entre los jóvenes que se propone y lleva a cabo.

La pedagogía de Don Bosco es una pedagogía de la confianza que aporta una valiosa luz a nuestro esfuerzo para hacer presentes los valores del Evangelio en el mundo de los jóvenes. Don Bosco pide al educador que confíe en el joven para hacer posible que éste ponga su confianza en el educador. El santo escribió que “todo joven, por desgraciado que sea, tiene un punto accesible al bien y el primer deber de su educador consiste en descubrir este punto, esta cuerda sensible del corazón para sacar provecho de ella”. Se trata del llamado sistema preventivo en la educación.

El carisma salesiano ha informado un sistema pedagógico de amor, confianza y esperanza hacia los niños, adolescentes y jóvenes, que hoy es muy necesario y actualísimo. Don Bosco nos interpela hoy en la difícil pastoral de juventud de nuestras comunidades, escuelas, movimientos a e instituciones cristianas. Quisiéramos una mayor presencia de jóvenes en la Iglesia. Se trabaja bastante, pero los resultados no siempre son visibles. A pesar de ello, hemos de volver una y otra vez a los jóvenes para sentir sus esperanzas y aspiraciones

+Lluís Martínez Sistach
Cardenal arzobispo de Barcelona
Volver arriba