La cruz, el INRI y los clavos
Miremos que en la Jerusalén de entonces a Jesús de Nazaret no se le "ejecutó" por sus supuestas blasfemias o herejías, que hubiera sido lo propio de un Anás, o un Caifás . Ambas acusaciones, hereje y blasfemo acompañadas, cómo no, de rebeldía y soberbia, aun siendo muy atractivas no les aseguraban tantos beneficios como prometía la cruz. El patíbulo romano era el mejor final de aquel maldito galileo... Y lo confirma la desaparición de sus seguidores en fuga desde la actuación policial en el Huerto de los Olivos. Y para aplicarle la cruz romana era elemental centrarse en la consecuencia política de su encarnación: ¿Mesías? ¿Hijo de Dios? ¿Rey por el que reinarían los reyes? ¡Vamos hombre...!
Para el Sumo Sacerdote la sentencia política rebajaría la fama del Nazareno taumaturgo a la de un revoltoso más, lo cual exoneraba al Sanedrín y a la clase sacerdotal ante los discípulos. Sobre todo reduciría notablemente el escándalo de las acusaciones de infidelidad religiosa recibidas de Jesús. Aseguraría también su inmediata muerte antes de la Pascua.
Primero, la policía del templo fue a prenderle a Getsemaní para llevarlo a Caifás, como estaba regulado. Pero éste, en lugar de actuar contra Jesús en el terreno doctrinal y profético, tal como apuntaba el guión de su interrogatorio, lo entregó sin más deliberación al poder político que, como es obvio, nada tenía que ver con acusaciones religiosas. Así que, mientras Jesús iba de Pilatos a Herodes y de éste otra vez a Pilatos, los fariseos cruzaban los dedos para que el proceso no se centrara en la discusión doctrinal, verdadero fondo y esencia del conflicto. Si conseguían desviarlo hacia la subversión política sus doctrinas quedarían enterradas con Él. Por otro lado, a los discípulos la intervención política les amedrentaría con sólo contemplar el juicio público, la selva de puños en alto pidiendo su muerte. Además de la exhibición de sus tormentos y la eliminación de sus amigos.
La vida pública de Jesús fue excepcional. Una dedicación exhaustiva a los asuntos del Padre, desde los doce años. (Lc 2, 49) Y los fariseos habían hecho de su religión un listado de normas con el que controlaban toda la vida del pueblo, atado a ellos. Fue esto la principal protesta de Jesús y lo que levantó el miedo y el odio entre los adaptados a aquella especie de ONU, la Roma de Tiberio. Jesús les dejaba en evidencia porque hablaban con la boca de cosas que el corazón no guardaba. "Haced lo que os dicen pero no lo que hacen." (Mt 23, 3)
Tantas veces fueron desenmascarados que deliberaron una acusación infalible. Se había proclamado el Mesías profetizado, es decir, rey de los judíos. Tesis subversiva tan enmarañada de falsedad que no triunfó en su diálogo con Pilatos. "No veo delito en este hombre." (Lc 23, 14) Justamente el argumento de Jesús fue: "Mi reino no es de este mundo", a lo que sumó una nueva proclamación de su divinidad. (Jn 18, 36). Pero la comparsa del pueblo inducido por los sicarios, sica en puño, remachó el argumento político: "Si sueltas a éste te enemistarás con el César... Nosotros no tenemos otro rey..." (Jn 19, 12-15) Record de cinismo digno del Guinnes.
Esa tremenda mentira repetida por cientos de voces desembocó en su sentencia de muerte. Por primera vez se recoge la fórmula de eliminar a Cristo con el juego político, y con ella triunfaron sus enemigos en todas las ocasiones que su figura se difuminó en la historia. De entre sus lances, el más eficaz usar de la cruz como ariete contra la civilización cristiana.
Iesus Nazareno Rex Iudeorum. El popular INRI. ¿Por qué no dijeron Jesús Nazareno el hereje? ¿Por qué no Jesús el infiel, Jesús el blasfemo...? Podían haberle acusado, excomulgado y lapidado. Pero la cruz romana fue fórmula más expeditiva sin necesidad de tocar la doctrina. Y esta acusación se logró con aquel mismo pueblo que cuatro días antes le aclamaba con palmas y ramos de olivo. Del "Bendito el que viene en nombre del Señor", se pasó como por ensalmo al "¡Crucifícale! ¡Crucifícale!". Primer alarde y triunfo del "agit-prop".
Mas es curioso que la maldad siempre se equivoca de alguna manera, pues, gracias a esta desviación "jurídica" la doctrina cristiana quedó intocada y los discípulos de Jesús libres para el arranque de su expansión. Durante un corto tiempo, sí, pero que resultó suficiente por decisivo.
Iesus Nazareno Rex Iudeorum. El popular INRI. ¿Por qué no dijeron Jesús Nazareno el hereje? ¿Por qué no Jesús el infiel, Jesús el blasfemo...? Podían haberle acusado, excomulgado y lapidado. Pero la cruz romana fue fórmula más expeditiva sin necesidad de tocar la doctrina. Y esta acusación se logró con aquel mismo pueblo que cuatro días antes le aclamaba con palmas y ramos de olivo. Del "Bendito el que viene en nombre del Señor", se pasó como por ensalmo al "¡Crucifícale! ¡Crucifícale!". Primer alarde y triunfo del "agit-prop".
Mas es curioso que la maldad siempre se equivoca de alguna manera, pues, gracias a esta desviación "jurídica" la doctrina cristiana quedó intocada y los discípulos de Jesús libres para el arranque de su expansión. Durante un corto tiempo, sí, pero decisivo.
¿Qué significa hoy la nueva palabra inri? Una ironía, la burla de un inocente. "Para más inri" se dice, por ejemplo, cuando además de cornudo se es también apaleado. Me vienen a la cabeza tantos paralelismos... Así, con los clérigos que hoy no mueven un dedo en favor de Cristo, objeto y fin de la Iglesia. Los que guardan en la manga un as de oros, o un plato de lentejas. Siempre para salvar la unidad corporativa, para no desmontar el entramado político de una Iglesia sin el oxígeno de la fe, para no retroceder un ápice en la Revolución en marcha y casi instaurada. Y le clavan el INRI con grandes clavos. "Merecido lo tienes por querer ser rey."
Por ejemplo, ceñidos a nuestro tiempo, los clavos de enterrar la fe católica de los gobiernos y de aquellos estados, donde era la mayoritaria y secular de sus pueblos. Los que fueron nación gracias a esta fe. Se dijo que la Iglesia no podía adoptar la religión del poder civil, pero, ¡oh! ironía, en los casos en que estas "liberaciones" se impusieron la realidad ha resultado contraria al propósito. Excepto, claro, si fue por complacer las recomendaciones de la ONU. Cada vez que se lee el discurso de Pablo VI ante la Asamblea General la cara se nos enciende de vergüenza... Sin embargo, que se sepa, la verdad de los siglos es totalmente al revés: Fueron los reyes y los estados los que adoptaron la fe de la Iglesia, y se comprometieron a defenderla de sus enemigos. Y la adoptaron para sus pueblos porque, ya antes, la fe cristiana se había metido en el alma de los individuos y en todos los estamentos. Ahora, a lo hecho, hasta da miedo la situación creada por la política del último Concilio. La separación Iglesia Estado no es otra cosa que la anunciada apostasía general. Mérito de algunos de nuestros más altos prelados; misterio de iniquidad que sólo puede abonarse, lógico, por individuos inicuos. (cfr. 2 Tes 2, 3; CEC, 675)
Otro clavo en ese INRI es la desacralización de la religión. Hacer de la religión católica no un único mensaje de fe para el mundo entero sino la apertura a todos los credos por dispares que sean, pues "todos tienen algo de Dios". Un nuevo cristianismo, religión ecléctica y plural donde a Jesús no lo reconozca ni su Santísima Madre. Para aceptar esta barbaridad era necesario que la promoviera un Papa, que al cóctel irenista se le llamase ecumenismo y que el pueblo católico llevara cincuenta años sin formación, acostumbrado a la babosería de las Jornadas Mundiales de las que el Papa reinante, cuando era Cardenal Ratzinger, ya advirtió de su posible supresión. (?)
"Cultura" deriva de "culto", y la falta de culto diluye en el caos toda civilización que no tiene en él su punto de apoyo. El culto es hoy otro inri. La Iglesia nueva que elige el historicismo, la adaptada no ya al mundo como campo de evangelización sino a los pecados del mundo. Una rara Iglesia que, al descuidar la presencia religiosa, al avergonzarnos de su misión sobrenatural, verdad como un trasatlántico, y volcarse en el humanismo - "Al avío señor cura que la misa no engorda" -, se ha acostumbrado a burlar a Cristo como rey porque le ha rebajado como Dios. No puede ser de otro modo. Esa cruz pelada nos permite besar el Corán, abrazarnos al Dalai Lama, admirar a Buda, canonizar el indigenismo... "Bailar una rumba y cortar una cinta", que diría Groucho Marx.
Esas cruces lisas y sin INRI han hecho hoy del Cristo de ayer una marioneta corporativa entre todos los ídolos, respetables sólo por serlo. Es la verdad, es lo que se ve... En mucho, regalo de algún que otro teólogo elevado al podio de la fama desde el más profundo pozo de su personal ignominia.
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