Adoración no es solo postrarse ante un altar o rezar...Adorar es, ante todo, servir y compartir...en un mundo "feliz" donde todos los caminos conducen al odio. Reyes magos que buscan, adoran y comparten
Ningún deseo natural es inútil”... Esa llama interior les hizo relativizar a estos "reyes", lo que ya la vida les brindaba: sabiduría, riqueza y poder. No se quedaron en su burbuja de "clase ociosa", apoltronados con jaranas y entretenimientos hasta atontarse. Han escuchado su corazón que siempre reclama por otro significado más grande y se dejaron guiar por la Estrella.
Estos sabios emprenden un camino no exento de riesgos y mentiras. No es la fácil rutina del que “cumple” aburridos rituales, es el riesgo y adrenalina espiritual del inconformista que busca… y es encontrado.
Adoración, no es solo postrarse ante un altar o rezar una oración. Adorar es, ante todo, servir y compartir...en un mundo "feliz" donde todos los caminos conducen al odio.
En ese pesebre al que los Reyes Magos llegan, ha comenzado un Acontecimiento que cambiará el mundo y la Historia. Si a veces pensamos que ya ha cumplido su ciclo, es porque hemos caído en la trampa de confundirlo con la cultura de una época pasada, con cristiandades o formas de clericalismo perimidas.
Herodes es un astuto hombre del poder que huele peligro…y no está equivocado. Jesús es la más incisiva amenaza para él y todas las estructuras inhumanas de la historia, ya sean políticas, económicas o religiosas.
Adoración, no es solo postrarse ante un altar o rezar una oración. Adorar es, ante todo, servir y compartir...en un mundo "feliz" donde todos los caminos conducen al odio.
En ese pesebre al que los Reyes Magos llegan, ha comenzado un Acontecimiento que cambiará el mundo y la Historia. Si a veces pensamos que ya ha cumplido su ciclo, es porque hemos caído en la trampa de confundirlo con la cultura de una época pasada, con cristiandades o formas de clericalismo perimidas.
Herodes es un astuto hombre del poder que huele peligro…y no está equivocado. Jesús es la más incisiva amenaza para él y todas las estructuras inhumanas de la historia, ya sean políticas, económicas o religiosas.
Herodes es un astuto hombre del poder que huele peligro…y no está equivocado. Jesús es la más incisiva amenaza para él y todas las estructuras inhumanas de la historia, ya sean políticas, económicas o religiosas.
Reyes Magos, buscar para ser encontrados
La Sagrada Escritura valora la búsqueda de estos hombres sabios, que buscan en la estrella de Belén el camino hacia el Mesías de la condición humana. No han acallado ni adormecido el deseo que el corazón tiene de verdad, bien y justicia infinita. “Ningún deseo natural es inútil”.
Esa llama interior les hace relativizar lo que ya la vida les brindaba: sabiduría, riqueza y poder. No se quedaron en su burbuja de "clase ociosa", apoltronados con jaranas y entretenimientos hasta atontarse. Han escuchado su corazón que siempre reclama expansivamente otro significado más grande.
No lo encontraban en el palacio, ni en el propio ni en el de Herodes, ni en las posadas del mercado inmobiliario (“no había lugar para el Mesías allí”), tampoco en el templo que estaba en la magnífica capital sagrada de Jerusalén. Ni el palacio, ni el mercado ni el templo advirtieron su llegada.
Lo encuentran entre los pobres, los “homeless”, en un establo, junto a un hombre y una mujer desprotegidos por el sistema en que vivían, junto a los desposeídos pastores de la zona, que llevan vidas de grandes privaciones, pocas alegrías y tal vez numerosos vicios. El Dios que hizo el cielo y la tierra encontró su hueco en las periferias, donde la deshumanización de los sistemas golpea fuerte. Dios “sintió” que si hay un “no-lugar” donde hacía más falta, era allí, donde el dolor quema y deforma.
Allí Dios se hace humano…para humanizarnos. En ese lugar, que es consecuencia de las estructuras de pecado. Porque este mundo Dios lo “hizo bien” y creó bienes para que alcancen para todos, pero eso no sucede. Es el misterio del mal. El rey de reyes nace sin privilegios de los reyes de ayer y de siempre. Nace sin la corte de adulones que viven a costa del “Bien Común”, por más que luego en sus discursos lo mencionen para engañar.
Que Jesús nazca en la pobreza no es un hecho sentimental, es una denuncia profética. Si este mundo recibe así a Dios, es que las cosas andan mal. Estos reyes de oriente, no son devotos practicantes de la religión de Israel, sino inmigrantes. Buscan al salvador que anuncian las estrellas y el universo entero. Ellos gozan de un buen pasar, pero “no se la creen”, no han perdido el sentido de la realidad, como los epulones de este mundo. Por eso ponen sus bienes a los pies del niño Dios hecho pobre.
Los regalos que le llevan son de reconocimiento al autor de todos los bienes, que está en un pesebre. Adoración, no es solo postrarse ante un altar o rezar una oración. Adorar es, ante todo, servir y compartir. Navidad es la conexión entre lo divino y lo humano. La adoración de los Reyes Magos nos recuerda que lo divino se manifiesta en lo humano y que, al servir a los demás, estamos adorando a Dios, cuya "Gloria es que el hombre viva".
Los regalos que ofrecieron al Niño Jesús (oro, incienso y mirra) pueden interpretarse también como símbolos de la riqueza de los pueblos y la necesidad de compartirla. El encuentro con lo divino transforma y libera del ego y la acumulación. Ellos son mucho más que simples personajes de un cuento navideño o una especie de payasos que arrojan caramelos a los niños para divertirlos y poner en aprieto el bolsillo de los padres.
Los Reyes Magos no se quedaron colgados de su poder y riquezas, sino que las pusieron al servicio de la búsqueda del Sentido y la adoración del niño Dios pobre. Toda autoridad y riqueza son dones y talentos de Dios para el servicio, para hacer su mundo mejor. Los regalos que ofrecen al Niño Jesús simbolizan la generosidad y la solidaridad más allá de cualquier frontera. Invitan a compartir con quienes más lo necesitan.
Son Reyes que representan un Poder Diferente, un poder espiritual basado en su sabiduría y búsqueda de lo divino. A pesar de su riqueza y conocimiento, son peregrinos que buscan adorar a un recién nacido en un establo, demostrando humildad y servicio. Son hombres de diferentes orígenes étnicos y culturales que simboliza la inclusión y la diversidad, valores que contrastan con esta cultura exitista y de descarte.
Estos sabios emprenden un camino no exento de riesgos y mentiras. No es la fácil rutina del que “cumple” aburridos rituales, es el riesgo y adrenalina espiritual del inconformista que busca… y es encontrado en Belén.
Herodes pretende engañarlos diciendo que él también quiere adorar a ese rey nacido, cuando en realidad quiere acabar con él para que su poder no sea arrebatado. Es un astuto hombre del poder que huele peligro…y no está equivocado. Jesús es la más incisiva amenaza para él y todas las estructuras inhumanas de la historia, ya sean políticas, económicas o religiosas.
El cristianismo es el peligro más serio para los sistemas opresivos como el suyo, lo será también para los clérigos del Templo que llegan a la conclusión que “es preferible que Él muera antes que todo cambie” (Jn 11,50) y lo será para el imperio romano, que después de crucificar a Jesús, no cesa perseguir cristianos y de regar de mártires para proteger aquel perverso sistema de dominación. El cristianismo no es un espiritualismo cool, modosito y bonachón, que es como la idolatría del mercado traiciona la Navidad, identificándola con el consumismo que mata.
El cristianismo trae una misericordia conflictiva al mundo, hace reventar los viejos odres y las estructuras de pecado, no se queda quieto porque su Espíritu lo mantiene vivo. En ese pesebre al que los Reyes Magos llegan, ha comenzado un Acontecimiento que cambiará el mundo y la Historia. Si a veces pensamos que ya ha cumplido su ciclo, es porque hemos caído en la trampa de confundirlo con la cultura de una época pasada, con cristiandades o formas perimidas de clericalismo resistente.
La Encarnación del Hijo de Dios aún está por estrenarse en este cambio de época. Los “Signos de los tiempos” son la estrella de Belén que nos guían hacia la Presencia de su Amor que nace y renace en cada pobre y desgraciado que tiene hambre, sed, es inmigrante, está desnudo, abusado, enfermo, encarcelado, etc (Mt 25). Esa marea de Bienaventurados mansos, que lloran, hambrientos de justicia, llenos de misericordia, que trabajan por la paz... testimonian la pertenencia a un Reino que los acoge mientras este mundo egoísta los descarta como inútiles, fracasados y delincuentes.
El viaje de los Reyes es una larga travesía inmigrante hacia la Esperanza de encontrar la Salvación. No es un paquete turístico para “experimentar emociones”, donde todo ya está calculado y tarifado para alimentar un sistema consumista que estimula la vanidad, mientras tantos miles viajan y mueren para apenas sobrevivir.
Los reyes magos no son reyes conquistadores, son Sabios y Peregrinos. No viajan para dominar "en nombre de una "causa grandilocuente", sino para ser sorprendidos por un encuentro. Su búsqueda es espiritual para descubrir con humildad al Otro, no una expedición militar para conquistar lo diverso por la fuerza de la espada para extraer beneficios idolátricos.
Los reyes magos son una historia contra la xenofobia, los prejuicios y la discriminación hacia los inmigrantes porque fomentan el encuentro entre culturas, pueblos y personas diversas. Nos recuerdan que la sabiduría y la fe no tienen fronteras ni están limitadas por el origen étnico o geográfico. Representan la Universalidad fraterna frente a los particularismos disociadores y hostiles que hoy vienen de la mano de populismos extremos.
Cuando leo en estos días esos atentados donde una persona arremete para matar cruelmente a muchas personas en las calles navideñas, quedo perplejo. Antes, los sociólogos y politólogos le sacaban enseguida la ficha, describiendo un determinado perfil. Ahora ya no pueden, solo encuentran tramas de contradicciones ideológicas e identitarias. Vivimos en un "mundo feliz" donde todos los caminos conducen al odio. La torre de Babel de la modernidad está trastabillando. Algo habremos dejado por el camino que nos daba Esperanza.
Reyes Magos y Herodes de hoy
Estas figuras bíblicas son también prototipo de otras que amplían su sentido en la Historia de la Salvación. Podemos ver aquellos reyes magos en los activistas sociales que luchan y gastan sus vidas por la justicia social, los derechos humanos y la protección del medio ambiente. Al igual que los sabios de Oriente, buscan un mundo mejor y están dispuestos a desafiar proféticamente el status quo.
También en los indispensables líderes espirituales que inspiran con su existencia, su sabiduría y compasión, y que buscan un significado más profundo en la vida, encarnan los valores de los Reyes Magos. Por último, los ciudadanos comprometidos, aquellos santos de la puerta de al lado que, en su vida cotidiana, adelantan el Reino de Dios con sus actos de bondad, solidaridad y compromiso con la comunidad.
Del mismo modo, el Evangelio nos previene para esquivar los proyectos demoníacos de los Herodes actuales. Aquellos líderes autoritarios que buscan concentrar el poder y reprimir libertades legítimas. Su ambición, los lleva a tomar decisiones en contra del Bien Común que incluye a todos.
También están las grandes protagonistas de la plutocracia mundial, las poderosascorporaciones que priorizan sus beneficios económicos por encima del bienestar social y ambiental, perpetúan desigualdades y provocan guerras para aumentar ganancias. Sus ideologías provocan intolerancia y violencia de grupos extremistas opuestos. Su rechazo al diálogo, manipulación de los medios de comunicación los lleva a justificar actos atroces como si fuera lo normal.
Herodes representa a los poderosos de este mundo, a las estructuras de pecado, egoísmo que condicionan el obrar de todos los hombres. En cambio, los Reyes Magos son peregrinos en búsqueda de otro tipo de Reino, que hallarán en un pesebre, el niño Dios nacido entre los pobres, su Presencia es la Esperanza del mundo.
poliedroyperiferia@gmail.com