SERVIDOR
Oración inspirada en las lecturas del domingo 20.10.2024 TIEMPO ORDINARIO 29 CICLO B
| Carmelo Ampelio
SERVIDOR
Agítame, Señor, cuando me duerma en mis comodidades y me olvide de ser servidor de los demás.
Altérame, Señor, los planes egocéntricos que ignoran tu llamada a sembrar tu reino conscientemente.
Confúndeme, Señor, en mis certezas demasiado seguras acerca de la verdad, de la bondad, de lo que hay que hacer. Que no me haga ilusiones de tener muy controlados los procesos de santidad y de justicia que llevan a tu reino.
Desarregla, Señor, mis mecanismos de justificación y autoengaño ante las necesidades de los que me rodean. Ábreme a tu insistencia de servicio ante las necesidades reales de los demás.
Descolócame, Señor, en mis expectativas de seguridad. Tu reino es un dinamismo que nos arrastra si vamos ligeros de equipaje.
Descompón, Señor, mis sistemas de comprender, de entender, de interpretar. Que sepa mirar como tú mirabas a los seres humanos que te encontrabas la dureza de los caminos de la vida.
Desconciértame, Señor, cuando me den subidones de vanagloria por lo que digo, por lo que sé, por lo que hago.
Haz que me dé de bruces con la humildad. Y que me duela.
Desestabilízame, Señor. Que no me acomode con estúpidas justificaciones, llenas de piedras en los bolsillos.
Desorganízame, Señor, las intenciones de tener, mandar y aparentar en esta cultura tan necesitada de autenticidad, de sencillez y de cordialidad.
Desoriéntame, Señor, en mis caminos humanos, demasiado humanos. Señor que me pierda bien perdido para que reconozca tu presencia que da sentido y sensibilidad hacia la plenitud.
Despiértame, Señor, día a día de mis sueños arrogantes que no cuentan con lo esencial: amarte y ser amados por ti.
Distorsióname, Señor. Rómpeme las costillas cuando me crea más que los demás, mejor que los demás, más santo y más justo que los demás.
Empújame, Señor, más allá de mis miedos, de mis prudencias, de mis cegueras. Llévame a la luz, a tu luz, a tu vida.
Inquiétame, Señor, mucho. Mucho más. Que tiendo a la comodidad, a la pereza, a ocultarme.
Muéveme, Señor. Que no me muevan los hilos de este mundo.
Pertúrbame, Señor. Quítame la paz. Sácame de quicio. Que no me crea cansado. Que no me crea satisfecho. Que no me crea que ya he hecho todo lo que debía.
Enraízame más en ti, Señor.
Que es lo mejor que me puede pasar.
Amén. Aleluya.