San Juan Bautista, un santo popular

El buen sentido del pueblo cristiano, desde generaciones muy antiguas, ha convertido a San Juan Bautista en un santo muy popular. Son muchos los pueblos que celebran la festividad del 24 de junio, que se une al comienzo del verano. Ya en la víspera se encienden hogueras que tienen un doble significado: la destrucción de lo viejo y la nueva luz de Cristo.

Consideremos hoy la figura de este santo que enlaza el Antiguo Testamento con el Nuevo, y que el Evangelio retrata en diversas situaciones. La primera, cuando Isabel y Zacarías esperan a su hijo, seguida por aquella visita de la Virgen María a su prima. La última, cuando Herodes Antipas ordena decapitarlo.

En medio, una vida de penitencia en el desierto y de predicación en la ribera del Jordán, donde se le unían discípulos y bautizaba preparando los caminos del Señor, cuya manifestación estaba tan cerca. Hasta el día en que Jesús de Nazaret apareció en la cola de los que iban a ser bautizados. Pese a su resistencia, por considerarse indigno incluso de desatarle las sandalias, Juan bautiza a aquel peregrino y le señala ante el pueblo, y particularmente ante sus seguidores, como el Mesías anunciado.

Benedicto XVI habló de este santo el pasado 8 de enero con motivo de la fiesta del Bautismo del Señor. La segunda lectura y el Evangelio de este día nos dicen que la primera y principal educación se realiza a través del testimonio. Dice el Papa: "Juan fue un gran educador de sus discípulos, porque los ha conducido al encuentro con Jesús, del cual ha dado testimonio. No se ha exaltado a sí mismo, no ha querido tener los discípulos ligados a sí. Si bien Juan era un gran profeta, y su fama era muy grande, cuando llega Jesús, se retira detrás, indicándolo a Él: "Viene detrás de mí Aquel que es más fuerte que yo... Yo los he bautizado con agua pero él los bautizará con Espíritu Santo" (Mc 1,7-8).

Precisamente el Espíritu Santo desciende sobre Jesús como una paloma para revelar que Él es el Hijo unigénito del eterno Padre.

San Juan Bautista es un ejemplo para nosotros en muchas facetas: en su sobriedad de vida, penitente y sacrificada; en su humildad, que le lleva a hacerse a un lado cuando llega Cristo; en su testimonio de Jesús, a quien señala entre los hombres, y en la fortaleza de su sinceridad, que al fin le ocasiona la muerte cuando denuncia la conducta del mismo Herodes.

Jesucristo dijo de él: "Entre los nacidos de mujer no hay otro mayor que Juan el Bautista". No cabe mayor elogio. Confirma el acierto de la devoción que siente por él el pueblo cristiano.

+Jaume Pujol
Arzobispo de Tarragona
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