Rouco, único responsable de la renovación de Losantos

El pasado jueves, los angelitos ya señalaban al cardenal de Madrid, Antonio María Rouco, y se preguntaban, desotientados: "Todo el mundillo eclesiástico se hace cruces. Pocos querían (incluidos los obispos) que Losantos renovase en la Cope, pero lo hizo. Rouco se salió con la suya e impuso, una vez más, su criterio. ¿Por qué? ¿Cuál es la auténtica razón, la razón de fondo de esta polémica renovación? Pues ya tenemos la respuesta.

Rouco, a pesar de proclamar después de visitar al Papa, que "el comité ejecutivo es la auténtica presidencia de la CEE", ha decidido, en solitario, renovar Losantos. Lo cuenta hoy Enric Juliana, siempre bien informado, en La Vanguardia. Y pueden leerlo en Religiondigital.

Si Rouco ha tomado en solitario la decisión, está claro ques e convierte en el único responsable (para lo bueno y para lo malo)de la renovación de Losantos. Y de los problemas que seguramente acarreará durante toda la legislatura. Una legislatura en la que la Iglesia española ha recibido de Roma la orden de tender la mano al Gobierno. Defender lo esencial, pero pactar y dialogar en todo lo demás con ZP.

El cardenal de Madrid ya no puede esconderse tra el paraguas protector del Comité Ejecutivo. A partir de ahora, su devenir queda vinculado a Losantos. Y se hace corresponsable de los éxitos y de los fracasos del polémico locutor, lenguaraz y faltón. ¡Qué suplicio para el cardenal! Pendiente cada mañana de si a Losantos se le calienta demasiado la boca o insulta, como viene haciendo, a abades y obispos. Con sus nombres y apellidos.

Y enhorabuena al cardenal Cañizares. Pequeño, pero matón. Gaurdián de las esencias tradicionales, pero honrado, inteligente y valiente. El único capaz de pararle los pies a Rouco. Porque cree en conciencia que Losantos es una mala inversión para la imagen pública de la Iglesia. Aunque le aporte mucho dinero. Un Primado que pone el bien de la Iglesia por encima de sus intereses personales.

Y quedan retratados también los demás componentes del Comité Ejecutivo. Amigo, Sistach y Blázquez que, como siempre, amagan pero no dan. Osoro, el arzobispo de Oviedo, bailando siempre en la cuerda floja. Y Camino, servilmente fiel a su amo y señor. Para seguir haciendo méritos. Su cargo como secretario general de la CEE pende de un hilo. Y ahora, más.

Cada cual en su sitio. Ya era hora de que supiéramos a qué atenernos. Y se loa garadecemos al compañero Juliana y a sus escelentes "fuentes".
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