Las Comunidades de Base Autónomas se articulan en las Iglesias del Sur de Chile ¿Dónde estás Jesús?
Desde la experiencia histórica concreta muchas personas constatan que las estructuras eclesiales limitan la capacidad de las comunidades de base para estar presentes en la realidad social y, desde ella, poder acompañar los procesos de liberación con creatividad y audacia evangélica.
Por eso hoy nombrarse como “comunidad, base y autonomía”, es referirse al mismo Jesús para resignificar el caminar y la identidad cristiana.
También se abordarán mesas de diálogo sobre temas puntuales como el clericalismo del laicado, la injerencia de la Jerarquía en las comunidades de base y cómo podemos concretar la dimensión ética, social y política con una proyección de futuro hoy.
También se abordarán mesas de diálogo sobre temas puntuales como el clericalismo del laicado, la injerencia de la Jerarquía en las comunidades de base y cómo podemos concretar la dimensión ética, social y política con una proyección de futuro hoy.
| Jesús Herrero Estefanía
Hace ya un tiempo anunciábamos que en las Iglesias del sur de Chile se empezaba a configurar un nuevo modelo comunitario que reivindicaba la autonomía frente a los amarres institucionales y burocráticos de una Institucionalidad Eclesiástica centrada en sus parroquias, las congregaciones y los movimientos eclesiales. Desde la experiencia histórica concreta muchas personas constatan que esas estructuras limitan la capacidad de las comunidades de base para estar presentes en la realidad social y, desde ella, poder acompañar los procesos de liberación con creatividad y audacia evangélica. Esa nueva forma comunitaria se fue expresando en las denominadas: Comunidades de Base Autónomas que partieron con la certeza de que “fuera de la Iglesia también hay salvación” y se van articulando como una comunión de comunidades.
Puede que más de uno se pueda preguntar ¿dónde queda la dimensión espiritual y, sobre todo, la identidad cristiana, si solo nombramos a las comunidades como “de base” y “autónomas”?...
La respuesta está llena de preguntas: ¿Qué puede haber más de Jesús de Nazaret que la pasión por la unidad, por generar comunidad entre las bases sociales, entre los excluidos y los pobres?, ¿No fue acaso la renuncia al ejercicio de todo poder que no fuera servicio, a toda riqueza y prestigio que siembran división y desigualdad la norma de la praxis del mismo Jesús y sus primeros seguidores?, ¿No es el individualismo sordo e insolidario el que fractura la convivencia, nos cosifica, nos incomunica y nos hunde en la depresión?, ¿No fueron las jerarquías, el poder político y religioso de cada época los que dieron muerte a Jesús y a tantos mártires de la fe y la justicia a lo largo de los siglos?... Por eso hoy nombrarse como “comunidad, base y autonomía”, es referirse al mismo Jesús para resignificar el caminar y la identidad cristiana.
Con estas convicciones, las Comunidades de Base Autónomas ya han recorrido un interesante camino de búsquedas y definiciones discernidos comunitariamente en los tres Encuentros de la Articulación comunitaria habidos hasta la fecha. Los acuerdos de las diversas comunidades participantes giran en torno a cómo entienden la experiencia comunitaria, la ubicación en la base social y la autonomía.
En cuanto a la experiencia comunitaria y autónoma destacan:
- Este es un espacio alrededor de la mesa, que crea horizontalidad y circularidad propios de una caminada en que nadie se queda atrás. Vamos a alentar a quien ralentiza su caminar…
- Romper con el sistema imperante individualista para comenzar la experiencia de poner en común la vida, el compañerismo, de estar caminando juntos en un mundo fragmentado.
- Buscamos generar espacios donde se dé el respeto, la tolerancia, la escucha, el dialogo, de participación, la oración, la celebración y la evaluación. Nadie está por sobre otra u otro.
- Se nos hace necesario la articulación desde lo que somos y desde lo que buscamos, haciendo Caminada desde los que nos une, en una apertura y entrega al otro.
- Nuestra vida comunitaria se sustenta en la sorpresa y la novedad cotidianas.
- Una autonomía “rebelde” y comprometida con las realidades que nos tocan vivir sin calcular ni depender de nada ni de nadie incluyendo lo económico.
- La autonomía nos permite la libertad que nos anima a caminar juntos y juntas en oposición a la obligación, la separación y la presión. Nos invita a no seguir directrices establecidas.
- Nos hablamos desde la realidad frente a frente queriendo ser consecuentes desde lo que consideramos correcto cuestionando aquello que se erige como establecido, tradicional, inamovible para poder tener una voz Profética.
Para este próximo Encuentro a realizarse los días 7, 8 y 9 de octubre, han contemplado conversar sobre dos temáticas centrales. La primera es la de seguir profundizando sobre la historia de Jesús de Nazareth en su contexto de vida político, social y religioso y la segunda sería la de hacer memoria del legado histórico y la resistencia de las comunidades a 50 años del Golpe cívico militar de 1973. También se abordarán mesas de diálogo sobre temas puntuales como el clericalismo del laicado, la injerencia de la Jerarquía en las comunidades de base y cómo podemos concretar la dimensión ética, social y política con una proyección de futuro hoy.
Las Comunidades de Base Autónomas se articulan, se reunen, están presentes en sus Territorios. No son, por lo tanto, un “invento” teórico o un experimento ideológico que busca atacar a la Iglesia católica sino un nuevo intento por rescatar la significatividad y la eficacia de los gestos y palabras de Jesús. Se trata de convocar a todas las personas indiscriminadamente a construir el reino de Dios en la historia concreta, en el cada día, en los diversos estilos de vida y en las opciones sociopolíticas. Eso conlleva hacer una “opción de clase” que verifique la autenticidad de la opción por los pobres y haga creíble el proceso de hacer Cuerpo de Cristo con los migrantes, con los enfermos, con las mujeres violentadas, con las víctimas de la depredación medioambiental, con las y los trabajadores explotados. Construyendo comunidad desde la memoria histórica de Jesús de Nazaret, el primero de nuestros detenidos/desaparecidos, torturados y ejecutados por el poder político y religioso.