El patriarcado en la Iglesia católica La Iglesia católica concede más credibilidad a Platón, a Aristóteles, a Pablo de Tarso y a Tomás de Aquino que a los Derechos Humanos
"Los jerarcas de la Iglesia mantienen un marcado pensamiento misógino, patriarcal, trasnochado y retrógrada que encajaba bien en la época grecorromana, pero que actualmente carece de sentido, ya que supone un trato discriminatorio"
"Ante tamaña ceguera no hay otra alternativa que las mujeres católicas de todo el mundo presionen para desmontar el patriarcado y así sea tenida en cuenta su dignidad con el reconocimiento del derecho a la igualdad"
"El Papa ha tomado una decisión de carácter patriarcal al boicotear que se trate del tema de las mujeres diaconisas en el Sínodo de octubre de 2024"
"Una vez más se confirma que los intentos de democratizar la Iglesia con participación de laicos y laicas es pura falacia, ya que la última palabra la tiene el papa"
"El Papa ha tomado una decisión de carácter patriarcal al boicotear que se trate del tema de las mujeres diaconisas en el Sínodo de octubre de 2024"
"Una vez más se confirma que los intentos de democratizar la Iglesia con participación de laicos y laicas es pura falacia, ya que la última palabra la tiene el papa"
“Se denomina patriarcado a toda forma de organización social cuya autoridad se reserva exclusivamente al hombre o sexo masculino. En una estructura social patriarcal, la mujer no asume liderazgo político, ni autoridad moral, ni privilegio social ni control sobre la propiedad. La palabra «patriarca» proviene de las palabras griegas ἄρχειν árchein, que significa mandar, y πατήρ patḗr, que significa padre. En su sentido literal, el patriarcado es la autoridad del padre”. (Wikipedia)
La implantación del patriarcado ha sido alentada y “justificada” durante siglos por hombres de gran prestigio filosófico y teológico como Platón, Aristóteles, Pablo de Tarso , Tomás de Aquino o Charles Darwin ,tal como expongo a continuación.
Según el filósofo Platón ( siglo V y IV a. C.) el varón posee un alma racional, ubicada en la cabeza, que es inmortal. Las otras dos partes del alma son mortales: una ubicada en el pecho, el alma irascible, la del coraje militar; y otra alojada en el vientre, la del deseo, el alma concupiscente. Para Platón la mujer no posee alma racional y puesto que su esencia es el útero, queda ubicada en la maternidad.
Aristóteles (siglo IV a.C.) también mantenía la teoría de que la mujer era un varón disminuido, imperfecto. Decía sobre ella: es como «el defecto, la imperfección sistemática respecto a un modelo», el masculino. Con respecto a características sociales, Aristóteles decía que el varón tenía que mandar sobre los esclavos, los hijos y la esposa. Y que el varón, es naturalmente, «más apto para el mando que la mujer…»
Ya entrados en nuestra era, Pablo de Tarso (siglo I d.C) defendió el patriarcado de la Iglesia. Mandó callar a las mujeres en las asambleas y a someterse a sus maridos porque “el hombre es imagen y reflejo de Dios, mientras que la mujer es el reflejo del hombre”. Esto fue lo que escribió en su primera carta a los Corintios:
Cap. 11.6-10 “Si una mujer no se cubre con el velo, que se corte el cabello. Pero si es deshonroso para una mujer cortarse el cabello o raparse, que se ponga el velo. El hombre, no debe cubrir su cabeza, porque él es la imagen y el reflejo de Dios, mientras que la mujer es el reflejo del hombre. En efecto, no es el hombre el que procede de la mujer, sino la mujer del hombre; ni fue creado el hombre a causa de la mujer, sino la mujer a causa del hombre. Por esta razón, la mujer debe tener sobre su cabeza un signo de sujeción”.
Cap. 14.34-35.” Las mujeres cállense en las asambleas; que no les está permitido tomar la palabra; antes bien, estén sumisas. Si quieren aprender algo, pregúntenlo a sus propios maridos en casa; pues es indecoroso que la mujer hable en la asamblea”.
Pablo remarca el uso del velo de las mujeres en (1Cor 11,1‐16) “Por tanto, si una mujer no se cubre la cabeza que se corte el pelo. El hombre no se debe cubrir la cabeza porque es imagen y reflejo de Dios; pero la mujer es reflejo del hombre”.
En la Edad Media, Tomás de Aquino (siglo XIII) afirmaba que la condición humana está íntegramente desarrollada en el varón, y es algo incompleta en la mujer. Basaba sus ideas en la leyenda bíblica según la cual la mujer fue creada de la costilla del varón, símbolo de su dependencia y menor dignidad. Para Aquino, la mujer existía en la vida social y política a través del padre, del marido o del hijo. La mujer soltera no era ciudadana. Sus únicas posibilidades de ubicarse plenamente en la sociedad eran casarse para ser madre o ser religiosa.
A esos personajes hay que añadir uno más reciente. Se trata de Charles Darwin (1809 – 1882), padre de la teoría de la evolución que admitió sin ambages la superioridad del hombre frente a la mujer como un constitutivo de la naturaleza humana. La revolución darwiniana, que tanto contribuyó a eliminar muchos prejuicios de las ciencias naturales, no fue capaz de eliminar el androcentrismo mantenido durante siglos sobre la inferioridad «natural» de las mujeres con respecto a los hombres.
Esos pensamientos, propios de unas épocas históricas, no se corresponden con los actuales; aunque todavía persistenen las religiones monoteístas, especialmente en la religión musulmana, y en sociedades e instituciones patriarcales, que se caracterizan por conceder al hombre todo el poder al considerar que la mujer no es apta para ejercerlo.
Ya en 2016, Francisco decidió crear una primera comisión para estudiar el papel de las mujeres diaconisas, pero en 2019 desveló que no se había llegado a ningún acuerdo porque había opiniones diferentes entre los miembros.
"Lo más que se les permite a las mujeres, en un decreto reciente del Papa, es que lean textos bíblicos, ayuden al clérigo en el altar y dispensen la eucaristía"
Lo más que se les permite a las mujeres, en un decreto reciente del Papa, es que lean textos bíblicos, ayuden al clérigo en el altar y dispensen la eucaristía. Esas actividades no resultan ninguna novedad porque en muchas diócesis las mujeres ya las vienen realizado desde hace tiempo. Lo correcto sería que en un plano de igualdad, la mujer, tanto en la Iglesia como en otras instituciones y sociedades patriarcales, tuviera el mismo derecho que el hombre para acceder a todos los niveles de poder. Pero por lo que respecta a la Iglesia católica, esta concede más credibilidad a Platón, a Aristóteles, a Pablo de Tarso y a Tomás de Aquino que a los Derechos Humanos.
A pesar de esa mentalidad inamovible, mujeres católicas de todo el mundo luchan incansablemente contra el patriarcado para conseguir la igualdad. Una muestra de esa lucha es el Sínodo de mujeres que se celebró en laprimavera de 2022 y que denunció el patriarcado en la Iglesia católica y la estructura de poder que perpetúa un modelo machista, misógino y alejado de la igualdad en dignidad de hombres y mujeres.
La Iglesia y cualquier otra institución o sociedad patriarcal debe adaptarse a los nuevos tiempos en los que la mujer ha conseguido altas cotas de igualdad con el hombre en todas las esferas, ya sean políticas, sociales o profesionales. El primer artículo de La Declaración Universal de los Derechos humanos reafirma el derecho a la igualdad de todos los seres humanos. “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
"La Iglesia católica concede más credibilidad a Platón, a Aristóteles, a Pablo de Tarso y a Tomás de Aquino que a los Derechos Humanos"
Una Iglesia, una institución o una sociedad no puede prescindir del potencial humano y cristiano de las mujeres. Los jerarcas de la Iglesia mantienen un marcado pensamiento misógino, patriarcal, trasnochado y retrógrada que encajaba bien en la época grecorromana, pero que actualmente carece de sentido, ya que supone un trato discriminatorio a la mujer y un incumplimiento del derecho a la igualdad entre mujeres y hombres.
No pinta bien una Iglesia que se niega a ofrecer un trato igualitario a las mujeres, a pesar de que la igualdad es un derecho ya reconocido, con sus límites, en las sociedades democráticas. Vendarse los ojos ante una realidad tan evidente dice muy poco de una Iglesia que debería promover la igualdad, uno de los valores más plausibles de nuestro tiempo. Ante tamaña ceguera no hay otra alternativa que las mujeres católicas de todo el mundo presionen para desmontar el patriarcado y así sea tenida en cuenta su dignidad con el reconocimiento del derecho a la igualdad.
La Revuelta de Mujeres en la Iglesia formada por mujeres católicas de España ya han decidido concentrarse frente a las catedrales de distintas ciudades españolas para pedir “una reforma profunda” en la Iglesia que acabe con la “discriminación” y les dé “voz y voto” en las estructuras eclesiales. Denuncian que ” La antropología actual de la Iglesia católica es de raíz medieval y caduca, ya que mantiene la desigualdad y la sumisión e impide la integración de las mujeres en todos los órganos de la Iglesia , ignorando la riqueza del magisterio de las mujeres”.
"Una Iglesia, una institución o una sociedad no puede prescindir del potencial humano y cristiano de las mujeres"
Documento
El Sínodo de Mujeres se manifiesta en contra del patriarcado de la Iglesia.
El papa Francisco convocó el Sínodo de Mujerescon mujeres católicas de muchos países en octubre de 2022.
El documento final del Sínodo hace referencia a la frustración de las mujeres católicas por "el abuso del poder patriarcal, por el clericalismo, por la discriminación y por el sexismo”. También subraya “que las formas con las que la Iglesia trata a las mujeres, así como la cultura de supremacía masculina, conducen a la violencia de género y al abuso sexual y espiritual en la sociedad y en la Iglesia”. El documento también declara que "en todo el mundo, la ausencia de mujeres en los niveles de decisión y su exclusión del ministerio ordenado se consideran las formas más graves de discriminación e injusticia".
Conclusión
Recientemente el Papaha tomado una decisión de carácter patriarcal al boicotear que se trate del tema de las mujeres diaconisas en el Sínodo de octubre de 2024. Es incuestionable llegar a la conclusión de que todo el trabajo realizado por las mujeres católicas en la Comisión de 2016 y en el Sínodo de mujeres de 2022 ha sido una pantomima con un final desilusionador. Una vez más se confirma que los intentos de democratizar la Iglesia con participación de laicos y laicas es pura falacia, ya que la última palabra la tiene el papa.
"El Papa ha tomado una decisión de carácter patriarcal al boicotear que se trate del tema de las mujeres diaconisas en el Sínodo de octubre de 2024"