¿Tratan bien a Dios el animismo y el hinduismo?¿También el budismo?
Las religiones, cada una desde su perspectiva, ofrecen para tratar a Dios un camino especial, con criterios, terapias y testigos excepcionales, místicos o no. Entre los posibles caminos, presentamos el de la presencia (animismo), la devoción amorosa (hinduismo) y el humano de la sabiduría y ascesis (budismo). El modo de tratar a Dios en el hinduismo es más profundo que en el animismo pero se distancia del budismo que prescinde de la relación con un Dios personal, de su dependencia e influjo.
Los animistas y su camino de la Presencia De las múltiples religiones primitivas existentes, destaca el animismo como representante actual. Es también conocida como religión de los pueblos primitivos o religión tradicional. En efecto, muchas religiones tradicionales y muchos pueblos primitivos esparcidos por todo el mundo, se han relacionado y se relacionan con Dios con el denominador común del animismo.
¿Qué ofrece la primitiva religión, el animismo, como algo típico para la vida religiosa, la unión con Dios? Su Presencia. El animista insiste de manera especial en la cercanía de Dios en la naturaleza. Su fe está centrada en la presencia universal del Ser supremo, en toda la vida personal y social. A esta presencia responde el animista con gratitud y obediencia al Creador para obtener su beneplácito, con alegría y la fiesta en los actos religiosos que expresan la comunión vital entre todas las personas.
Como afirmó el Vaticano II, en el animista se da una cierta percepción de aquella fuerza misteriosa que está presente en la marcha de las cosas y en los acontecimientos de la vida humana, y a veces también el reconocimiento de la suma Divinidad e incluso del Padre. Esta percepción y reconocimiento penetran su vida con un íntimo sentido religioso» (NA 2).
El mundo no es el medio para el conocimiento de Dios, sino el lugar de la experiencia de Dios. Dios es conocido en la experiencia y no es demostrado. Por ello es interesante valorar los símbolos que utiliza para denominar al Ser supremo: la voz, la luz, el nombre de padre. Dios es quien lo ve todo, lo oye todo, es como una luz que habla, voz luminosa o como el trueno que asusta.
La presencia de Dios es constante en toda criatura y en toda acción buena o mala. Pero no es panteísta el animismo, pues sus relaciones son de la persona o de una comunidad con el ser Superior individual que por su omnipotencia anima todas las cosas y acontecimientos. Sin embargo al animista gusta relacionarse mejor con seres intermediarios antes que con Dios mismo.
En el hinduismo: el camino de la devoción amorosa (Bahkti).
Una de las religiones orientales que gozan de mayor popularidad en Occidente, es el hinduismo. Más que una religión es un conjunto de religiones unidas por el marco geográfico-cultural pero con mentalidad opuesta. Junto al monoteísmo más puro y místico se encuentra el politeísmo más exagerado y absurdo.
El Vaticano II sintetizó los criterios básicos del hinduismo: «así, en el hinduismo, los hombres investigan el misterio divino y lo expresan mediante la inagotable fecundidad de los mitos y con los penetrantes esfuerzos de la filosofía, y buscan la liberación de las angustias de nuestra condición, ya sea mediante las modalidades de la vida ascética, ya sea a través de profunda meditación, ya sea buscando refugio en Dios con amor y confianza» (Nostra Aetate 2)
Encontramos en el hinduismo una corriente mística centrada en la Bahkti que la viven de manera especial “los locos de Dios”. Bhakti significa la devoción amorosa a Dios y el confiado abandono en él; expresa también el deseo insaciable de comunión con un Dios personal (Siva para los sivaitas, Visnú o sus avatara para los visnuitas, etc.). Consiste en una actitud de amor ardiente y exclusivo a Dios experimentado como grandeza y benevolencia, marcada por el respeto y la adoración, que suscita la consagración de la persona a Dios, previa la autopurificación y la renuncia a todo lo que es incompatible con dicha relación religiosa.
Bhakti. Los locos de Dios.
Bhakti es una comunicación mutua entre Dios y el hombre que lleva con frecuencia al devoto a la renuncia del mundo para consagrase totalmente a su dios. Habiéndolo dejado todo, los devotos peregrinan de manera perpetua, recitando plegarias a modo de oficio religioso y viviendo como locos de Dios.
La ascesis y la meditación contribuyen a la purificación personal para hacerse digno de la gracia de Dios y para transformarse a sí mismo en un lugar puro para la presencia de Dios. Para alcanzar la unión con el Uno se precisa la caridad según la fórmula tradicional: «debes amar a tu prójimo como a ti mismo, porque tú eres ese prójimo».
La relación entre Dios y el hombre como esposo-esposa. En esta interpretación hinduista se da la relación con Dios reflejada en el amor conyugal. La divinidad fue concebida como esposo y el alma humana como esposa que se consume en el anhelo por el amado y que sólo se verá satisfecha en la unión.
Varios son los caminos para unirse a Dios como varias son las modalidades del yoga El Bhakti-yoga indica el camino de la devoción amorosa Dios y el abandono confiado en él. Dios es personal, bueno y compasivo. Se puede llegar a un encuentro vital con Dios, experimentando su bondad.
Condiciones para unir con Dios el Absoluto: 1ª vida moral intachable, 2ª la autodisciplina que consiste en la limpieza exterior e interior, y 3ª el control de funciones corporales mediante ciertas actitudes del cuerpo. En el último grado, la experiencia espiritual del objeto de la meditación se acrecienta hasta eliminar la distancia entre sujeto y objeto. En esta situación es cuando puede venir la iluminación-experiencia en la que todos los seres confluyen en un solo punto con una vivencia arrolladora de luz radiante.
El budismo camina con la sabiduría y la ascesis En sentido estricto, y tal como aparece, el budismo es una sabiduría humana y no una religión. Al prescindir del Dios personal, de su influjo y dependencia, no podemos hablar de relaciones religiosas del hombre con Dios. Esta es la realidad de una secta hinduista que reaccionó contra el ritualismo excesivo del brahmanismo y que hoy día es considerada como «la cumbre del ascetismo filosófico-religioso de Asia”, con una espiritualidad que pasa del autodominio a la compasión.
Desde su fe “laica”, el budista camina hacia un absoluto, hacia la liberación que personaliza y que ayuda a purificarse de ilusiones y pasiones. Utiliza los elementos para una ética de la fraternidad y de freno contra el materialismo. La doctrina budista ofrece la imagen de la persona que atraviesa un puente con dos pilares, el de la sabiduría y el ascético, para llegar a la otra orilla y para encontrarse con la meta deseada, el Nirvana. En un sentido amplio, el Nirvana es un "tú" trascendente; es como lo incondicionado, la otra orilla; lo difícil de ver, algo sin tiempo, eterno, más allá de toda multiplicidad, sin muerte, bienaventuranza, ausencia de toda angustia, como una isla, un refugio de reposo seguro. Viene a ser como un tú impersonal y trascendente que condiciona la vida presente. Es una salvación laica
¿Religión el budismo? De este apoyo en un auxilio superior no se deduce la vinculación con Dios o Ser absoluto. Es muy difícil hablar de religión en el budismo dado su silencio sobre Dios. Cierto que no es negación estricta sino más bien «una reacción en contra de ciertas manifestaciones contradictoria sobre Dios en el hinduismo. También se explica este silencio sobre lo divino porque el budismo está centrado en el dolor y en el cómo curar el dolor. Mantiene silencio y vacío ante lo trascendente. ¿Debe entenderse como una negación radical del absoluto? No. De hecho, muchas escuelas budistas han desarrollado una doctrina posterior sobre el absoluto, lo cual habría sido imposible de no existir la tendencia germinal hacia él en el budismo fundacional.
¿Un secularismo pre-cristiano? El budismo viene a ser un secularismo pre-cristiano que impregna la visión del mundo y del comportamiento en una existencia dedicada a la nada. Insisten los conocedores del budismo en afirmar en que no es auténtica religión, sino más bien una actitud con respecto a la existencia. Una posición fría y objetiva como la del sabio moderno sin confesión religiosa de ningún tipo. No obstante es muy aleccionador el análisis de las relaciones del budista con el no-yo sobrehumano al que llega por un camino muy peculiar partiendo de una concepción personal del yo temporal. La conducta del budista consiste en participar en la vida de la iglesia (Sangha) a fin de realizar el dhamma-ley a imitación de Buda, su Fundador.
Ante la polémica de si es o no religión el budismo, nos quedamos con el concepto del Vaticano II: «en el budismo, según sus varias formas, se reconoce la insuficiencia radical de este mundo mudable y se enseña el camino por el que los hombres, con un espíritu devoto y confiado, pueden adquirir ya sea el estado de perfecta liberación, ya sea la suprema iluminación, por sus propios esfuerzos apoyados en un auxilio superior» (NA 2).
Los animistas y su camino de la Presencia De las múltiples religiones primitivas existentes, destaca el animismo como representante actual. Es también conocida como religión de los pueblos primitivos o religión tradicional. En efecto, muchas religiones tradicionales y muchos pueblos primitivos esparcidos por todo el mundo, se han relacionado y se relacionan con Dios con el denominador común del animismo.
¿Qué ofrece la primitiva religión, el animismo, como algo típico para la vida religiosa, la unión con Dios? Su Presencia. El animista insiste de manera especial en la cercanía de Dios en la naturaleza. Su fe está centrada en la presencia universal del Ser supremo, en toda la vida personal y social. A esta presencia responde el animista con gratitud y obediencia al Creador para obtener su beneplácito, con alegría y la fiesta en los actos religiosos que expresan la comunión vital entre todas las personas.
Como afirmó el Vaticano II, en el animista se da una cierta percepción de aquella fuerza misteriosa que está presente en la marcha de las cosas y en los acontecimientos de la vida humana, y a veces también el reconocimiento de la suma Divinidad e incluso del Padre. Esta percepción y reconocimiento penetran su vida con un íntimo sentido religioso» (NA 2).
El mundo no es el medio para el conocimiento de Dios, sino el lugar de la experiencia de Dios. Dios es conocido en la experiencia y no es demostrado. Por ello es interesante valorar los símbolos que utiliza para denominar al Ser supremo: la voz, la luz, el nombre de padre. Dios es quien lo ve todo, lo oye todo, es como una luz que habla, voz luminosa o como el trueno que asusta.
La presencia de Dios es constante en toda criatura y en toda acción buena o mala. Pero no es panteísta el animismo, pues sus relaciones son de la persona o de una comunidad con el ser Superior individual que por su omnipotencia anima todas las cosas y acontecimientos. Sin embargo al animista gusta relacionarse mejor con seres intermediarios antes que con Dios mismo.
En el hinduismo: el camino de la devoción amorosa (Bahkti).
Una de las religiones orientales que gozan de mayor popularidad en Occidente, es el hinduismo. Más que una religión es un conjunto de religiones unidas por el marco geográfico-cultural pero con mentalidad opuesta. Junto al monoteísmo más puro y místico se encuentra el politeísmo más exagerado y absurdo.
El Vaticano II sintetizó los criterios básicos del hinduismo: «así, en el hinduismo, los hombres investigan el misterio divino y lo expresan mediante la inagotable fecundidad de los mitos y con los penetrantes esfuerzos de la filosofía, y buscan la liberación de las angustias de nuestra condición, ya sea mediante las modalidades de la vida ascética, ya sea a través de profunda meditación, ya sea buscando refugio en Dios con amor y confianza» (Nostra Aetate 2)
Encontramos en el hinduismo una corriente mística centrada en la Bahkti que la viven de manera especial “los locos de Dios”. Bhakti significa la devoción amorosa a Dios y el confiado abandono en él; expresa también el deseo insaciable de comunión con un Dios personal (Siva para los sivaitas, Visnú o sus avatara para los visnuitas, etc.). Consiste en una actitud de amor ardiente y exclusivo a Dios experimentado como grandeza y benevolencia, marcada por el respeto y la adoración, que suscita la consagración de la persona a Dios, previa la autopurificación y la renuncia a todo lo que es incompatible con dicha relación religiosa.
Bhakti. Los locos de Dios.
Bhakti es una comunicación mutua entre Dios y el hombre que lleva con frecuencia al devoto a la renuncia del mundo para consagrase totalmente a su dios. Habiéndolo dejado todo, los devotos peregrinan de manera perpetua, recitando plegarias a modo de oficio religioso y viviendo como locos de Dios.
La ascesis y la meditación contribuyen a la purificación personal para hacerse digno de la gracia de Dios y para transformarse a sí mismo en un lugar puro para la presencia de Dios. Para alcanzar la unión con el Uno se precisa la caridad según la fórmula tradicional: «debes amar a tu prójimo como a ti mismo, porque tú eres ese prójimo».
La relación entre Dios y el hombre como esposo-esposa. En esta interpretación hinduista se da la relación con Dios reflejada en el amor conyugal. La divinidad fue concebida como esposo y el alma humana como esposa que se consume en el anhelo por el amado y que sólo se verá satisfecha en la unión.
Varios son los caminos para unirse a Dios como varias son las modalidades del yoga El Bhakti-yoga indica el camino de la devoción amorosa Dios y el abandono confiado en él. Dios es personal, bueno y compasivo. Se puede llegar a un encuentro vital con Dios, experimentando su bondad.
Condiciones para unir con Dios el Absoluto: 1ª vida moral intachable, 2ª la autodisciplina que consiste en la limpieza exterior e interior, y 3ª el control de funciones corporales mediante ciertas actitudes del cuerpo. En el último grado, la experiencia espiritual del objeto de la meditación se acrecienta hasta eliminar la distancia entre sujeto y objeto. En esta situación es cuando puede venir la iluminación-experiencia en la que todos los seres confluyen en un solo punto con una vivencia arrolladora de luz radiante.
El budismo camina con la sabiduría y la ascesis En sentido estricto, y tal como aparece, el budismo es una sabiduría humana y no una religión. Al prescindir del Dios personal, de su influjo y dependencia, no podemos hablar de relaciones religiosas del hombre con Dios. Esta es la realidad de una secta hinduista que reaccionó contra el ritualismo excesivo del brahmanismo y que hoy día es considerada como «la cumbre del ascetismo filosófico-religioso de Asia”, con una espiritualidad que pasa del autodominio a la compasión.
Desde su fe “laica”, el budista camina hacia un absoluto, hacia la liberación que personaliza y que ayuda a purificarse de ilusiones y pasiones. Utiliza los elementos para una ética de la fraternidad y de freno contra el materialismo. La doctrina budista ofrece la imagen de la persona que atraviesa un puente con dos pilares, el de la sabiduría y el ascético, para llegar a la otra orilla y para encontrarse con la meta deseada, el Nirvana. En un sentido amplio, el Nirvana es un "tú" trascendente; es como lo incondicionado, la otra orilla; lo difícil de ver, algo sin tiempo, eterno, más allá de toda multiplicidad, sin muerte, bienaventuranza, ausencia de toda angustia, como una isla, un refugio de reposo seguro. Viene a ser como un tú impersonal y trascendente que condiciona la vida presente. Es una salvación laica
¿Religión el budismo? De este apoyo en un auxilio superior no se deduce la vinculación con Dios o Ser absoluto. Es muy difícil hablar de religión en el budismo dado su silencio sobre Dios. Cierto que no es negación estricta sino más bien «una reacción en contra de ciertas manifestaciones contradictoria sobre Dios en el hinduismo. También se explica este silencio sobre lo divino porque el budismo está centrado en el dolor y en el cómo curar el dolor. Mantiene silencio y vacío ante lo trascendente. ¿Debe entenderse como una negación radical del absoluto? No. De hecho, muchas escuelas budistas han desarrollado una doctrina posterior sobre el absoluto, lo cual habría sido imposible de no existir la tendencia germinal hacia él en el budismo fundacional.
¿Un secularismo pre-cristiano? El budismo viene a ser un secularismo pre-cristiano que impregna la visión del mundo y del comportamiento en una existencia dedicada a la nada. Insisten los conocedores del budismo en afirmar en que no es auténtica religión, sino más bien una actitud con respecto a la existencia. Una posición fría y objetiva como la del sabio moderno sin confesión religiosa de ningún tipo. No obstante es muy aleccionador el análisis de las relaciones del budista con el no-yo sobrehumano al que llega por un camino muy peculiar partiendo de una concepción personal del yo temporal. La conducta del budista consiste en participar en la vida de la iglesia (Sangha) a fin de realizar el dhamma-ley a imitación de Buda, su Fundador.
Ante la polémica de si es o no religión el budismo, nos quedamos con el concepto del Vaticano II: «en el budismo, según sus varias formas, se reconoce la insuficiencia radical de este mundo mudable y se enseña el camino por el que los hombres, con un espíritu devoto y confiado, pueden adquirir ya sea el estado de perfecta liberación, ya sea la suprema iluminación, por sus propios esfuerzos apoyados en un auxilio superior» (NA 2).