¿Lo esencial de Benedicto XVI en la JMJ, en diez pensamientos?
El artículo anterior (¿Qué más nos dijo Benedicto XVI?) seleccionó y estructuró con 60 citas los discursos y homilías del Papa Ratzinger en Madrid. Ante la riqueza del pensamiento de Benedicto XVI sobre los temas del mundo, el hombre, Dios, Jesucristo, el seguidor coherente, la Iglesia y el destino final, se me ocurrió la idea de presentar diez pensamientos, los más significativos en mi modesta opinión.
EL MUNDO ACTUAL Todos protagonistas en la construcción de un mundo humanizado, familia para sus moradores. En las diversas alocuciones, el Papa propuso la meta y la situación actual del mundo y de sus protagonistas
1 “Sí, hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto; decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias; dar en cada instante un paso al azar, sin rumbo fijo, dejándose llevar por el impulso de cada momento“ (Primera homilía).
LA DIGNIDAD HUMANA.
No podía faltar en el pensamiento humanista del Papa Ratzinger hablar de la dignidad de toda persona, de cómo los discapacitados son una fuente de amor, y cómo todos deben buscar con ilusión la verdad con amor. Urge educar al hombre nuevo, que, entre otros rasgos debe sentirse poseído por la verdad. La doctrina de Jesús nos motiva a todos, especialmente a los enfermos. Gran secreto: descubrir la riqueza del sufrimiento por la serenidad y con amor.
2 Sufrir por amor. «Sufrir con el otro, por los otros, sufrir por amor de la verdad y de la justicia; sufrir a causa del amor y con el fin de convertirse en una persona que ama realmente, son elementos fundamentales de la humanidad, cuya pérdida destruiría al hombre mismo» (Viacrucis).
DIOS, RELACIÓN DE AMISTAD
Ante el eclipse Dios, toda persona sea consciente de su necesidad y el creyente que se sienta amado por Dios Padre. Es Jesús nuestro Maestro y camino hacia Dios quien nos revela la fe como una relación coherente y el amor con Dios como una amistad.
3 El eclipse de Dios. “El encuentro personal con Cristo que nutre vuestra consagración debe testimoniarse con toda su fuerza transformadora en vuestras vidas; y cobra una especial relevancia hoy, cuando «se constata una especie de “eclipse de Dios”, una cierta amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo y una negación del tesoro de la fe recibida, con el riesgo de perder aquello que más profundamente nos caracteriza» (Mensaje para la XXVI Jornada Mundial de la Juventud 2011, 1).
4 Pero Dios nos ama. “Permanecer en su amor significa entonces vivir arraigados en la fe, porque la fe no es la simple aceptación de unas verdades abstractas, sino una relación íntima con Cristo que nos lleva a abrir nuestro corazón a este misterio de amor y a vivir como personas que se saben amadas por Dios“ (Vigilia).
5 Y la vida como una amistad con Dios. “Queridos jóvenes, para descubrir y seguir fielmente la forma de vida a la que el Señor os llame a cada uno, es indispensable permanecer en su amor como amigos. Y, ¿cómo se mantiene la amistad si no es con el trato frecuente, la conversación, el estar juntos y el compartir ilusiones o pesares? Santa Teresa de Jesús decía que la oración es «tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama» (cf. Libro de la vida, 8) (Vigilia)
CRISTO, AMIGO Y HERMANO
Cristo, camino, verdad y vida nos llama a ser amigos suyos. Ahí radica el secreto del cristiano, en vivir la fe como una amistad con Cristo. Pero la amistad de quien interioriza el mensaje de Jesús y orienta su vida colaborando en la obra del Señor. En un mundo confuso urge definir bien la identidad del cristiano, seguidor de Jesús con un gran ideal, el de la Buena Nueva manifestada en las actitudes y respuestas que el Maestro enseñó y testimonió. Hoy más que nunca hay que presentar la fe completa con la exigencia de radicalidad, con la santidad de vida a imitación del Señor que espera una respuesta valiente de parte de los discípulos seguidores suyos
6 El secreto, Cristo como amigo. “Se preguntarán por el secreto de vuestra vida y descubrirán que la roca que sostiene todo el edificio y sobre la que se asienta toda vuestra existencia es la persona misma de Cristo, vuestro amigo, hermano y Señor, el Hijo de Dios hecho hombre, que da consistencia a todo el universo“ (Primera homilía).
7 La fe como relación personal con Cristo. La fe “supone una relación personal con Él, la adhesión de toda la persona, con su inteligencia, voluntad y sentimientos, a la manifestación que Dios hace de sí mismo (Homilía final).
LA IGLESIA Con claridad Benedicto XVI puntualizó criterios básicos sobre la Iglesia y el modo de vivir en comunión. Dos principios: no separar a Cristo de su Iglesia y no pretender vivir el cristianismo aislado. Urge descubrir la vocación en la Iglesia y colaborar en las tareas eclesiales, cada uno según su vocación específica. Todos con amor hacia quien nos engendró en la fe. Al cristiano en comunión le corresponde pasar del testimonio genérico a la evangelización y al fermento en medio de la masa. Todos, como misioneros aceptando el sacrificio que impone el servicio.
8 No aislados, sino en comunión con la Iglesia.” Pero permitidme también que os recuerde que seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir «por su cuenta» o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa de Él” (Homilía final).
9 No separar a Cristo de su Iglesia.” Sí, la Iglesia no es una simple institución humana, como otra cualquiera, sino que está estrechamente unida a Dios. El mismo Cristo se refiere a ella como «su» Iglesia. No se puede separar a Cristo de la Iglesia, como no se puede separar la cabeza del cuerpo (cf. 1Co 12,12). La Iglesia no vive de sí misma, sino del Señor. Él está presente en medio de ella, y le da vida, alimento y fortaleza” (Homilía final).
LA ÚLTIMA META La esperanza es la gran motivación para la plenitud humana y cristiana. Con Cristo caminamos hacia los bienes futuros, hacia la última meta. Urge presentar en un mundo escéptico, a Cristo salvador universal.
10 Con Cristo caminamos hacia los bienes futuros. “El cuerpo desgarrado y la sangre vertida de Cristo, es decir su libertad entregada, se han convertido por los signos eucarísticos en la nueva fuente de la libertad redimida de los hombres. En Él tenemos la promesa de una redención definitiva y la esperanza cierta de los bienes futuros. Por Cristo sabemos que no somos caminantes hacia el abismo, hacia el silencio de la nada o de la muerte, sino viajeros hacia una tierra de promisión, hacia Él que es nuestra meta y también nuestro principio” (Seminaristas).
EL MUNDO ACTUAL Todos protagonistas en la construcción de un mundo humanizado, familia para sus moradores. En las diversas alocuciones, el Papa propuso la meta y la situación actual del mundo y de sus protagonistas
1 “Sí, hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto; decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias; dar en cada instante un paso al azar, sin rumbo fijo, dejándose llevar por el impulso de cada momento“ (Primera homilía).
LA DIGNIDAD HUMANA.
No podía faltar en el pensamiento humanista del Papa Ratzinger hablar de la dignidad de toda persona, de cómo los discapacitados son una fuente de amor, y cómo todos deben buscar con ilusión la verdad con amor. Urge educar al hombre nuevo, que, entre otros rasgos debe sentirse poseído por la verdad. La doctrina de Jesús nos motiva a todos, especialmente a los enfermos. Gran secreto: descubrir la riqueza del sufrimiento por la serenidad y con amor.
2 Sufrir por amor. «Sufrir con el otro, por los otros, sufrir por amor de la verdad y de la justicia; sufrir a causa del amor y con el fin de convertirse en una persona que ama realmente, son elementos fundamentales de la humanidad, cuya pérdida destruiría al hombre mismo» (Viacrucis).
DIOS, RELACIÓN DE AMISTAD
Ante el eclipse Dios, toda persona sea consciente de su necesidad y el creyente que se sienta amado por Dios Padre. Es Jesús nuestro Maestro y camino hacia Dios quien nos revela la fe como una relación coherente y el amor con Dios como una amistad.
3 El eclipse de Dios. “El encuentro personal con Cristo que nutre vuestra consagración debe testimoniarse con toda su fuerza transformadora en vuestras vidas; y cobra una especial relevancia hoy, cuando «se constata una especie de “eclipse de Dios”, una cierta amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo y una negación del tesoro de la fe recibida, con el riesgo de perder aquello que más profundamente nos caracteriza» (Mensaje para la XXVI Jornada Mundial de la Juventud 2011, 1).
4 Pero Dios nos ama. “Permanecer en su amor significa entonces vivir arraigados en la fe, porque la fe no es la simple aceptación de unas verdades abstractas, sino una relación íntima con Cristo que nos lleva a abrir nuestro corazón a este misterio de amor y a vivir como personas que se saben amadas por Dios“ (Vigilia).
5 Y la vida como una amistad con Dios. “Queridos jóvenes, para descubrir y seguir fielmente la forma de vida a la que el Señor os llame a cada uno, es indispensable permanecer en su amor como amigos. Y, ¿cómo se mantiene la amistad si no es con el trato frecuente, la conversación, el estar juntos y el compartir ilusiones o pesares? Santa Teresa de Jesús decía que la oración es «tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama» (cf. Libro de la vida, 8) (Vigilia)
CRISTO, AMIGO Y HERMANO
Cristo, camino, verdad y vida nos llama a ser amigos suyos. Ahí radica el secreto del cristiano, en vivir la fe como una amistad con Cristo. Pero la amistad de quien interioriza el mensaje de Jesús y orienta su vida colaborando en la obra del Señor. En un mundo confuso urge definir bien la identidad del cristiano, seguidor de Jesús con un gran ideal, el de la Buena Nueva manifestada en las actitudes y respuestas que el Maestro enseñó y testimonió. Hoy más que nunca hay que presentar la fe completa con la exigencia de radicalidad, con la santidad de vida a imitación del Señor que espera una respuesta valiente de parte de los discípulos seguidores suyos
6 El secreto, Cristo como amigo. “Se preguntarán por el secreto de vuestra vida y descubrirán que la roca que sostiene todo el edificio y sobre la que se asienta toda vuestra existencia es la persona misma de Cristo, vuestro amigo, hermano y Señor, el Hijo de Dios hecho hombre, que da consistencia a todo el universo“ (Primera homilía).
7 La fe como relación personal con Cristo. La fe “supone una relación personal con Él, la adhesión de toda la persona, con su inteligencia, voluntad y sentimientos, a la manifestación que Dios hace de sí mismo (Homilía final).
LA IGLESIA Con claridad Benedicto XVI puntualizó criterios básicos sobre la Iglesia y el modo de vivir en comunión. Dos principios: no separar a Cristo de su Iglesia y no pretender vivir el cristianismo aislado. Urge descubrir la vocación en la Iglesia y colaborar en las tareas eclesiales, cada uno según su vocación específica. Todos con amor hacia quien nos engendró en la fe. Al cristiano en comunión le corresponde pasar del testimonio genérico a la evangelización y al fermento en medio de la masa. Todos, como misioneros aceptando el sacrificio que impone el servicio.
8 No aislados, sino en comunión con la Iglesia.” Pero permitidme también que os recuerde que seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir «por su cuenta» o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa de Él” (Homilía final).
9 No separar a Cristo de su Iglesia.” Sí, la Iglesia no es una simple institución humana, como otra cualquiera, sino que está estrechamente unida a Dios. El mismo Cristo se refiere a ella como «su» Iglesia. No se puede separar a Cristo de la Iglesia, como no se puede separar la cabeza del cuerpo (cf. 1Co 12,12). La Iglesia no vive de sí misma, sino del Señor. Él está presente en medio de ella, y le da vida, alimento y fortaleza” (Homilía final).
LA ÚLTIMA META La esperanza es la gran motivación para la plenitud humana y cristiana. Con Cristo caminamos hacia los bienes futuros, hacia la última meta. Urge presentar en un mundo escéptico, a Cristo salvador universal.
10 Con Cristo caminamos hacia los bienes futuros. “El cuerpo desgarrado y la sangre vertida de Cristo, es decir su libertad entregada, se han convertido por los signos eucarísticos en la nueva fuente de la libertad redimida de los hombres. En Él tenemos la promesa de una redención definitiva y la esperanza cierta de los bienes futuros. Por Cristo sabemos que no somos caminantes hacia el abismo, hacia el silencio de la nada o de la muerte, sino viajeros hacia una tierra de promisión, hacia Él que es nuestra meta y también nuestro principio” (Seminaristas).