Con un título que evoca a esta convención simbólica —'Internamiento muteado , sufrimientos ocultos en la sociedad'— , el documento ha llegado a Barcelona, después de haberse presentado el pasado lunes en el Congreso de los Diputados , para ser explorado desde el óptica que, durante todo el 2023, tuvo la Fundación Migra Studium , miembro de esta red jesuita presente en siete CIE de toda España.
Los encargados de hacerlo han sido Josep Boades SJ , director de la asociación Claver-SJM; María del Carmen de la Fuente y José Javier Ordóñez , directora y abogado de Migra Studium, y Cel Far , educadora social y voluntaria de visitas al CIE barcelonés. Y lo han hecho corroborando una opinión generalizada: "La cifra de internos, en todo el Estado, ha pasado de 17.203 en 2009 a 2.085 en 2023, pero no se puede considerar como excepcional ni residual", ha resumido Boades, coordinador de esta nueva radiografía de unos centros que, para él, "no deben existir ". Una opinión soportada en la escasa capacidad de estos espacios para preservar los derechos básicos de los internos.
"Son varias las causas por las que hay menos internos, pero se puede dejar de actuar", ha dicho Boades. | @MigraStudium
Los CIE, lugares con historias silenciadas por la sociedad
En cuanto al CIE de Barcelona, se trata del que tiene más personas (589) —aunque en Algecires se abrirá pronto uno con mayor capacidad—, así como el que más mujeres contiene (62). Algunas de ellas, con un rostro y un nombre, como Haddou, Mohamed, Abdelnabi o otros muchos que han sido citados por Cel Far, solicitaron la visita de los voluntarios de Migra Studium (“nunca en solitario” , ya que es imposible sostener esta fragilidad que encontramos si no vamos grupalmente ”, ha reconocido la educadora), y otras, sin hacerlo, siguieron pasando de forma temporal con la incertidumbre de cuál sería su destino . "Son internos que tienen historias de vida que no son escuchadas y que son silenciadas por nuestra sociedad ", ha advertido Far.
Además, ninguno de los internos del CIE barcelonés recibió una visita eclesiástica, tal y como ha explicado José Javier Ordóñez al final de su alocución, "aunque podríamos llegar a considerarlos como vecinos de la ciudad". "Después de la pandemia, hemos dejado de ver a curas y obispos interesados en visitar en el CIE de Barcelona”, ha observado este abogado. Una realidad que antes de la crisis pandémica era totalmente diferente, según Ordóñez, y que en la actualidad podría darse, además, con mayor porcentaje de ocasiones, ya que en el centro de la ciudad condal se tiene la duración de internamente más alta de España: "Mientras que la media de estancia estatal es de 27 días, aquí es de 35 ", ha añadido. Sin embargo, las condiciones de acceso de las visitas son las que existían durante la situación de emergencia sanitaria.