Una marcha por la dignidad y el futuro de nuestras sociedades En camino a la justicia: Somos esenciales, ahora y siempre
Hoy hay una concentración nacional en la capital de Estados Unidos, Washington DC, diciendo alto y claro a la administración que las personas inmigrantes son esenciales y que se necesita revisar una política migratoria y un plan de regularización cuanto antes.
Conozco el testimonio de primera mano y el sufrimiento de tantas familias, amigos y amigas que han huido de la violencia y la necesidad extrema en sus países, y que viven desde hace décadas con la incertidumbre y la ansiedad incrustada en sus vidas y angustiados por el futuro de sus hijos.
Si algo nos ha mostrando la pandemia es que los tiempos de crisis siempre afectan en mayor medida a los más vulnerables de nuestras sociedades. Asumamos la responsabilidad de ponernos de parte de aquellas personas que más lo necesitan para construir sociedades justas y donde se pueda vivir con dignidad.
Si algo nos ha mostrando la pandemia es que los tiempos de crisis siempre afectan en mayor medida a los más vulnerables de nuestras sociedades. Asumamos la responsabilidad de ponernos de parte de aquellas personas que más lo necesitan para construir sociedades justas y donde se pueda vivir con dignidad.
| Alberto Ares director del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones y adjunto a la coordinación del Servicio Jesuita a Migrantes en España
Hace pocos días recibíamos la buena noticia del bloqueo en la Corte Suprema de Estados Unidos del intento de Trump de poner fin al programa DACA que protege a casi 700.000 jóvenes indocumentados de la deportación.
Existen otros programas como el TPS, un programa de Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) que reciben personas de un país con condiciones duraderas que impiden que la persona regrese de manera segura, como un desastre natural o un conflicto armado.
Estos programas son temporales y sujetos a renovación cada dos años o 18 meses, por el ejemplo de DACA y TPS. Son parches temporales que no solventan la realidad que viven 13 millones de personas migrantes indocumentadas en Estados Unidos. Personas que sostienen la economía de Estados Unidos, como se ha vivido en este tiempo de pandemia. Durante el COVID está quedando de manifiesto quiénes sostienen la sanidad, la agricultura y los cuidados, entre otros sectores.
On the road to justice
Hoy hay una concentración nacional en la capital, Washington DC, diciendo alto y claro a la administración que las personas inmigrantes en Estados Unidos son esenciales y que se necesita revisar una política migratoria y un plan de regularización cuanto antes.
Desde hace años he estado muy conectado con diversas plataformas que luchan en favor de los derechos de las personas migrantes en Estados Unidos, especialmente con el programa TPS. Me siento muy orgulloso de ver a profesionales, pero también padres y madres de a pie, hijos e hijas que luchan desde hace años por sus derechos. He acompañado desde hace años al Comité TPS en Massachussets y hoy uno de sus líderes es el responsable nacional de la National TPS Alliance en todo el país, José de Palma.
Una iglesia en salida
Como muchos de estos Comités ha estado y están muy vinculados a algunas iglesias que apoyan y favorecen el respeto y la defensa de la dignidad y la solidaridad por los más vulnerables de la sociedad, en este caso las personas migrantes. He tenido la suerte de colaborar, junto a mis compañeros jesuitas y la familia ignaciana en Estados Unidos, con varias iglesias católicas que han asumido esta misión desde las directrices del propio papa Francisco.
Conozco el testimonio de primera mano y el sufrimiento de tantas familias, amigos y amigas que han huido de la violencia y la necesidad extrema en sus países, y que viven desde hace décadas con la incertidumbre y la ansiedad incrustada en sus vidas y angustiados por el futuro de sus hijos. Victor, Jacqueline, José, Berlinda, María, Francisca, Walter, Claudia y una larga lista de nombres vienen ahora a mi mente.
Hace pocos meses compartimos con un grupo de estos comités en Washington DC durante un encuentro de la red de incidencia pública GIAN Migration. Ellos nos transmitían la necesidad de seguir juntos y de animar un trabajo coordinado. Personas que sueñan con construir un futuro para sus familias y para la sociedad estadounidense.
Aprendamos de la pandemia
Si algo nos ha mostrando la pandemia es que los tiempos de crisis siempre afectan en mayor medida a los más vulnerables de nuestras sociedades. Asumamos la responsabilidad de ponernos de parte de aquellas personas que más lo necesitan para construir sociedades justas y donde se pueda vivir con dignidad.
Hoy en Washington DC muchas personas se unirán para pedir una respuesta, una nueva política migratoria y un plan de regularización.
Enviamos un enérgico mensaje a nuestros congresistas al mismo tiempo que nos solidarizamos con todas nuestras comunidades migrantes y con nuestros “Soñadores”; quienes después de defender DACA en la corte suprema, han ganado recientemente una importante decisión que también es una victoria para nuestra propia lucha.