"A propósito de la ley de derogación de las ofensas a los sentimientos religiosos" ¿Crece la cristianofobia en España?
"Curiosamente, en este tiempo de las libertades la confesión católica es la más perseguida en el mundo"
"La confesión cristiana pierde terreno y estamos asistiendo a una creciente cristianofobia que puede tener muchas razones, unas intrínsecas y otras extrínsecas"
"Tomemos conciencia de una realidad que viene con fuerza: nuestra sociedad se está descristianizando a marchas forzadas. Y las causas de esto no están solo fuera de la iglesia"
"Tomemos conciencia de una realidad que viene con fuerza: nuestra sociedad se está descristianizando a marchas forzadas. Y las causas de esto no están solo fuera de la iglesia"
Curiosamente, en este tiempo de las libertades la confesión católica es la más perseguida en el mundo. Esto podría entenderse en países donde la cultura cristiana no ha echado raíces poderosas. Pero resulta más incomprensible que se esté desarrollando en España, lugar donde la cultura cristiana ha impregnado, desde antiguo, todo nuestro ser y nuestro quehacer.
La gloriosa historia de España no se entiende al margen de la fe cristiana. Y, sin embargo, estamos asistiendo a una creciente cristianofobia que puede tener muchas razones, unas intrínsecas y otras extrínsecas. Este odio y rechazo de todo lo cristiano, a sus manifestaciones y a sus dogmas, puede terminar en una clara discriminación pública intolerable en una sociedad democrática. Porque la Constitución reconoce la libertad religiosa y de conciencia. Esta cristianofobia se llega a manifestar en España de muchas maneras, llegando, incluso, a la violencia.
Hasta unos sesenta delitos de odio se han registrado en España en el último año. Así mismo, las iglesias sufren actos vandálicos, sobre todo pintadas amenazantes. Se ha hecho muy conocida la pintada: “La iglesia que mejor ilumina es la que arde”. Recientemente pude leer en una obra en la entrada del obispado de Córdoba la pintada: “El mejor lugar para los curas es la basura”. Otra que he visto no hace mucho en un templo es “La iglesia apesta”.
Las pintadas y los casos de cristianofobia están aumentando considerablemente en los últimos tiempos. Me pregunto si el deseo del Gobierno de querer derogar el delito contra las ofensas religiosas no aportará más gasolina a esta cristianofobia que nos rodea. ¿O acaso es eso lo que el gobierno quiere? Porque, visto lo visto, ya todo es posible. ¿Y por qué no elimina el delito de poner a parir a los políticos indeseables que tenemos?
Y decía que hay causas intrínsecas y extrínsecas. Las causas extrínsecas tienen que ver, sobre todo, con las ideologías extremas y los fanatismos que se presentan como muy democráticas pero adolecen de una falta de tolerancia acusada, mucho populismo y un creciente secularismo. La propuesta y la confesión religiosa parece que han perdido su banco en la iglesia del nuevo progresismo. Y las causas intrínsecas proceden de la falta de coherencia, intrigas económicas. inmatriculaciones abusivas y escándalos en que la propia iglesia se ve envuelta en los últimos tiempos que provocan, con razón, reacciones en contra y rechazos justificados. El peor delito de todos es la pederastia, que no es exclusivo de la iglesia, pero que resulta más llamativo porque de la Iglesia cabe esperar algo distinto por sus valores y sus enseñanzas.
Confiemos en que la madurez democrática de los españoles haga posible una sociedad más tolerante en todos lo ámbitos de la vida, y comencemosdando ejemplo los mismos creyentes que, a veces, también somos noticia por casos injustificables de discriminación que no están a la altura del evangelio. Me refiero, por ejemplo, al caso de ese sacerdote de Segovia que ha negado la comunión a tres personas por su condición homosexual, entre ellas a un alcalde socialista o la denuncia que han sufrido algunas diócesis por recomendar o practicar terapias de conversión, algo que es absolutamente ilegal.
Tomemos conciencia de una realidad que viene con fuerza: nuestra sociedad se está descristianizando a marchas forzadas; menos de la mitad de niños nacidos en España son ya bautizados, los jóvenes son escasísimos en nuestras celebraciones. Y las causas de esto no están solo fuera de la iglesia, sino, sobre todo dentro de ella. Y el que quiera entender que entienda. Hay tristes realidades que nosotros mismos hemos provocado.
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