Diálogo con una mujer radicalizada en el Islam.

Hace muy pocos días he hablado con una mujer de religión islámica, aunque ella es española y, en su tiempo, bautizada en la iglesia católica. Se enamoró de un islamista radical y, desde entonces, su vida ha dado un vuelco radical, como era de esperar.
Se fue a vivir con su compañero, con el que ha tenido un niño, y su vida se fue transformando poco a poco, influenciada por su marido, hasta llegar a ser una mujer irreconocible. Su marido ha sido detenido por radicalización “yihadista” y está actualmente en la cárcel.
Me explicaba cómo su marido se fue radicalizando, vía internet, a través de argumentos que fueron convenciéndole.
-¿Y qué argumentos eran esos? –le pregunté.
Ella pensando un poco me respondió:
-Pues que aquí en España no se tolera el pañuelo islámico pero a las monjas que también usan velo, nadie las critica por eso.
Se me ocurrieron muchos argumentos para explicarle que en nuestra cultura eso está perfectamente integrado desde hace muchos siglos y no está en absoluto ligado a la opresión de la mujer como sucede en muchos países islámicos, donde el pañuelo y, sobre todo, el famoso burka, es una imposición del varón como signo de sometimiento. En España la monja puede escoger libremente llevar o no el velo; en Arabia Saudí, eso no es posible: si no lo lleva se puede ver castigada severamente. Pero he preferido guardar silencio.
-¿Qué más argumentos convencieron a tu marido y a otros jóvenes a radicalizarse?
Volvió a pensarlo brevemente y me dijo:
-Pues… que hay curas pederastas .
En ese momento me surgieron decenas de argumentos contra estos tópicos absurdos e injustos en los que se ven metidos todos los sacerdotes de manera generalizada. Es verdad que el delito de la pederastia es algo absolutamente perverso que hay que arrancar de cuajo en la sociedad y castigar duramente a los culpables. Pero no es menos cierto que también hay pederastas entre los dentistas, los profesores, los deportistas… y en todas las profesiones.
Sólo que un pederasta entre los sacerdotes se ve como un escándalo mayor porque de los sacerdotes se espera un ejemplo mayor de santidad. Un sacerdote pederasta es una noticia de titulares pero los miles de sacerdotes y consagrados que trabajan en los países más pobres entregando allí su vida por completo, difícilmente llegan a ser noticia alguna vez en titulares.
En fin, una mujer española joven, atractiva, atrapada por el Islam, con un niño de poca edad, con su marido en la cárcel, controlada por la comunidad islámica para que se mantenga fiel a sus normas, viviendo de la ayuda de sus abuelos… que ha sacrificado su vida y su futuro por esa radicalización a la que un día su compañero la sometió y de la que ya difícilmente se puede librar. Porque ni quiere (es la consecuencia de la radicalización) ni puede (No faltan quienes la controlan para que siga siendo fiel a su marido en la cárcel y a sus normas islámicas) De hecho se quitó el pañuelo cuando su marido ingresó en la cárcel y una mañana volvió a aparecer de nuevo con él.
Sólo le he pedido que eduque a su hijo en la tolerancia y le he ofrecido mi ayuda aunque sea muy poca por mis limitaciones. El ayuntamiento le ha ofrecido un trabajo comunitario y, gracias a eso, puede sacar a su hijo adelante, ahora ya en la escuela integrado con el resto de los niños. Confiemos en que este niño pueda vivir un ambiente de respeto y tolerancia que le alejen de radicalizaciones que deshumanizan y matan la libertad.
Volver arriba